No hay nada mejor Divino Padre que sentir tu Presencia
en medio nuestro, no hay nada mejor amado Dios que gozar siempre de tu
Presencia.
Y no hay nada mejor hija mía que un Padre en medio de sus hijos,
Que un Padre hablando directamente a su corazón.
Es mi deseo hija mía hablaros hoy, quitar a mis hijos tantas dudas, un Padre
siempre responde al llamado de sus hijos, por eso hoy mi Presencia en medio
vuestro para guiaros en vuestro caminar.
Cada uno de vosotros que habéis aceptado a vuestro Padre como vuestro Dios, que
habéis aceptado a mi hijo como vuestro Maestro y Señor y a María Santísima mi
amada esposa como vuestra Madre,
Debéis tener una vida plena en el espíritu pues vuestro ser está compuesto de
carne y el espíritu, dos naturalezas, la primera débil e inclinada al mal y la
segunda naturaleza la del espíritu que es pura, agradable a mis ojos por eso el
hombre cuando simplemente se aferra a la naturaleza de la carne se habitúa a
hacer el mal, orgullo agrandando a la carne, satisfaciendo su orgullo que lo
domina y lo gobierna y por lo tanto le es imposible vivir en gracia de Dios.
Entonces os preguntáis ¿Cómo puede aquél vivir de esa manera?
¿Cómo puede vivir desposeído de todo lo mundano?
¿Cómo puede sonreír cuando todo es oscuro para él?
¿Cómo puede vivir feliz sin una familia que lo apoye y sin una esposa cercana a
él para satisfacerlo físicamente?
¿Cómo puede vivir en la rectitud y la justicia?
¿Cómo puede en una palabra sonreír a la vida a pesar de tantas dificultades?
Y la respuesta es porque vive en el espíritu de Dios, porque el espíritu de
Dios gobierna toda su vida. Aquel que vive en el espíritu es el que abrazó su
vida a Dios, a vuestro Padre y tuvo la sabiduría suficiente para abrir de igual
manera su corazón a Jesús, vuestro Maestro, mi amado hijo.
Fue él quién puso dentro de vosotros el espíritu de amor para que os guíe, para
que os consuele y os enseñe a vivir de la manera de Dios y de ese modo vivir
una vida agradable a vuestro Padre, aún en un mundo aparentemente perdido.
Hijos míos vuestro Padre hoy desea que sepáis que vivir la vida en Dios y en su
espíritu de amor, no es una simple emoción, muchos de mis hijos se confunden,
confunden la emoción humana con espíritu divino no son lo mismo, pues ser
gobernado por el espíritu no es hablar de Dios, tampoco es leer y aprender
mucho sobre Dios, saber mucho puede saber cualquiera de vosotros para eso os di
la inteligencia, pero vivir en Dios es otra cosa, no es el que alaba cantando y
danzando un hombre elevado ni unido al Espíritu Santo, tampoco es emocionarse
hasta las lagrimas con un mensaje de vuestro Padre o de vuestra Madre pues de
nada os sirve eso, si al finalizar con la lectura o al finalizar una
celebración en el templo salís de allí y vuestra vida no ha cambiado, continua
igual que antes, tampoco es vivir en el espíritu aparentar una santidad que no
se posee una santidad exterior que no refleja el verdadero interior, una
santidad que solo es para que los demás vean lo bueno que sois y no para que
vuestro Padre os vea. Vivir de cara al exterior no es amar a Dios ni tampoco es
vivir en el espíritu si verdaderamente deseáis vivir en el espíritu debéis
amar.
Vuestro Maestro no hablaba en lenguas, ni danzaba por las calles, ni aplaudía
para que los demás vieran cuan santo era, sino que simplemente su vida fue una
unión de su espíritu con el del Padre que estaba en lo alto y pudo ser capaz de
pregonar el perdón, perdono a todos los pecadores y no los ondeo, esa clase de
amor es la que vosotros debéis tener no un amor motivado por puros sentimientos
sino por la voluntad, una clase de amor que busca sin descanso la oportunidad
de hacer el bien a todos.
Yo os veo siempre, no creáis que vuestro Padre no os mira, me mostráis cuanto
me amáis con cantos, alabanzas o participando a cada ceremonia del culto, pero
sin embargo no aman a los que los dañan, no aman a sus hermanos, solo se aman a
si mismos. Vivir en el espíritu de vuestro Dios es tener la suficiente
capacidad de amar como para perdonar aun la peor de las ofensas de hacer el
bien aún a los que en su momento os dañaron de orar a favor de ellos, entonces
es allí cuando vuestro ser es guiado por el espíritu por el amor de Dios y no
por vuestro propio egoísmo. Vivir en el espíritu hijos míos es vivir gozosos
siempre, escuchad lo que os digo, vivir gozosos siempre en cada momento y
circunstancia de vuestras vidas, pues el gozo dentro vuestro es la
manifestación de la Presencia del Espíritu Santo en toda vuestra vida, solo
aquel que tiene a Cristo a vuestro Señor en su corazón puede experimentar el
sentimiento de gozo continuo, pues es así como demostráis tener seguridad de
que vuestra vida está gobernada por el amor de vuestro Padre y guiada por
Cristo vuestro Señor, eso os da la certeza de que no os encontráis solos en
ningún momento, no importa cuan dolorosa sea vuestra vida ni cuan difícil es el
momento que os toque atravesar, pues tenéis a vuestro Señor a vuestro lado, eso
es gozo saber que vuestro Padre está con vosotros y vosotros en vuestro Padre.
