3 de Diciembre de 1977
Hijo, toma nuevamente la pluma y
escribe.
Los hombres están orgullosos y engreídos
de su civilización, ¿pero de qué civilización? De la civilización de las cosas,
de la materia. Están convencidos, o tales se lo fingen, de que han creado un
segundo paraíso terrenal; piensan, y cómo podría ser de otra manera, que un
palmo de la mano los separa de la añorada felicidad, que con tan febril ansia
buscan por todas partes; la buscan en los placeres de la carne, he aquí el
porqué de la ridícula obsesionante fanática exaltación de la sensualidad, de la
pornografía, el vicio organizado y legalizado, que empeña medios financieros
enormes que ni la más excitada fantasía puede alcanzar, misas negras, cuanto
cuesten a los ocultos organizadores; la buscan, los hombres materialistas de
este siglo perverso, en los placeres de la mesa, en la posesión de las
riquezas, en la avidez de los honores, en los descubrimientos de la ciencia, en
el arte, degenerado y envilecido por la carencia de fe y por el rebosar de
asquerosos sentimientos...
Pero se están dando cuenta, intentando
inútilmente escondérselo, he aquí por qué te digo que fingen, que en todas
estas cosas no está la felicidad tan febril y ansiosamente buscada... ¿fracaso
entonces del materialismo? sí, hijito mío, fracaso pleno, total del
materialismo, pero el orgullo humano nunca admitirá esto, será arrollado y
reducido a cenizas, y estas palabras deben entenderse en su sentido literal,
será reducido a cenizas, pero esto no lo admitirá nunca, será la era de la
purificación la que barrerá fuera la suciedad y hasta su recuerdo; hijo mío,
dentro de veinte años no se hablará ya de esto.
La batalla esta en acto, pero la
Victoria está decidida
Marx incitó a los obreros y a los
pueblos de todo el mundo a levantarse contra Dios, advierte hijo, he dicho
contra Dios, para derrotarlo a Él y a su Iglesia, éste es el verdadero objetivo
del marxismo diabólicamente enmascarado bajo el manto del bien social, en
efecto ¿no ha dicho el marxismo que la Religión es el opio de los pueblos?
La Virgen
Santísima, Madre Mía y vuestra, que conoce bien la verdadera matriz del
comunismo ateo, ha recogido el guante, la batalla está en acto pero la victoria
está ya decidida; ésta es y
será de mi Madre, que en la hora justa aplastará con Su Calcañar la cabeza de
la venenosa Serpiente.
Por lo tanto
para los enemigos de Dios y de su Iglesia, para los partidarios del
materialismo tan cacareado como la gran victoria del hombre, después de la cual
no hay nada sino la gélida sordidez de la tumba sobre la que está escrita la
palabra "fin", el marxismo ateo constituye el más colosal engaño
perpetrado por las oscuras Potencias del Infierno en daño de la humanidad
entera... y esto es motivo de estupor, de asombro, que hombres particulares,
que pueblos y naciones, que criaturas inteligentes hechas a imagen y semejanza
de Dios, su Creador, hayan podido ser inducidas a este macabro y pavoroso
engaño... sólo la soberbia que ciega, puede dar una explicación, después no es
tan difícil darse cuenta de las innumerables contradicciones del marxismo ateo;
la Divina Realidad de Dios se manifiesta en el hombre mismo, se manifiesta en
lo Creado, donde es abiertamente manifiesta Su Sabiduría, su Potencia, Su
Presencia.
Traidores no
menos perversos que Judas
Ningún hombre
puede aceptar el marxismo sin degradarse a sí mismo, sin chocar contra la
evidencia de su espiritualidad, de la grandeza suya originaria de su libertad,
libertad que es, y nunca podrá ser, de la materia.
Hijo, si no es
fácil comprender la loca ceguera del hombre, que le ha llevado a tan increíble
perversión de renegar de sí mismo y ponerse a sí mismo en un nivel inferior al
de los animales, dime tú hijo mío, si podrá ser fácil comprender cómo,
cristianos consagrados, y hasta Obispos, hayan caído también ellos en esta
ruinosa concepción materialista, por la que gastan tiempo y energías para
convencerse a sí mismos y a los demás de que el comunismo ateo merece ser
tomado en consideración, y, con ello, se acreciente, y peor aún, se alimenten
de su mortal veneno; pero ésta es perfidia que grita venganza ante Dios.
Traidores no
menos perversos que Judas, han cerrado los ojos a la Verdad, son los
enterradores del espíritu, son y serán, dentro de no mucho, los verdugos de la
Iglesia, su presencia habla de muerte, ellos, por elección, destinados a ser
portadores de vida.
Mi Iglesia tiene
muchas ramas secas, tiene muchas ramas espinosas, tiene muchísimas hojas
amarillentas incapaces de recibir ya los rayos vivificadores; ramas y hojas que
están en la oscuridad, pero mi Iglesia es también cuerpo vivo, estupendamente vivo,
rico de perfumadas flores: santos, justos, confesores, mártires y almas
Víctimas particularmente fecundas.
Mi Iglesia está
a la espera de su completa poda, después de la cual rebosará de humores
vitales, toda fealdad le será quitada, aparecerá así ante el mundo bella,
divinamente bella, resplandecerá más que cualquier primavera irradiando
resplandores de sobrehumana luz; será la Esposa querida por Mí, deseada,
fecundada adornada con sus preciosos collares; sabiduría, humilde pureza, amor,
fe, esperanza serán las perlas que adornarán su frente.
Ahora basta,
hijo mío, descansa; te bendigo y contigo bendigo a los que te son queridos.
(“Confidencias
de Jesús a un Sacerdote” – Mons. Ottavio Michelini)
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