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jueves, 8 de septiembre de 2011

PROFECÍAS CUMPLIENDOSE

Cuando los profetas empiezan a ser escuchados... Cuando buscamos a Dios porque de pronto se vuelve necesario... Cuando recuerdo que SOY BAUTIZADO... cuando SOLO QUEDA CONVERTIRSE Y ORAR... Y acudir a los SANTOS SACRAMENTOS: CONFESIÓN Y COMUNIÓN. Regresar a Abba, DIOS PADRE CREADOR Y TODOPODEROSO, mirar al cielo y ¡ALABARLO, BENDECIRLO Y ADORARLO! Pedir perdón por mis faltas y reconciliarme con EL.

REVELACIONES ACTUALES REFERENTES A LA IGLESIA

La Sma. Virgen a Luz de María el 24 de enero de 2011: “Senderos de dolor se enfilan hacia la Iglesia. Satanás prepara su aparición. El anticristo une fuerzas en los países para surgir por doquier en el instante preciso”.


Ntro. Señor Jesucristo a Luz de María el 17 de enero de 2011: “cada pensamiento contra el amor al prójimo es una descarga negativa que se manifiesta en contra de la humanidad; los malos pensamientos unidos, concurren en uno solo, dándole más cuerpo al demonio que lucha desaforadamente contra Mi Iglesia contra los Míos.

Oren por Mis Sacerdotes, oren con perseverancia”.


La Sma. Virgen a Luz de María el 12 de enero de 2011: “…crezcan en la Fe, porque el gran usurpador se ha acercado a la Iglesia. Crezcan en la Fe para que las palabras falsas que saldrán de la boca del gran usurpador y sus secuaces, no les lleven a tambalear. Crezcan en la Fe, para que sus oídos no se abran a falsas palabras humanas de falsos profetas que se levantarán en contra de Mi amado Vicario, de Mi amado Pedro…crezcan en la Fe para que puedan discernir. Pidan constantemente ser llenos del Espíritu Santo”.

La Sma. Virgen a Luz de María el 7 de enero de 2011: “La Iglesia será conmocionada. El mal busca la división para debilitar a Mis hijos”


Ntro. Señor Jesucristo a Luz de María el 5 de enero de 2011: “Mi Iglesia será muy pronto sacudida nuevamente y grandemente”. Mi Iglesia perseguida sangrará, sangrará tanto que los ríos se teñirán de rojo; mas la sangre de los mártires hará resurgir Mi Iglesia. Y VICTORIOSA, COMANDADA POR MI MADRE, SE LEVANTARÁ Y TRIUNFARÁ SOBRE TODO MAL”.



TERCER MENSAJE AKITA, JAPÓN

13 de Octubre de 1973. (Aprobado por la Iglesia Católica)



Agnes (Inés) Katsuko Sagasawa


«Mi querida hija, escucha bien lo que voy a decirte; informarás de ello a tu superior: "Si los hombres no se arrepienten y no se mejoran, el Padre mandará un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo más grave que el diluvio, como jamás ha habido otro; caerá fuego del cielo y aniquilará una gran parte de la humanidad, tanto malos como buenos; no perdonando a fieles ni a sacerdotes.

Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que quedarán entonces serán el Rosario y el Signo dejado por mi hijo. ... Con el rosario rogad por el Papa, los Obispos y los sacerdotes. La acción del diablo se infiltrará hasta la Iglesia, de tal forma que se verán cardenales oponiéndose a otros cardenales, obispos contra obispos.
Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y combatidos por otros sacerdotes. Las iglesias y los altares serán saqueados. La Iglesia se llenará de quienes aceptan componendas, y el demonio empujará a muchos sacerdotes y almas consagradas a abandonar el servicio del Señor. El demonio atacará encarnizadamente sobre todo a las almas consagradas a Dios.

El pensamiento de la perdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y en gravedad, ya no habrá perdón para ellos. Recen mucho las oraciones del Rosario. ....
Aquéllos que ponen su confianza en mí serán salvos.»


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CISMA EN AUSTRIA





Dos tercios del clero de Austria apoyan un documento en el que pide a la Iglesia, entre otras cosas, que acepte el aborto y el matrimonio homosexual de viena ha publicado una nota diciendo que lo ocurrido no puede quedar sin consecuencias. Para tener mas informacion sobre este tema te invito a que leas la nocia enviada por el P. Santiago Martín.
Cientos de sacerdotes austriacos han desafiado a la Iglesia católica en demanda de reformas reunidas en un manifiesto, publicado en Internet, que ha ido ganando en popularidad y que han denominado Llamada a la desobediencia. En él se pide, entre otras medidas, «la ordenación de las mujeres y de las personas casadas», el que hombres y mujeres laicos preparados, solteros o casados, puedan oficiar misa y dirigir iglesias carentes de párroco, permitir que los divorciados puedan volver a contraer un segundo matrimonio religioso y que los protestantes puedan recibir la comunión.

