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martes, 4 de enero de 2011

Asegura que el plan se lo desveló el ministro del Papa para la familia
El obispo de Córdoba cree que la Unesco hará homosexual a la mitad de la población para 2020
M.P.
Quedan dos días para la misa de la Familia en Madrid (esa a la que no acudir sería “pecar de omisión”) y los obispos parecen haberse lanzado a una carrera por ver quién se sale más del tiesto. Por ahora, parece haber tomado la delantera Demetrio Fernández, obispo de Córdoba que, en una Homilía sobre la Fiesta de la Familia asegura que el cardenal Antonelli, ministro de la Familia del Vaticano me comentaba hace “pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”.
Después de que el obispo de Alcalá de Henares, el polémico Juan Antonio Reig Plá, asegurara que los matrimonios católicos son menos propensos a la violencia de género que el resto de uniones, parecía que nadie ni nada pudiera superarle en este 2010. Pero el obispo de Córdoba ha conseguido hacer un sprint final para superarle en la fotografía final de este año.

El plan de la Unesco
Asegura Demetrio Fernández que la Unesco tiene un plan “para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”. “Para eso, a través de distintos programas, irá implantando la ideología de género, que ya está presente en nuestras escuelas” asegura el prelado en una homilía publicada en Infocatólica y pronunciada este domingo en la "Catedral (sic) de Córdoba".

El “plan de Dios”
“Es decir, según la ideología de género, -explica el obispo- uno no nacería varón o mujer, sino que lo elige según su capricho, y podrá cambiar de sexo cuando quiera según su antojo”. Todo se trataría de una estrategia destinada a romper con el “plan de Dios” para la familia, que consiste, evidentemente, “en la unión estable de un varón y una mujer”.

La lista de Fernández
Pero, por supuesto, hay muchos más peligros para ese plan en esta “cultura que quiere romper totalmente con Dios”. Y la lista, por conocida, no deja de ser extensa: “el crimen abominable del aborto”, “las facilidades para el divorcio”, “la anticoncepción en todas sus formas”…

Curiosa moraleja En cualquiera de los casos, Fernández no quiere dar la impresión de que busca obligar a los demás a hacer lo que la Iglesia manda, pero eso sí, que nadie haga lo que ellos no hacen: “No pretendemos imponer a nadie nuestra visión de la vida y de la familia, pero pedimos que se respete la visión que hemos recibido de Dios y que está inscrita en la naturaleza humana”. Que, aunque lo parezca, no es lo mismo.

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