Mi amado Hijo y yo os hemos entregado las armas que tenéis por excelencia para un fin claro y puro que es el que cada uno de vosotros, todos unidos, os tenéis con ellas que abrir el camino no tan sólo de vuestras almas sino de toda la humanidad, la salvación, pequeños, de caer en el gran desierto del dolor, del llanto y de la oscuridad.
Hijos míos, si pudierais llegar con vu
estros anhelos y el afán que tenéis hasta los pies de vuestro amado Padre, mi SEÑOR, entonces os daréis cuenta que el éxito estará totalmente seguro. Arded como la zarza que arde sin consumirse porque esto, hijitos míos, es la clase de sacrificio que esperamos de cada uno de vosotros y el que necesitamos, ese sacrificio que nunca se ha de consumir y que ese fuego ardiente que hay adentro de vuestros corazones, que es del amor, que os fue entregado al nacer a cada uno de vosotros, tenéis que hacerlo llegar hasta mí, vuestra MADRE. Tenéis todos que comprender y entender que sin FE, ESPERANZA, AMOR Y CONFIANZA, no puede arraigar en ninguno de vosotros, hijos, ninguna virtud. Por ello queremos que comprendáis que cuando os hablo a través de mis hijos e hijas, cuando os envío a que leáis mis palabras y que meditéis de ellas, es porque cada una son los pilares fundamentales, el santo propósito para el que os estamos guiando y preparándolos y vosotros debéis llevar a la práctica lo más rápido posible, porque como os he dicho, los tiempos se acortan y habéis dejado transitar mucho tiempo sin que salierais a llevar la palabra y la presencia de mi amada Iglesia. Tenéis todos que reflexionar sobre la transcendencia de cada una de mis palabras porque ello os ayudará a dar vuestros primeros pasos, pero igual, pequeños míos, quiero que sepáis que no os dejaremos solos, mi amado Hijo y yo, vuestra Madre, estaremos entregándoles fuerzas y ánimo a cada uno. Por ello os pido y os ruego que no os demoréis en empezar y nunca entorpezcáis nuestra obra para el bien de toda la humanidad y para que de esa forma por la que os vamos guiando cuidéis y alimentéis vuestras almas para vivir en total armonía, justicia, misericordia y paz.
Yo os convoco a que acudáis frente a mi amado Hijo, que lleguéis hasta el Sagrario, que estéis unidos a Él a través de la palabra y el amor y sintáis en vuestros corazones el llamado a la unidad para salvaguardar mi morada y para cuidar de cada una de las criaturas que habitan vuestro mundo. En la unidad sólo podréis estar a salvo, en la unidad, orando y caminando rumbo a mi morada, estaréis seguros, y cuando lleguéis a él, os pido la confesión de cada uno de vosotros, pero una confesión pura y sincera para limpiar vuestros corazones y vuestras almas. De esa forma os seréis perdonados y podréis vivir en total armonía y mi amado HIJO os ha de repartir sus gracias, la plenitud de las gracias que se encuentran amontonadas dentro de su Corazón que no pone límites a su amor y a su deseo de salvaros.
Quiero que comprendáis, hijo mío, que ésta es la petición que con carácter urgente os reclamo día tras día, hora tras hora. Os pido, hijo, que consideréis los días jueves y viernes esos dos días como particulares de gracia. En esos días haced especialmente penitencia porque a través de ella es la mejor manera de conseguirla, organizando dentro del mismo seno de vuestra familia. Tened en cuenta que en los citados días debéis hacer una hora de expiación y sacrificio y durante ella debéis rezar oraciones, y como oración predilecta, os ruego como os vengo pidiendo a ti y a todos mis hijos e hijas del mundo, el SANTO ROSARIO. TODO ELLO EN TOTAL CONMEMORACIÓN DE LAS CINCO LLAGAS DE MI DIVINO HIJO JESÚS. Comenzad siempre, hijo mío, el rezo santiguándose cinco veces y con ellas también debéis culminar. Tenéis también que leer y meditar una de la Lecturas Espirituales, entonad, si podéis, cantos sagrados y encended una luz en recuerdo a mi promesa. Os pido que si podéis os reunáis no menos de dos o tres veces y si fueran más sería para mí, vuestra Madre, una verdadera bendición de cada uno de vosotros porque al reuniros, os puedo asegurar que allí ha de estar junto a vosotros MI AMADO HIJO Y YO, VUESTRA MADRE, para estar con cada uno de vosotros. Así lo prometo, repetid cuantas veces podáis ésta devoción de llevar a hacer cinco veces la señal de la cruz ofreciéndonos como verdaderas víctimas de expiación a la misericordia del PADRE y entonces veréis y sentiréis cómo vuestro corazón se ha de llenar de GRACIA.
Yo, pequeños míos, quiero y mi deseo es levantaros y guiaros rumbo a la PATRIA CELESTIAL que mi Hijo os ha conquistado con el precio de su Sangre. Por ello os reitero y os vuelvo a convocar y a pedir total obediencia y que nunca dejéis de orar, de cumplir con cada uno de los Mandamientos, que acudáis a mi morada, que recéis por vuestros Pastores y estéis junto a ellos, que salgáis a llevar mis palabras por toda la tierra y que os unáis todos, pero todos, en el rezo del SANTO ROSARIO. Basta, hijitos míos, de estar separados, apartados del camino. Os ruego volved a la Casa del Padre, volved a vivir en armonía. Tomad vuestras cruces con infinito amor y llevadlas en alto y entregad vuestros corazones al INMACULADO CORAZÓN DE JESÚS; hacedle compañía y estad siempre a su lado, no os marcháis nunca más y entre todos levantad la Gran Nación de CRISTO JESÚS.
