Medjugorje 2 de julio de 2015“Queridos hijos, los invito a difundir la fe en mi Hijo, vuestra fe. Ustedes, mis hijos, iluminados por el Espíritu Santo, mis apóstoles, transmítanla a los demás, a aquellos que no creen, no saben y no quieren saber. Por eso ustedes deben orar mucho por el don del amor, porque el amor es un rasgo distintivo de la verdadera fe, y ustedes serán apóstoles de mi amor. El amor revive siempre y de nuevo, el dolor y el gozo de la Eucaristía, revive el dolor de la Pasión de mi Hijo, con la cual Él les ha mostrado lo que significa amar inmensamente; revive el gozo de haberles dejado Su Cuerpo y Su Sangre para nutrirlos de sí mismo y ser así uno con ustedes. Al mirarlos con ternura siento un amor inmenso, que refuerza en mi el deseo de conducirlos a una fe firme. Una fe firme les dará en la Tierra gozo y alegría y al final, el encuentro con mi Hijo. Ese es Su deseo. Por eso vívanlo a Él, vivan el amor, vivan la luz que los ilumina siempre en la Eucaristía. Les pido que oren mucho por sus pastores, que oren para que tengan el mayor amor posible hacia ellos, porque mi Hijo se los ha dado para que los nutran a ustedes con Su Cuerpo y les enseñen el amor. Por eso ámenlos también ustedes. Sin embargo, hijos míos recuerden: el amor significa soportar y dar, y jamás, jamás juzgar. ¡Les doy las gracias!”