Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles..." (Mt 25, 31). Le pertenecen porque fueron creados por y para El: "Porque en Él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por Él y para Él" (Col 1, 16). Le pertenecen más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvación: "¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?" (Hb 1, 14).(Catecismo de la Iglesia Católica, 331)
Es oportuno notar que la Iglesia honra con culto litúrgico a tres figuras de ángeles, que en la Sagrada Escritura se les llama con un nombre.
El primero es Miguel Arcángel (Cfr. Dan 10, 13.20; Ap 12, 7; Jdt. 9). Su nombre expresa sintéticamente la actitud esencial de los espíritus buenos: 'Mica-El' significa, en efecto: '¿quien como Dios?'. En este nombre se halla expresada, pues, la elección salvífica gracias a la cual los ángeles 'ven la faz del Padre' que está en los cielos.
El segundo es Gabriel: figura vinculada sobre todo al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios (Cfr. Lc 1, 19. 26). Su nombre significa: 'Mi poder es Dios' o 'Poder de Dios', como para decir que en el culmen de la creación, la Encarnación es el signo supremo del Padre omnipotente.
Finalmente el tercer arcángel se llama Rafael. "Rafa-El' significa: 'Dios cura', El se ha hecho conocer por la historia de Tobías en el antiguo Testamento (Cfr. Tob 12, 50. 20, etc.), tan significativa en el hecho de confiar a los ángeles los pequeños hijos de Dios, siempre necesitados de Custodia, cuidado y protección.
Reflexionando bien se ve que cada una de estas tres figuras: Mica-El, Gabri-El, Rafa-El reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por el autor de la Carta a los Hebreos: '¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor de los que han de heredar la salvación?' (1, 14).
Es oportuno notar que la Iglesia honra con culto litúrgico a tres figuras de ángeles, que en la Sagrada Escritura se les llama con un nombre.
El primero es Miguel Arcángel (Cfr. Dan 10, 13.20; Ap 12, 7; Jdt. 9). Su nombre expresa sintéticamente la actitud esencial de los espíritus buenos: 'Mica-El' significa, en efecto: '¿quien como Dios?'. En este nombre se halla expresada, pues, la elección salvífica gracias a la cual los ángeles 'ven la faz del Padre' que está en los cielos.
El segundo es Gabriel: figura vinculada sobre todo al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios (Cfr. Lc 1, 19. 26). Su nombre significa: 'Mi poder es Dios' o 'Poder de Dios', como para decir que en el culmen de la creación, la Encarnación es el signo supremo del Padre omnipotente.
Finalmente el tercer arcángel se llama Rafael. "Rafa-El' significa: 'Dios cura', El se ha hecho conocer por la historia de Tobías en el antiguo Testamento (Cfr. Tob 12, 50. 20, etc.), tan significativa en el hecho de confiar a los ángeles los pequeños hijos de Dios, siempre necesitados de Custodia, cuidado y protección.
Reflexionando bien se ve que cada una de estas tres figuras: Mica-El, Gabri-El, Rafa-El reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por el autor de la Carta a los Hebreos: '¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor de los que han de heredar la salvación?' (1, 14).
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