A cuantos de mis amados hijos que hoy están en mi Presencia, a cuantos de
vuestros santos habéis visto danzando, hablando lenguas, no a muchos, fueron
simples hombres terrenales como vosotros, sin embargo poseían dentro un gran
gozo, en muchas partes escribieron estamos regocijados en Dios, la palabra es
confianza, una vez más confianza y fe, amor y fe, cuantas veces os he dicho las
mismas palabras.
Hoy vuestro Padre os la repite, no las olvidéis, si realmente vivís en mi amor
debéis tener una vida tranquila, apacible con la paz que solo os da el estar
unido a mi amante corazón, junto también con la de los hombres, la de todos
vuestros hermanos, si tenéis una vida apacible solo porque estáis unido a Mi
pero no tenéis una vida apacible junto a vuestros hermanos entonces no estáis
viviendo en mi amor estáis viviendo según vuestros deseos y conceptos, cuando
vivís en mi amor podéis ser un agente de paz en todos los lugares que os toque
transitar.
En mi iglesia ¿Por qué no hay paz? ¿No os habéis preguntado eso?
¿Por qué en la Casa de vuestro Dios no hay paz?
Simplemente porque no hay tolerancia, porque no sois capaces de soportar los
errores de los hermanos en la fe y sin embargo si en Mi creéis y si vuestro
Padre amáis debéis vivir buscando siempre la paz aunque esto os implique
soportar, perdonar, aceptar.
¿Acaso no es eso lo que vuestro Padre hace con vosotros?
¿No os acepto como sois? ¿No os amo aunque vosotros no me améis?
De igual modo si profesáis amor por Mi debéis entonces obrar según obra vuestro
Padre, si permanecéis en Mi podéis vivir a la manera de Dios, si permanecéis en
mi amor, viviréis una vida en paz y en alegría, bondadoso y misericordioso es
vuestro Dios y cada nuevo día os doy una nueva oportunidad para cambiar para
enderezar el rumbo, cada amanecer es una nueva vida para vosotros y en cada
amanecer renueva vuestro Padre la esperanza en sus hijos, vivir en nuestro Dios
es vivir una vida marcada por la fe, el que vive en Dios es un ser capaz de
enfrentar la vida sabiendo que su Padre que lo ama está a su lado confiando en
sus promesas y seguro en quién a confiado como Moisés que guió a todo mi pueblo
hacia la libertad confiando plenamente en Dios y Señor.
Ahora hijo mío deseo que digas especialmente esto a mis hijos,
Un hombre que ama a Dios no puede ser un hombre deprimido, ni afligido por el
futuro, no puede vivir angustiado, no cuando es el espíritu de vuestro Padre el
que lo guía, cada día llegan a mis oídos llantos y lamentos de aquellos que
dicen amarme, pero se quejan de su suerte y del camino que les ha tocado vivir,
la fe en vuestro Dios y la fe en vuestro amado Maestro y Señor ha de ser lo que
os posibilita vivir de cara a la vida, sin angustias y no de cara a la muerte,
ya os he dicho que vuestro destino no es un destino de muerte sino de vida y
vida en abundancia.
Orad y leed la palabra de vuestro Dios, buscad en vuestras vidas la dirección,
el rumbo que mi amor os señala pero poniendo siempre toda su fe en el poder de
vuestro Dios y no en sus propias fuerzas ni capacidades no en su sabiduría sino
en la de Dios.
Diles hijo mío que vivir en el espíritu es vivir una vida con paz pues cuando
tenéis paz dentro vuestro, cuando sois capaces de ser mansos os parecéis a
Jesús a lo que mi hijo os ha transmitido y os ha mostrado con su vida, no puede
un maestro que debe guiar al rebaño ser soberbio hijo mío no puede ser
altanero, prepotente no puede ser nunca un guía espiritual si no es capaz de
llevarse bien con todos sus discípulos y con todos los hombres, no puede ser
nunca un guía espiritual alguien que nadie quiere estar a su lado por su falta
de humildad. Dime amado hijo ¿cuantas veces vuestro Maestro mi amado hijo único
Jesucristo se jactaba ante los demás de ser el hijo de Dios?
