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lunes, 7 de febrero de 2011

La Iglesia y el sida

Allí donde hay un hospital dedicado al sida, lo mismo en Africa que en Asia o Iberoamérica, también en Europa, son monjas y curas católicos los que están a pie de cama para atender a los enfermos.
He recorrido en trabajo profesional más de cien países. En las leproserías de todo el mundo, en los asilos de ancianos terminales, en los hospitales para enfermos infecciosos,  sólo se encuentra uno con misioneras y misioneros católicos. Esa es la escueta verdad
Nunca me he tropezado en esos lugares con un comunista militante, con uno de esos
 manifestantes que vociferan contra la Iglesia. Los misioneros y misioneras permanecen al margen de las pancartas y los sermones
 políticos. Derraman su amor sobre los leprosos, los sidosos, los enfermos terminales, los ancianos sin techo, los desfavorecidos y desamparados.
Aún más, todos los profesionales del periodismo sabemos que cuando estalla una tragedia del tipo que sea en el tercer mundo, encontraremos información certera en la misionera o el misionero españoles, que ejercen su ministerio en los lugares más miserables.Nunca fallan, esa es la realidad.
José Luis Rodríguez Zapatero, para dar una lección a la Iglesia Católica, ha decidido obsequiar a Africa con un millón de preservativos pagados a través de los impuestos con los que sangra a los ciudadanos españoles.
¿A cuántos militantes del PSOE, encabezados por Bibiana Aído, va a enviar para que se instalen durante diez años en los hospitales especializados en sida, para que convivan con los enfermos, les atiendan, les den de comer, les limpien, les acompañen?
El Papa ha instalado en el Africa enferma a muchos millares de monjas
 y curas, de misioneros y misioneras. Obras son amores. Esa es la diferencia entre los que vociferan y los que derraman cariño y atenciones.
Conocí en enero de 1967, cuando carecía de la celebridad que adquirió posteriormente, a Teresa de Calcuta. Pasé un día con ella visitando sus hangares para enfermos terminales. Escuché con atención lo que me decía
Fue una lección de quién sabía mejor que nadie en qué consisten
 las tierras duras del hambre, el mundo de los desfavorecidos profundos. Supe que estaba hablando con una santa. Y así lo escribí.
Pues bien, en el cuerno africano, en las ciudades estercoleros de Africa, en los pueblos escombreras de Asia, en las favelas brasileñas o en las villamiserias peruanas, trabajan para los más pobres, para los más desfavorecidos, millares y millares de teresitas de Calcuta.
El Papa cree que la mejor forma de combatir el sida en Africa es la monogamia y la fidelidad. No ha tenido en cuenta lo estupendas que
están las negritas y lo difícil que tiene que ser, ante el espectáculo de tanta belleza y atractivo, que los negros politeístas y polígamos practiquen la virtud de la monogamia. 
Pero ironías aparte, quienes combaten el sida en Africa, quienes atienden a los enfermos son las misioneras, los misioneros católicos.
Escuché en una tertulia de radio
 a un simpático homosexual cebarse con el Papa y despotricar contra la
 Iglesia.
Se me ocurrió aclararle:  
“Dicen que el sida está especialmente extendido entre los homosexuales aunque afecte ya a los heterosexuales. Seguro que tú nunca te pondrás enfermo. Pero ten por
 seguro que, si así fuera, quien te atenderá con amor y dedicación en el hospital será una monja católica”
Se quedó callado y el simpático gay y los tertulianos se apresuraron a cambiar de tema.
Luis María Ansón
 Miembro de la Real Academia Española

Con motivo de la visita del Papa a África, la  prensa mundial tergiversó el sentido de sus palabras.
Son muchos los que se dedican a atacar a la Iglesia Católica sistemáticamente. Todo les vale, como argumento, para el intento de desprestigiar a los seguidores de Cristo, sin querer reconocer la labor que, durante veinte siglos, están haciendo en el mundo los discípulos de aquel pequeño grupo de los Apóstoles.
Hoy, en el mundo entero, monjas y curas católicos están atendiendo a los más miserables, machacados y enfermos. Antes era el tifus o la lepra. Ahora es el Sida. Sin distinción de país, raza o religión, son religiosos católicos los que están en primera línea, en silencio, sin cámaras de Tv. junto a quienes más necesitan su ayuda.

 La "cara oculta" de la Iglesia Católica (que los medios callan)



ESTE CORREO QUE ADJUNTO AHORA LO ESTOY ENVIANDO A MUCHOS AMIGOS Y CONTACTOS QUE TENGO, PERO DE VERDAD DESCONOZCO SU (COMO SE DICE?) AFILIACIÓN RELIGIOSA, A MI PERSONALMENTE ME HA GUSTADO PERO RUEGO PERDONEN MI ATREVIMIENTO SI LO RECIBE ALGUIEN QUE NO COMPARTE MI RELIGIÓN. BESOS




Los "medios" callan, pero yo soy "entero" (el doble de medio) y no callo.
Por cierto, eso de "medios" es una apropiación indebida de los "comunicadores", como si no existiesen más medios que ellos. Los hay de transporte, sanitarios, eléctricos, también de comunicación .... infinidad de distintos tipos de medios. Pero estos "palabreros" tienen que monopolizar lo que no es suyo. Y así tantas cosas.

Cientos de miles, de millares…como Santa Teresa de Calcuta están

allí donde nadie quier ir, solo por amor a sus hermanos y por amor

a DIOS

 
 

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