Impulsan el texto 329 religiosos y lo respalda un número de adhesiones equivalente a dos tercios de los 2.000 sacerdotes austriacos.

Respecto al celibato se dice textualmente: “Nos sentimos solidarios con aquellos que a causa de su casamiento no pueden seguir ejerciendo sus funciones y también con quienes, a pesar de mantener una relación, continúan prestando su servicio como sacerdotes”.



Quien fuera mano derecha del cardenal austríaco Christoph Schönborn en Viena, el sacerdote Helmut Schüller, vicario general de la archidiócesis entre 1995 y 1999, se ha convertido en el principal líder de una revuelta. Schüller, que también ha sido el director de Cáritas de Austria y actualmente es párroco y capellán en una universidad lidera a más de 300 religiosos que apoyan la "Llamada a la desobediencia", un manifiesto publicado en Internet desde el pasado junio, en la que se muestran partidarios de los sacerdotes casados, la ordenación de mujeres, el acceso a la Eucaristía de los divorciados vueltos a casar y que, además, puedan volver a contraer un segundo matrimonio religioso, que los protestantes puedan recibir la Comunión y, finalmente, que los laicos prediquen y dirijan parroquias.


Apoyo entre los que se dicen creyentes


Una encuesta publicada la semana pasada reveló que tres de cada cuatro de los 2,6 millones de creyentes de Austria, un país en el que en cada aula y sala de hospital público y privado cuenta con un crucifijo, apoya esta iniciativa. Ello a pesar de que contradice la línea oficial de la Iglesia y de que el texto podría llevar a la expulsión de los religiosos, según varios teólogos. Para el obispo de la ciudad austriaca de Graz, Egon Kapellari, “la llamada es un peligro para la unidad de la Iglesia”. El manifiesto recopila firmas desde junio y aparece antes de la visita del Papa a Austria, prevista del 22 al 25 de septiembre.


Advertencia del Cardenal Schönborn


El presidente de la Conferencia Episcopal Austriaca y arzobispo de Viena, S.E.R Cardenal Christoph Schönborn, ha indicado que “no comparte la iniciativa” y que “no la defendería ante Roma”, según el líder de los disidentes, Helmut Schüller, quien, como vicario general de Viena, fue el número dos de Schönborn entre 1995 y 1999. “Esto no puede continuar. Si alguien ha decidido seguir el camino de la disidencia, ello tiene consecuencias”, declaró Schönborn al diario Der Standard. El cardenal ha expresado su sorpresa por la iniciativa y ha recordado a los sacerdotes rebeldes que han hecho libremente voto de obediencia a su obispo cuando fueron ordenados, “por lo que quien rompa este principio disuelve la unidad”.
Comentario del Padre Santiago Martín


Dos tercios del clero austríaco apoya un manifiesto conocido como “Llamada a la desobediencia” y la gran mayoría de los habitantes de ese país hace lo mismo. Rechazan casi todo lo dogmático o moral que es difícil de digerir por el mundo de hoy; es decir, piden la aceptación del aborto, del matrimonio homosexual, de la ordenación femenina, de la comunión de divorciados, de las misas presididas por laicos… Y esto sucede en vísperas del viaje del Papa a Austria.

La situación sólo puede calificarse como grave. Así lo ha reconocido un hombre tranquilo y acostumbrado a batallas de este tipo, como es el cardenal de Viena Schönborn. Acaba de publicar una carta apelando a la unidad, pero también advirtiendo que la postura de los que disienten de la doctrina católica tendrá consecuencias graves y que no puede quedar impune.

Ambas cosas son, pues, necesarias. Primero, no ahorrar esfuerzos por mantener la unidad de la Iglesia e intentar evitar si es posible el cisma. En realidad, el cisma lleva ya años existiendo y ahora lo que sucede es que aparece con total nitidez. Sin embargo, antes de que se pase del “facto” al “iure”, hay que hacer todo lo posible para impedirlo. La historia nos enseña que muchas buenas personas son engañadas por los liantes de turno y luego, sin ser plenamente conscientes de lo que han hecho, quedan separadas del tronco de la Iglesia, tanto ellos como sus hijos. Quizá mañana la Iglesia católica esté en minoría en Austria y tengamos enfrente a una “Iglesia progresista protestona” separada de la católica, a la que tendremos que tratar con amor de “hermanos separados” y con la que tendremos que dialogar para ver si algún día volvemos a unirnos. Pero, si podemos evitarlo, es mejor que eso no suceda. La unidad es un valor importantísimo, por el que merece la pena pagar un precio.