Alguna vez lo habéis visto decir con orgullo ¿Soy poderoso?, murió en silencio
y ni siquiera fue capaz de mostrar toda su gloria y poder, vivió y murió en la
mansedumbre.
Ahora cuantas veces has oído tu hijo mío decir a los maestros
terrenales, yo soy el que sabe mas, yo soy el que está encima del resto de los
mortales, yo soy el que tiene la palabra que es verdad y solo yo soy el elegido
de Dios.
Cansado está vuestro Padre de escuchar eso de quienes deberían ser los mas
humildes sobre la tierra y los más serviciales no puede nadie ser espiritual
con un carácter agrio, no puede ser espiritual aquel que no es capaz de
llevarse bien con nadie y tampoco acepta que le den consejos pues el está por
encima de todos
¿Me comprendes hijo mío? ¿Comprendes la grandeza de vivir según vuestro Dios?
¿Y la vileza de vivir según vuestros deseos?
Hoy con profundo dolor veo que muchos desean gobernar la vida de los demás pero
son incapaces de gobernar su propia vida no son capaces de dominar su lengua,
la lengua es el órgano de vuestro cuerpo que no tiene hueso pero sin embargo
rompe muchos huesos en los hombres y los arrastra por el suelo, la lengua es lo
que mas os traiciona sobretodo a los maestros, debéis saber dominarla muy bien
si no queréis ser arrastrados por el suelo por su accionar como serpientes, pues
así como hoy estáis en lo alto también podéis estar arrastrados por el suelo
por no poder controlar vuestra lengua.
No es un servidor de vuestro Padre aquel que no puede dominar las palabras que
salen de su boca, tampoco puede ser un hombre en el espíritu aquel que se deja
dominar por sus ojos, aquel que es esclavo de solo lo que ve desconfiando de
todo aquello que no ve, aquel que codicia todo lo que los otros tienen y a el
le falta.
¿Sabes hijo mío cuando un maestro es seleccionado para guiar a otros por
vuestro Padre?
No es por su sabiduría, no es por sus lagrimas derramadas, no es por cuanto ha
dado, sino es apartado para ser maestro aquel que ha sabido dominar su propio
carácter a pesar de las circunstancias, aquel que le es posible mantener en paz
su temperamento pues esta siendo gobernado por el Espíritu de vuestro Dios, es
allí cuando el maestro es elegido para guiar a otros, cuando la paz gobierna
todo su ser, por eso hijo mío asciendes cada noche, por eso hijo mío puedes
guiar no por cuanto tienes, ni por cuanto sufres, ni por cuanto entregas,
simplemente es porque puedes vivir con tu espíritu en el amor de tu Padre
dominando las pasiones, siendo templanza en medio de ellas siendo pacifico aún
en la guerra, marcando el rumbo con firmeza pero sin perder la calma siendo
como vuestro Maestro y Señor os enseñó a ser, terminando el tiempo de mi hijo
por la tierra y cuando fue a sentarse a la derecha de vuestro Padre llegó el
tiempo del espíritu, ese tiempo es hoy y es ahora.
Vivid según el Espíritu de Dios este es el tiempo de la renovación es el tiempo
en que los seres de luz trabajan en los corazones de los hombres de la
humanidad toda para dar paso al nuevo tiempo que ya está próximo, el del amor
pleno en Dios.
Di a mis hijos que no pierdan este valioso tiempo en discusiones estériles
sobre quien dice la verdad o quien miente, diles que es tiempo de formar filas
de estrechas lazos de unión, lazos de fraternidad y de buscar juntos un rumbo
cierto según el espíritu de vuestro Padre es la única manera de construir entre
todos el reino del amor.
No os vale de mucho orar si estáis enojados entre vosotros, Yo no escucho esa
oración, mis oídos son sordos a vuestra voz si no hay paz dentro de vosotros y
entre vosotros. No os gastéis leyendo mi Palabra ni participando en la Santa
Eucaristía si por amarme tanto provocáis división entre mi pueblo. Os he pedido
que consoléis a mis hijos que los llevéis al camino de la libertad espiritual
que los ayudéis a quitar el yugo del pecado que los aplasta y si estáis ensimismados
en la tarea de mostrar que la única verdad es la vuestra entonces no estáis
siendo fieles a mi amor y no estáis viviendo según el Espíritu de vuestro Dios.
Bendito es aquél
que siendo grande se hace pequeño ante sus hermanos y se ajusta una toalla a la
cintura, se inclina y lava sus pies refrescándolos con amor, si queréis
servirme sed serviciales en el entendimiento, en la tolerancia, en el respeto,
en la entrega, simplemente amaos los unos a los otros, como vuestro Padre os
amó.
Así sea.
Hasta esta noche en mi mesa hijo mío, vuestro Dios ha hablado.
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