AÑO 1999
04-01-1999
Jesús:
Escribe, no dudes, Soy Yo. Yo Soy te habla para tu salvación. Escribe, tierra buena,
y quita los abrojos.
¿Os acordaréis de recurrir a Mí cuando el enemigo haya llegado hasta lo alto de mi
Santuario? ¿Recordaréis entonces todo lo que se os ha anunciado? ¿Vuestra mirada
se volverá al Cordero? ¿Encontraré fe sobre la tierra cuando finalice la Gran
Tribulación?
Sí, los que permanezcan en mi Corazón serán salvados de perecer.
Permaneced, permaneced en mi Amor. Como el Padre me amó, Yo os he amado.
Permaneced en mi Amor, permaneced en mi Amor.146
Si me amáis, venceréis sobre vuestros enemigos.
Están las huestes prontas a la lucha, esperando su orden, ¿donde está el que debería
ser mi Ejército?
Ejército del Salvador: disponeos al combate. La batalla será cruenta. Sólo vencerán
los que me amen.
Preparaos, Yo os aviso, el tiempo ha llegado, la siega está a punto de comenzar.
Preparaos con vuestra Formadora, vuestra Maestra. La Capitana espera mi orden
para lanzaros al ataque, lanzaros a vosotros con Ella.147
Conoced con qué cariño os ha preparado a cada uno de vosotros, según la misión
que os corresponde. Que nadie desprecie su puesto en el orden del combate. Os
necesito desde el primero al último.
Y tú, mi última, crece cada día, tu medida aún no alcanza a tu papel en mi Lucha.
30-01-1999
Jesús:
No dudes nunca de mi Amor hacia cada uno de vosotros, no por vuestros méritos,
que son nada. Es porque mi Corazón no puede contener su ardor por las almas y
viene a explotar cual Horno incandescente al que se pretende ahogar, viene a
explotar en sus más pequeños, en los que abren sus oídos a la Voz de su Amor.
Pretendéis apagar, ahogar la efusión de mi Espíritu. Como fuego devorador que se
abre camino arrasando los parajes inertes, los desiertos, los campos muertos,
vendré, vendrá mi Amor sobre vosotros. Los míos, los que me escucháis, los que
tenéis ojos y veis, oídos para oír y oís, reconocedme entonces. Sabed reconocerme.
Soy Yo. Vengo como Fuego. Temedme si no estáis en mis listas, alistados a mi
ejército.
Sólo hay dos: Satanás o Dios.
No temáis si estáis dentro de mi Corazón, en mi Amor. No temáis y exultad de
gozo, se acerca entonces vuestra liberación.148 Venid prestos, con gozo, a recibir al
Esposo con vuestras lámparas encendidas.149 Presentadme cómo habéis hecho
prosperar mis talentos y Yo os daré a cada uno lo vuestro.150 En justicia, según
vuestras obras. La hora se acerca, no querría encontrar a ninguno de mis
pequeñuelos con las manos vacías.
Venid nuevamente, cada día, con más fuerza, con más amor, venid a lo más
profundo de mi Corazón, y descubrid que los nombres de cada uno de vosotros se
encuentran grabados a fuego, como sello, dentro de mi profunda Herida.
Caminad con decisión en el desierto hostil, en la tierra oscura que os vio nacer, os
verá morir, y os verá resucitar.
En las tinieblas, que se ciernen amenazantes sobre mi Pueblo, ved el Faro de mi
Luz, ved el Faro luminoso de mi Madre. Escuchadla también, Ella tiene mucho que
enseñaros, es mi Deseo que así sea. Abrid primero a Ella las puertas de vuestra
alma y Ella me preparará el camino, mejor que nadie, en cada uno de vosotros.
Acudid a este Refugio, a este Camino que conduce al verdadero Camino. Que os
salva de errar, os salva de perecer a manos del Maligno. Os cuida cual Jardinera
divina del Vergel de su Señor. Os cuida para mi deleite.
Yo encuentro mis delicias con los hijos de los hombres.
Venid a formar parte de mis manjares. Yo Soy vuestro Manjar, Yo estoy a vuestro
alcance. Comed de Mí, bebed de Mí. Me doy a vosotros para vuestra salvación.
Amén. Aleluya. Gloria al Dios Altísimo.
146 Cfr. Jn 15,9-17.
147 La Virgen.
148 Cfr. Lc 21,28.
149 Cfr. Mt 25,1-13.
150 Cfr. Mt 25,14-29.
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