Ahora bien, ese precio no puede ser el de la verdad. No podemos sacrificar la verdad ni siquiera en aras de la unidad. El cisma sería terrible, pero peor aún sería que en la Iglesia siguiera reinando la confusión que hay hoy en tantos sitios –Austria es sólo uno de ellos-. Es hora de que unos y otros den la cara y de que, si hay que romper, se rompa del modo menos traumático posible y con la menor de las agresividades.

Esto es como los matrimonios. Hay que luchar a toda costa para que sobrevivan, pagando incluso un alto precio por ello, el precio de la cruz. Pero no pagando cualquier precio. La Iglesia no nos enseña que la esposa tiene que seguir con el marido aunque éste le pegue una paliza diaria; la separación matrimonial, en casos así, es no sólo legítima sino necesaria.

El cisma que divide a la Iglesia en Europa desde hace décadas es una realidad. Quizá ha llegado la hora de que se consume, de que se haga jurídico. Si llega esa hora será una mala hora, pues no es buena la división. Pero mucho peor es seguir engañando a los fieles inocentes que van a iglesias y colegios católicos y reciben una doctrina que creen que es de la Iglesia a la que pertenecen y no tiene nada que ver con ella. Por lo tanto, si no quieren compartir el depósito de la fe, que se vayan. Será muy doloroso si sucede, pero pagar el precio de sacrificar la verdad es algo que la Iglesia no puede hacer.

Recemos por la Iglesia en Austria y por el Papa.

Comentario:

Lo que está sucediendo en Europa, en Austria y Holanda (particularmente), nos está amenazando a nosotros también.


Estamos hablando de un ataque abierto contra el celibato del sacerdocio, contra la función jerárquica de la Iglesia, y contra el principio de unidad a los sucesores de los apóstoles. No es necesario decir que sabemos de estas corrientes modernistas, las cuales han sido inyectadas lentamente en las venas de la Iglesia.

Esto suena mucho a la queja de Henri de Lubac, en su Mémoire sur l’occasion de mes écrits [1], cuando hablaba acerca del “contra-Concilio” [para-Council], diseñado por radicales como Schillebeeckx y Rahner, promotores de la miserable secularización y la deserción espiritual. El mensaje de Henri de Lubac y Benedicto XVI es claro: sin regresar al pasado, necesitamos salvar a la Iglesia de los progresistas quienes han puesto en peligro el trabajo del verdadero Concilio, el cual no ha sido aún recibido.

[Nota: «De Lubac ataca la promoción de lo que él llama el para-Concilio (o contra-Concilio), esto es, la interpretación del Segundo Concilio Vaticano promovida por teólogos liberales y adoptada por los medios de comunicación masiva.» Christianity 101: A Textbook of Catholic Theology, p. 16, de Gregory C. Higgins.]
Para no ir tan lejos tenemos más ejemplos de todo esto no más aquí en América Latina, que un sacerdote cuestiona o ataca los puntos de la doctrina que el propio Benedicto XVI ha definido como no negociables. Resulta una dolorosa contradicción para los católicos que otros obispos, por poner en duda acontecimientos históricos, sean sancionados públicamente de modo severo mientras otras acciones absolutamente intolerables e incompatibles con la doctrina católica se permiten abiertamente, como el caso del cura abortista de Barcelona.



Observe como Acto blasfemo la bandera aberrosexual junto al Altar. En este caso, el obispo abortista se llama José Raúl Vera López, de la diócesis mexicana de Saltillo. Hace unos días el mismo Vera declaró públicamente haber recibido una carta de la Santa Sede que lo invitó a explicar su trabajo con el grupo de promoción homosexual conocido como “San Elredo”. El requerimiento llegó tras la queja de sus propios feligreses, quienes le cuestionaron sus posiciones con carteles anónimos en la catedral. Tres pancartas con la elocuente frase: “¡Queremos un obispo católico!”.

En marzo pasado tuvo lugar en Saltillo el IV Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religiosa, organizado por esa asociación y en el cual se promovieron, entre otras, tanto las conductas aberrosexuales como la adopción de niños entre parejas del mismo sexo. El obispo no se limitó a dar sustento, sino que presidió personalmente la inauguración del encuentro. El gesto despertó preocupación entre grupos pro-familia de la región y fue cubierto ampliamente por la agencia católica de noticias ACI Prensa.


