Hijitos míos, si cada uno de vosotros me preguntarais lo que siente mi corazón os aseguro que no podría decirles con palabras el amor que siento por cada uno de vosotros, pequeños míos, y también el dolor que llevo en mi corazón de Madre cuando os veo cómo muchos os comportáis, cómo despreciáis la vida y a vuestros hermanos, cómo cometéis sobre vosotros mismos actos que os traerán mucho dolor y sufrimiento, cómo dejáis por momentos de escuchar la voz del amor que os está guiando y os conduce a un verdadero paraíso para oír la voz del ángel desterrado que con engaños os llevará a la tierra de la oscuridad, del horror y del llanto. Si vosotros pudierais comprender el sufrimiento de mi Hijo al verlos tan separados entre vosotros, si comprendierais cuánto sufre vuestro Padre al ver que el paraíso que os entregó para que cuidarais de él lo estáis destrozando, lo estáis llevando al final de sus días y a su vez no os podéis dar cuenta que con el final de vuestro mundo estáis vosotros mismos marcando el final de toda vida sobre la tierra y entre ella os encontraréis todos vosotros. Por eso con inmenso dolor y mucha tristeza contemplamos los actos de muchos de vosotros y hoy me encuentro en vuestro mundo enviada por mi amado Señor para que a través de mis hijos e hijas, aquellos que he elegido para que llevéis mis palabras, os hagáis recapacitar junto a vuestros Pastores para que ellos lleguen a cada uno de vosotros llevando mis palabras, para que os comprendáis y abráis vuestros corazones a CRISTO JESÚS confesando vuestros pecados, ayunando, orando amados hijitos míos, hoy en el mundo faltan hijos e hijas que oren, hoy estáis muy ocupados en otras actividades y habéis abandonado la oración y no os dais cuenta que a través de ella salvaréis no tan sólo vuestras almas sino la de muchos de vuestros hermanos y liberaréis las almas que se encuentran sufriendo en el purgatorio.
Vosotros tenéis en vuestras manos todo para cambiar el final y convertir ese final en un hermoso amanecer, os digo amanecer porque será un nuevo despertar, y en ese nuevo despertar encontraréis un mundo nuevo, un mundo basado en el amor, la misericordia, la paz, la esperanza, la humildad, la unidad de todos vosotros y caminaréis de vuelta todos juntos llevados por vuestros Pastores rumbo a una nueva era, la era del amor, entre todos levantaréis mi morada y volveréis a ver florecer las rosas más hermosas que yo misma os he de entregar a cada uno de vosotros. No habrán más guerras ni odios, no habrán rencores ni envidias y todos comprenderéis que en la unidad y abrazando la fe en CRISTO JESÚS renaceréis a una nueva vida, una vida en armonía y paz y el mundo, que hasta estos días se ha convertido en un verdadero infierno, desaparecerá y se ha de convertir en un mundo de armonía entre todos vosotros y la paz descenderá sobre cada uno y estará coronada por el amor llevado por el Espíritu Santo y depositado en cada uno de vuestros corazones.
Tenéis que volver a mi morada, tenéis que hacer que mi Iglesia, mi amada Iglesia, sea SANTA EN LA TIERRA COMO LO ES EN EL REINO DE LOS CIELOS, yo, junto a todos los Santos, Ángeles y Arcángeles estamos esperando de cada uno de vosotros ese día, el día que sonarán todas las trompetas celestiales y veréis alinearse una gran Cruz en el cielo con todas las estrellas que os marcarán días y noches y el canto de los coros celestiales anunciarán un nuevo amanecer y con ese nuevo amanecer tendréis la dicha de volver a ver a mi amado Hijo JESÚS descender para caminar al lado de cada uno de vosotros, para guiarlos, para hablarles, para escucharlos y encaminarlos rumbo al Corazón Inmaculado del Padre. Amados hijitos míos, no os podéis dar cuenta cuánto deseo que llegue ese día, no podéis comprender muchos de vosotros con cuánto amor espero ese día y cada amanecer espero y deseo con todo mi corazón verlos unirse y caminar juntitos cantando alabanzas a CRISTO JESÚS, viviendo en armonía y total paz, y esa paz tiene que estar presente para siempre en vuestros corazones. Sé que ha de ser así, sé que muy pronto os uniréis, sé que al ver este nuevo amanecer comprenderéis que ha llegado el momento del gran encuentro y que si no cambiáis, si no os unen, todo se ha de perder, y si se pierde sólo habrá sobre toda la tierra dolor, soledad, llanto y oscuridad.
Por eso os ruego que reflexionéis y comprendáis mis palabras, os hablo con sencillez y humildad, os hablo como una Madre que os ama pero a su vez siente un dolor muy profundo por cada uno de mis hijitos e hijitas al ver que pasan los días y no os volvéis a unir, por eso hoy al decirle a mi Hijo que os haga llegar a todos vosotros mis palabras, quise que sepáis lo que siente mi corazón de Madre y mi mayor anhelo que es la unidad, el amor, la justicia, la misericordia y la paz entre todos los pueblos y naciones del mundo levantando la nueva nación basada en los SAGRADOS MANDAMIENTOS DE CRISTO JESÚS y comenzando a caminar en total unidad y amor todos vosotros. Os amo pequeños hijitos míos. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
11/05/2011 03:25 Horas.
AVELLANEDA - PROVINCIA DE BUENOS AIRES – REPÚBLICA ARGENTINA
Para pedidos de oración de los miembros del Cenáculo SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA: www.lavozdesantamaria.com.ar
José Luis Belmonte
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