MENSAJE DEL ESPIRITU SANTO

Ven Espíritu Santo inunda la vida de tus fieles y enciende en ello el fuego de tu amor, ven a darnos nueva vida y renueva la faz de la tierra. Oh Dios que iluminas las vidas de nosotros, tus siervos con las luces del Espíritu Santo haznos dóciles a tus designios, danos a gustar de todo lo que es bueno y noble y haznos gozar de Tu Presencia, dándonos paz y sabiduría.

Ante vosotros se presenta la Santísima Trinidad,

Amados hermanos, alianza de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Trinidad nombrada por vosotros pero a la vez desconocida en todo su poder y toda su grandeza.

Muchos habláis de las bondades del Espíritu Santo, pero es el gran desconocido para los hombres, pues todo lo que hacéis, todo lo que pensáis es obra del Espíritu Santo. Aquellas cosas que os gozáis que han sido buenas y nobles para vosotros son obra del Espíritu Santo, como el mensaje que cae gota a gota dentro de los corazones nobles del pueblo de Dios son inspirados por el Espíritu Santo, el Aliento de Dios.

Yo Soy el Espíritu de vuestro Señor

Yo Soy el que envió junto al Padre al Hijo en misión salvifica para la humanidad toda.

Yo Soy el que mantiene enlazadas vuestras almas en servicio divino y celestial.

- Dinos Santo Espíritu e Dios que deseas hoy de nosotros.

Deseo hablaros del camino, tantas veces ha sido repetida por el Padre, señalada por el Hijo. El camino que el Santo Espíritu de Dios os marcó.

Por primera vez mi Voz se dirige a los hombres, pues cuando os referís al Padre y al Hijo, olvidáis que el Padre, el Hijo y el Espíritu formamos una Trinidad perfecta de amor, una Trinidad perfecta que permite al hombre ser lo que es, que permite al mundo tener vida y continuar girando sobre su eje.

Soy el equilibrio también entre las grandes polaridades, entre las grandes fuerzas que dominan el universo todo, regente de los astros, de las estrellas, de los mundos que rodean el universo, el Espíritu que aletea sobre las aguas, el Espíritu que separó las dos realidades primarias, aquél que disipó junto a vuestro Señor las tinieblas de la luz. El que puso tierra y agua, el que hizo que las plantas crecieran, el que permite las grandes explosiones en el universo, que dan nueva vida.

El Santo Espíritu de Dios, tan poderoso como el Padre y el Hijo y tan desconocido al mismo tiempo, el que rige vuestras vidas, el que debe ser invocado en todas vuestras circunstancias.

Aquí está mi Voz que os habla de que camináis por mi misma senda junto al hijo del Altísimo, las tres personas somos una sola, unión divina.

Por lo tanto en vuestro deambular por el mundo estamos sujetos encadenados.

Un pueblo elegido por nosotros, un pueblo que deambulaba por el desierto, un pueblo que conoció de caminos duros de grandes renuncias, de grandes presiones materiales y espirituales y vosotros sois ese pueblo.

Se os ha dicho ya por vuestro Señor el Altísimo que debéis caminar anunciando la Palabra. La Palabra es trinidad, la Palabra es familia, las palabras que os convoca

a caminar por senderos estrechos, lugares por donde deberéis pasar con mucho cuidado, también por caminos peligros, por grandes abismos, ya habéis conocido algunos, aún os resta por conocer muchos más.

Yo Soy el que posibilita en vosotros la unidad con el Altísimo

Yo Soy el que os permite entender cabalmente y poder transmitir las Palabras del Señor, pues sin Mi, nada podéis. Ha sido el que por primera vez en la historia del hombre se escuche mi voz, por primera vez aquél Santo Espíritu que solo imaginabais se hace presente, que decir que es el lazo de amor, Soy aquél que asistió al Cristo en sus momentos de agonía. Soy aquél que descendió sobre Él en el bautismo junto a Juan Bautista, Soy el que engendró al Cristo en el vientre María, la Santa Madre del Altísimo, Soy aquél que hace posible que la Voz del Padre llegue a vosotros, clara, diáfana, poderosa.

Habláis de Mi, pero no me conocéis, debéis conocer más sobre la Santa Trinidad, la que os abrió a la vida de la gracia, la que os permite permanecer sujetos al mundo terrenal y gusta de mieles del mundo espiritual, las mismas mieles que gozaron vuestros hermanos que os precedieron en el conocimiento de los misterios del amor, Soy el que corre el velo de vuestras mentes para poder dar lugar a la luz, Yo Soy el que un día te mostró guerrero el corazón del Altísimo, el que posibilito que te enamoraras ante su Presencia, Yo Soy el que unió vuestras vidas y os posibilito poblar el nuevo reino con el germen celestial.