Aunque el grupo “San Elredo” y su asesor pastoral, el sacerdote Robert Coogan, aclararon que no pretenden impulsar la aprobación legislativa del “matrimonio homosexual”, en los hechos su trabajo demostró estar frontalmente opuesto a la doctrina católica. Así se desprende de una declaración de Coogan quien lamentó que “la única respuesta que ofrece el Catecismo (a los aberrosexuales) es decirles que vivan el celibato” y eso “no es adecuado”.

La primera defensa de Vera, tras dar acuse de recibo a la carta del Vaticano, fue culpar a la agencia de haber construido “infundios” en su contra. “En la Diócesis de Saltillo tenemos objetivos bien claros, nosotros trabajamos con ellos (la comunidad homosexual), para ayudarles a recuperar su dignidad humana que mucho se vulnera desde su casa, en la sociedad y se les trata como apestados”, dijo.

“Por supuesto que hay un llamado del Vaticano y yo estoy para aclarar las cosas… yo tengo que responder a la Ciudad del Vaticano una serie de preguntas que me hacen con respecto a mi trabajo con los homosexuales, pero es debido a esta agencia de información católica que se ha puesto a decir barbaridades”, agregó.

Lo cierto es que Raúl Vera se ha destacado por mantener posiciones polémicas. El religioso dominico (de la Orden de los Predicadores), estudió en México, en Bolonia y en Roma (Italia). Recibió la ordenación sacerdotal de manos de Pablo VI (1975) y la episcopal de manos de Juan Pablo II (1988), en Ciudad Altamirano. En 1995 se convirtió en la gran apuesta para suceder a Samuel Ruíz, entonces obispo de San Cristóbal de las Casas (Chiapas). El 14 de agosto de ese año el Papa lo designó como obispo coadjutor con derecho a sucesión. Así llegó al sureste mexicano, todavía marcado por el alzamiento comunista del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994.

Con su designación se buscó dar una salida rápida a Ruíz y poner un dique al proyecto de la teología indígena mexicana ( LEGADOS DE LA TEOLOGIA DE LA LIBERACION), que se encontraba en su punto más alto. El Vaticano mandaba sus primeras señales de preocupación.

Pero el intento fracasó. Al poco tiempo de su llegada a San Cristóbal Raúl Vera se convirtió en uno de los acérrimos defensores de la acción de los diáconos permanentes casados (como sustitutos de los presbíteros) y de su multiplicación excesiva, proyecto que en Roma es conocido como la “Iglesia diaconal” y percibido como un intento organizado por quebrar el celibato sacerdotal.

Esta rápida mutación obligó a la Sede Apostólica a mandarlo como obispo de Saltillo (el 30 de diciembre de 1999) antes que ratificarlo como sucesor de Samuel Ruíz, quien finalmente fue sustituido por Felipe Arizmendi Esquivel.

El cambio no mermó sus reivindicaciones anticatólicas. Replicó en Saltillo el modelo pastoral de San Cristóbal, difundiendo ampliamente la ordenación de diáconos permanentes casados quienes, según él, “pueden realizar la labor sacerdotal en las comunidades alejadas”. Su insistente proselitismo, casi político, y sus posiciones netas no han caído bien ni en México ni en Roma.

Otro de sus objetivos ha sido criticar al actual gobierno y su lucha contra los cárteles de la droga. El prelado se ha alineado con los grupos defensores de los derechos humanos que han exigido quitar al ejército de la lucha contra las bandas, facilitando sus correrías. Una posición casi irreductible que comparten muy pocos en la Iglesia mexicana.

El último capítulo del “obispo rebelde” se desató tras una entrevista publicada el 3 de agosto por la agencia pro-vida de Estados Unidos LifeSiteNews.com en la cual Vera reconoció guiar dos instituciones que abiertamente defienden la despenalización del aborto. Se trata del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas de Chiapas, en cuyo liderazgo sucedió al difunto obispo Samuel Ruíz, y del Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, fundado por él mismo en Saltillo.

Ambas instituciones forman parte de la red “Todos los derechos para todos y todas” que promueve el aborto como un derecho humano y que apoyó en 2007 la despenalización de esa práctica en la capital mexicana. Además en 2008 esos centros firmaron –junto con otras organizaciones- una declaración para oponerse a una reforma constitucional que buscaba la salvaguardia de los no nacidos en el estado mexicano de Jalisco.

Por todo esto Raúl Vera López superó la más que excesiva tolerancia del nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, quien no tuvo más remedio que transmitir a Roma la historia de este “obispo rebelde”.

Y en Roma deberá rendir cuentas porque, como él mismo anunció públicamente, a finales de agosto o inicios de septiembre se entrevistará con el prefecto de la Congregación para los Obispos de la Santa Sede, Marc Oullet. Aunque adelantó algo inquietante: “no es llamada de atención, es una aclaración”.

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