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jueves, 10 de mayo de 2012
De Pedro Cuenca Serrat
Maestro Amado Nuestro Señor, Divino Maestro.
Amado hermano mío, hemos estado un tiempo en perfecta unión como la vid se une a los sarmientos de la misma manera tu y yo, hermano mío nos hemos pertenecido uno al otro.
Sabes hermano es ese mi gran sueño. El Padre tiene su sueño, el de que el reino del amor por el cual entregué mi vida sea fecundo, progrese día a día y de a luz nuevos hombres que conformen el reino del amor, pero yo también tengo un sueño. Mi sueño es que permanezcáis en Mí, el que os pertenezca todo mi Ser, el que os pertenezca toda mi divinidad y mi profundo amor.
Permanecer en Mi es simplemente abrazarse a este corazón misericordioso a este hermano vuestro que desea con toda su ansia vivir en comunión perfecta con vosotros, así las noches, así los días, así las horas transcurridos juntos han sido un vínculo estrecho entre nuestro ser, el tuyo y el mío.
Y cuando digo el tuyo y el mío es porque en ti estoy incluyendo a todos los hombres pues tu bien sabes amado hermano que no existe un solo ser sino una multitud de seres como no existe un solo hombre sino toda una humanidad. Mi sueño es que crezcáis así en espíritu y en verdad, mi sueño es que por fin los hombres encuentren caminos de paz, de amor y de conciliación, es esa paz la que deseaba tener contigo en estos días, una paz que se da en un corazón tranquilo, sereno en contacto con la mayor fuerza y fuente de paz que es la obra creadora de nuestro Padre,
Los mares, la arena, la luna en lo alto del firmamento, las estrellas, los animales y las plantas, todo, absolutamente todo.
Estaba pensado para que ese encuentro sea un encuentro especial sin hombres a quien sanar, pero si corazones para edificar porque en el dialogo es como se edifican los corazones, las palabras son las que construyen dentro del hombre la morada adecuada para tu Señor, y si dices una frase, una sola frase, la misma es un vehiculo de amor de entendimiento y sobretodo de luz.
Por eso hermano mío vengo especialmente en esta noche a deciros a todos que así como la vid se une al sarmiento de la misma manera debéis estar unidos a Mi, pero también es importante que me dejéis podaros, hay en vuestro ser muchas ramas que están muy largas y no permiten que la vid de buenos frutos, están largas las ramas de la ambición, de la desunión, del yo, están largas muy largas las ramas del descreimiento y la desconfianza.
Yo soy el viñador y os podo para que luego seáis fuente de frutos abundantes.
Así como muchas veces la poda pasa por no daros lo que me pedís, por no daros todo aquello que anheláis sino lo justo para cada uno de vosotros.
Tu no pediste tener estos días de paz pero Yo tu Maestro lo consideraba necesario, así fue como de repente te viste envuelto en un viaje que tal vez no pensabas realizar, esa es la poda, pode en ti ese – Yo puedo solo – hermano querido nadie puede solo, hermano amado debes aprender que necesitas de esos espacios de paz y de encuentro que revitalizan y refuerzan tu ser para que seas el fuerte guerrero del amor, el paladín de Dios.
Así fue como podé esa rama en ti y día a día os voy quitando aquellas cosas que os impiden ser lo que sueño que seáis uno solo en Mí. Aquí está mi gran sueño, permanezcan en Mí y entonces tendréis vida en abundancia, entonces seréis aquello que estáis llamados a ser, sal y luz en el mundo.
La proximidad del mar traía a tus labios la sal. La sal hermano mío es la que da sabor a las comidas y da sabor a la fe y la luz que ilumina la noche es la que llevas dentro es esa hoguera que arde y quema todo a su alrededor, también a esa hoguera le he dado mas luz de manera que ahora puedes enfrentar nuevamente el camino. Has transitado con fidelidad y con fidelidad se responde desde lo alto, recibe hermano mío esta poda generosa de tu Señor y así día a día iré quitando lo que esté de más y dándote lo que necesitas para continuar tu marcha en el camino del amor.
Ahora hermano mío descansa que esta noche tenemos trabajo que realizar, estaremos aguardándote.
- ¿Ocurre algo Maestro?
Lo de siempre hermano mío, pero sobretodo es eso, el de no pertenecer a vuestro Dios por completo, el de ponerle límites humanos que no tiene, el de no concebir a un Dios cercano y el de verlo como un Padre que odia la obra de sus manos, la obra de sus manos que sois vosotros, el de no creer simplemente no creen, sino en solo lo que tocan, en lo que ven como Tomas,
Están pidiendo ver, tocar, sentir, saber cabalmente, razonablemente, fíjate tu hermano mío pedirle razones a Dios tratar de abarcar con su menté humana la grandeza ilimitada de Dios, su poder creador, su Ser íntimo, así estamos y así vamos día a día luchando hermano mío contra la oscuridad que se afana en conquistar el mundo y con los maestros que le colaboran con los hombres que dudan alimentando su poder, pero la luz siempre es la que ha de vencer mientras eso sucede hay que transitar las oscuridades, hay que irradicarlas, abriendo camino como tu sabes hacerlo.
Los seres de luz, vuestros hijos crecen rápidamente en sabiduría y fortaleza ya son príncipes del ejercito de Dios.
Gracias hermano mío por aceptar mi Presencia en tu vida
Paz y bien hermano amado.
Os dejo mi paz y os doy mi paz que ella permanezca con vosotros en esta noche y los despierte al nuevo día.
Así sea.
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