Miércoles 06 de Marzo del 2013
Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (4,1.5-9):
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. Mirad, yo os enseño los mandatos y decretos que me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy? Pero, cuidado, guárdate muy bien de olvidar los sucesos que vieron tus ojos, que no se aparten de tu memoria mientras vivas; cuéntaselos a tus hijos y nietos.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 147,12-13.15-16.19-20
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza. R/.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio del Miércoles 06 de Marzo del 2013
Los grandes santos se suelen mostrar hipersensibles ante el pecado. No solo ante el ajeno. También ante el propio. Muchos de ellos incluso eran casi escrupulosos en el cumplimiento de lo que estaba mandado. La conciencia de vivir cercanos a Dios es tan viva en ellos que hasta en los pequeños detalles querían agradar a Dios. Y es que “el que es fiel en lo poco…”.
La Cuaresma es un tiempo en el que se nos llama a la fidelidad. No se trata de ser fieles simplemente a los ritos, a las normas, a “algo”. Es más bien “alguien” el que nos invita a ser fieles. Fieles en lo fundamental, no en lo superfluo, aunque bien sabemos que, en definitiva, es precisamente en las pequeñas cosas cotidianas, por más insignificantes que parezcan, donde se muestra la verdad de nuestros grandes principios.
Siempre tiene más valor cualquier realización, por pequeña que esta sea, que cualquier maravillosa idea o principio que no se materializa. A veces nos sucede que soñamos con grandes maravillas y grandes principios. Incluso los defendemos acaloradamente en nuestras conversaciones o discusiones con los demás; como si por el mero hecho de nombrarlos, de formular esos principios, ya fueran verdad en nosotros. Y se nos escapa lo concreto, lo que tenemos a nuestra mano, nuestro prójimo…
El creyente está llamado a seguir a Jesús en ese dar siempre primacía absoluta al amor. Es nuestro gran principio. Pero un principio que ha de convertirse en real en cualquier cosa de nuestra vida. Ahí está la dificultad de la vida cristiana, en vivir la coherencia entre lo que creemos y lo que realizamos. Aprender a vivir ese equilibrio entre el ideal y la realidad es un verdadero arte, un desafío permanente, un proyecto de vida. Intentémoslo.
Con afecto, Fernando Prado, cmf
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