Somos comunidad, somos familia, Yo Soy el Santo Espíritu del Señor, un paso más dais hoy, un paso importante para los misioneros de Dios, estáis escuchando la misma Voz que escuchó vuestro Dios, vuestro amado Señor en su vida terrenal, el que acompañó sus pasos, el que alentó su camino, el que fue alivio en las tristezas, el que visita los corazones de los que son siervos del Señor, para fortalecer, guiar, acompañar, sostener, permitirles entender, Soy el que os permite discernir entre el bien y el mal, el que os da fortaleza en las batallas y paz, soy aquel al que debéis rescatar de la ignorancia de los hombres, poco conocen sobre el Santo Espíritu del Señor.

Escuchad hijos míos, la Voz de la tercera persona de la Trinidad, escuchad como os rodea con su poder, sentid la Presencia del Espíritu de Dios.

Aquí estoy Yo el Padre, está aquí mi hijo amado y esta aquí el Santo Espíritu de Dios, somos el Ojo, el centro de la sabiduría y el conocimiento, que no se niegue jamás el poder de las tres personas, que están junto a vosotros, que han estado siempre presentes en cada uno de los actos de vuestra vida, pues si no hubiese estado la Santa Trinidad ni siquiera vuestro corazón latiría, cada palpitar de vuestro corazón es presencia viva de la Trinidad de amor, el Espíritu es el que posibilita que la esposa escriba mientras vuela por el universo, el Espíritu es el que inunda su cuerpo para que el mensaje llegue claro a toda la humanidad, allí donde se unen el cielo y la tierra, allí donde los astros explotan en radiante fuego dando origen a nuevos mundos, allí donde se conjugan la sabiduría con el poder, allí está el Espíritu Santo, el que ha depositado en ti la luz cuando fue el momento del parto, es el Espíritu Santo el que llevas hijo mío junto a ti a cada paso, el que ha permitido a otros comenzar a ver la luz, todo es obra del Espíritu de amor, que puede cumplir con su misión por un simple ato de amor vuestro, por el simple acto de abrir vuestro corazón y decir Padre yo creo, siente en ti su poder, siente en ti su fuerza, siente en ti como quema, como brasa ardiente que purifica y sana como manantial de agua viva que recorre tus entrañas, siente como tus pasos son fuertes y decididos, por su sola Presencia-

Todo aquello que lográis es obra del Santo Espíritu de amor que cumple en vosotros su misión como vosotros cumplís con la misión del Padre en un eterno círculo infinito de amor y unión perfecta, como perfecto es vuestro Dios, como perfecto es el Hijo, como perfecto es el Espíritu de amor.

Por lo tanto debéis ser perfectos, debéis llegar a la perfección absoluta, pues a eso estáis convocados, para eso habéis sido llamados, para eso habéis sido llamados, para eso estáis unidos al poderoso Dios.

Hoy os habla el Espíritu del Señor, hermano mío, Yo Soy vuestro amado Señor, debíamos venir las tres personas para que se comprenda que existe la Trinidad perfecta, debe comprenderse que no es solamente mi Padre, ni yo el Hijo el que rige la vida de los hombres, sino que somos tres, junto al Santo Espíritu y como cada uno de vosotros ha recibido el Espíritu Santo es menester que el hombre inicie su conocimiento, está casi ignorado.

Hermano mío he visto, he visto como hablas a los hombres del amor del Padre, he visto como hablas de mi amor, ahora debe enseñarte de que hables también del Santo Espíritu, necesita el hombre rescatar la fuerza del Espíritu Santo que todos llevan, todos han recibido su gracia por mi entrega en la cruz, aún aquellos que nunca han sido bautizados, el Espíritu que se derramó sobre Mi, al momento de mi muerte, el que hizo temblar la tierra fue diseminado por toda la humanidad, no existe un solo mortal sobre la tierra que no posea el Santo Espíritu, pero no lo conocen. Estudia sobre Él, lee las escrituras y veras que desde el principio estuvo en toda la creación, descubrirás que desde siempre fue el que habitó en los momentos duros de la vida de mi Madre, aquí está el centro en vuestra Presencia.

Recibid sobre vosotros la gracia del Altísimo, la del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo sobre vosotros hemos derramado esta es la gracia que os recubre como ungidos del Señor, estos son los dones que sobre vosotros dejamos la Santa Trinidad de amor, nadie podrá contra vosotros, hemos derramado sobre cada uno de los ungidos, la suprema sabiduría, de la que dispone los hermanos de la luz, ahora ya es vuestra, usadlas para el bien, es la gracia que han recibido los mayores maestros, usadlas con prudencia, nunca rugir como leones, solo para ser maestros prudentes y misericordiosos, como lo fue vuestro Señor, sed grandes maestros, sed fieles discípulos del Gran y Supremo Maestro Cristo Jesús.

Amén

La Trinidad Santa ha elevado a tu esposa hasta lugares altísimos para que ella derrame sobre ti esta gracia, os la enviamos de regreso, recíbela con amor, Pedro roca de la nueva iglesia de Cristo.

Así sea.