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martes, 17 de abril de 2012

La visión del descenso de Jesús a los infiernos de A.C. Emmerich profetiza la liberación de Lucifer alrededor de 1940

[SdeT] El Sábado Santo se recuerda el hecho de que el Señor descendió a los infiernos y liberó a todas esas pobres almas – de nuestros primeros padres, Adán y Eva, en adelante, que habían estado esperando y anhelando su redención salvadora. Él también sujetó todas las cosas a su victoria – hasta los demonios, quienes se vieron obligados a “doblar la rodilla ‘en su manifestación.
La mística alemana, Beata Ana Catalina Emmerich (1774 – 1824), como es sabido recibió varias visiones que muestran momentos íntimos de la vida de Jesús, así como las vidas de María y otros santos. Y entre ellos profetiza la liberación de Lucifer de las cadenas del infierno para 50 o 60 años antes del 2000 y un tiempo antes algunos demonios.
A través de la obra de un poeta llamado Clemens Brentano, muchos de estos fascinantes fueron publicados a mediados del siglo XIX. Varios libros de visiones fueron publicadas, aunque dos fueron particularmente populares: La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a las Meditaciones de Anne Catherine Emmerich y La vida de la Bienaventurada Virgen María de las visiones de Ana Catalina Emmerich.
En La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, Emmerich al parecer fue la base para la película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo de 2004.
Uno de los capítulos de La Dolorosa Pasión muestra el Infierno Horripilante y bastante interesante de leer porque especialmente Emmerich profetiza sobre el desencadenamiento del Diablo, que según ella iba a suceder durante la mitad del siglo XX, 50 o 60 años antes del 2000. Muchos dirán que el período alrededor de los años 1940 fue probablemente el más infernal de la historia humana – tanto en lo político como mismo dentro de la Iglesia.
A continuación presentamos el pasaje del capítulo 59 de La Dolorosa Pasión al que hacemos referencia.
El infierno lo veo en cambio como un lugar donde todo tiene por principio la ira eterna, la discordia y la desesperación, prisiones y cavernas, desiertos y lagos llenos de todo lo que puede provocar en las almas el extremo horror, la eterna e ilimitada desolación de los condenados. Todas las raíces de la corrupción y del terror producen en el infierno el dolor y el suplicio que les corresponde en las más horribles formas imaginables; cada condenado tiene siempre presente este pensamiento, que los tormentos a que está entregado son consecuencia de su crimen, pues todo lo que se ve y se siente en este lugar no es más que la esencia, la pavorosa forma interior del pecado descubierto por Dios Todopoderoso.
Cuando los ángeles, con una tremenda explosión, echaron las puertas abajo, se elevó del infierno un mar de imprecaciones, de injurias, de aullidos y de lamentos. Todos los allí condenados tuvieron que reconocer y adorar a Jesús, y éste fue el mayor de sus suplicios. En el medio del infierno había un abismo de tinieblas al que Lucifer, encadenado, fue arrojado, y negros vapores se extendieron sobre él. Es de todos sabido que será liberado durante algún tiempo, cincuenta o sesenta años antes del año 2000 de Cristo. Las fechas de otros acontecimientos fueron fijadas, pero no las recuerdo, pero sí que algunos demonios serán liberados antes que Lucifer, para tentar a los hombres y servir de instrumento de la divina venganza.
Vi multitudes innumerables de almas de redimidos elevarse desde el purgatorio y el limbo detrás del alma de Jesús, hasta un lugar de delicias debajo de la Jerusalén celestial. Vi a Nuestro Señor en varios sitios a la vez; santificando y liberando toda la creación; en todas partes los malos espíritus huían delante de Él y se precipitaban en el abismo. Vi también su alma en diferentes sitios de la tierra, la vi aparecer en el interior del sepulcro de Adán debajo del Gólgota, en las tumbas de los profetas y con David, a todos ellos revelaba los más profundos misterios y les mostraba cómo en Él se habían cumplido todas las profecías.
La Beata Ana Catalina Emmerich también describe el encuentro de Jesús con Adán y Eva, así como la gran alegría que inundó las almas que habían estado esperando en el Purgatorio por los frutos meritorios de su Pasión Redentora.
Estas visiones no han sido aceptados oficialmente por la Iglesia, aunque Emmerich fue beatificada sólo hace unos años por el beato Papa Juan Pablo II, y  se debe principalmente a las virtudes heroicas que se muestran en toda su vida, y también en reconocimiento a su vocación como estigmatizada y mística.
Pero curiosamente, Emmerich describió en sus visiones la casa de la Virgen María cerca de Éfeso y forma tan precisa que se utilizaron para localizar el casa de María en Efeso real. Ahora es un lugar de peregrinación, que ha sido visitado en varias ocasiones por varios papas.
Fuentes: La amarga Pasión de Cristo, por Ana Catalina Emmerich, Signos de estos Tiempos

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