Os amo, no hagáis sufrir más a mi Corazón de Madre de todos vosotros, no me llevéis más al llanto, a la soledad y al desprecio como muchos lo hacéis. Venid, os espero. Os amo y mi Corazón arde con la Llama Eterna de mi amor. Quiero entregársela a cada uno de vosotros y que comencéis a vivir una nueva vida, una vida plena en el amor, la armonía y la paz.
Yo os bendigo, hijitos míos, en nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo y os ruego orad, uníos todos en la oración, formad Cenáculos sobre toda la tierra y juntos orad y venid a mi morada; os necesito, os llamo desde mi Inmaculado Corazón.
Amén.
15/11/2012 01:45 Horas
CIUDAD DE AVELLANEDA - PROVINCIA DE BUENOS AIRES -REPÚBLICA ARGENTINA
Para pedidos de oración de los miembros del Cenáculo SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA: www.lavozdesantamaria.com. ar
Yo os convoco a que acudáis frente a mi amado Hijo, que lleguéis hasta el Sagrario, que estéis unidos a Él a través de la palabra y el amor y sintáis en vuestros corazones el llamado a la unidad para salvaguardar mi morada y para cuidar de cada una de las criaturas que habitan vuestro mundo. En la unidad sólo podréis estar a salvo, en la unidad, orando y caminando rumbo a mi morada, estaréis seguros, y cuando lleguéis a él, os pido la confesión de cada uno de vosotros, pero una confesión pura y sincera para limpiar vuestros corazones y vuestras almas. De esa forma os seréis perdonados y podréis vivir en total armonía y mi amado HIJO os ha de repartir sus gracias, la plenitud de las gracias que se encuentran amontonadas dentro de su Corazón que no pone límites a su amor y a su deseo de salvaros.
Quiero que comprendáis, hijo mío, que ésta es la petición que con carácter urgente os reclamo día tras día, hora tras hora. Os pido, hijo, que consideréis los días jueves y viernes esos dos días como particulares de gracia. En esos días haced especialmente penitencia porque a través de ella es la mejor manera de conseguirla, organizando dentro del mismo seno de vuestra familia. Tened en cuenta que en los citados días debéis hacer una hora de expiación y sacrificio y durante ella debéis rezar oraciones, y como oración predilecta, os ruego como os vengo pidiendo a ti y a todos mis hijos e hijas del mundo, el SANTO ROSARIO. TODO ELLO EN TOTAL CONMEMORACIÓN DE LAS CINCO LLAGAS DE MI DIVINO HIJO JESÚS. Comenzad siempre, hijo mío, el rezo santiguándose cinco veces y con ellas también debéis culminar. Tenéis también que leer y meditar una de la Lecturas Espirituales, entonad, si podéis, cantos sagrados y encended una luz en recuerdo a mi promesa. Os pido que si podéis os reunáis no menos de dos o tres veces y si fueran más sería para mí, vuestra Madre, una verdadera bendición de cada uno de vosotros porque al reuniros, os puedo asegurar que allí ha de estar junto a vosotros MI AMADO HIJO Y YO, VUESTRA MADRE, para estar con cada uno de vosotros. Así lo prometo, repetid cuantas veces podáis ésta devoción de llevar a hacer cinco veces la señal de la cruz ofreciéndonos como verdaderas víctimas de expiación a la misericordia del PADRE y entonces veréis y sentiréis cómo vuestro corazón se ha de llenar de GRACIA.
Yo, pequeños míos, quiero y mi deseo es levantaros y guiaros rumbo a la PATRIA CELESTIAL que mi Hijo os ha conquistado con el precio de su Sangre. Por ello os reitero y os vuelvo a convocar y a pedir total obediencia y que nunca dejéis de orar, de cumplir con cada uno de los Mandamientos, que acudáis a mi morada, que recéis por vuestros Pastores y estéis junto a ellos, que salgáis a llevar mis palabras por toda la tierra y que os unáis todos, pero todos, en el rezo del SANTO ROSARIO. Basta, hijitos míos, de estar separados, apartados del camino. Os ruego volved a la Casa del Padre, volved a vivir en armonía. Tomad vuestras cruces con infinito amor y llevadlas en alto y entregad vuestros corazones al INMACULADO CORAZÓN DE JESÚS; hacedle compañía y estad siempre a su lado, no os marcháis nunca más y entre todos levantad la Gran Nación de CRISTO JESÚS.
Os amo, no hagáis sufrir más a mi Corazón de Madre de todos vosotros, no me llevéis más al llanto, a la soledad y al desprecio como muchos lo hacéis. Venid, os espero. Os amo y mi Corazón arde con la Llama Eterna de mi amor. Quiero entregársela a cada uno de vosotros y que comencéis a vivir una nueva vida, una vida plena en el amor, la armonía y la paz.
Yo os bendigo, hijitos míos, en nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo y os ruego orad, uníos todos en la oración, formad Cenáculos sobre toda la tierra y juntos orad y venid a mi morada; os necesito, os llamo desde mi Inmaculado Corazón.
Amén.
15/11/2012 01:45 Horas
CIUDAD DE AVELLANEDA - PROVINCIA DE BUENOS AIRES -REPÚBLICA ARGENTINA
Para pedidos de oración de los miembros del Cenáculo SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA: www.lavozdesantamaria.com.
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