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domingo, 24 de febrero de 2013

Melquisedec y el verdadero Sacerdocio


Santa Ana Catalina Emmerick 
Traducido por : www.visionesemmerick.net

El permanente Misterio de Quién fue Melquisedec. La autoridad de
Melquisedec entre los pueblos. Melquisedec rescata a los Samanes del
poder de Semiramis. Semiramis trasformada en una bestia por
Melquisedec. Historia e importancia de los Samanes. La morada habitual
de los espíritus diabólicos del aire. Los Samanes pre construyeron las
ciudades en la Tierra Prometida. Melquisedec partía el pan con ellos.
Ubicaron lugares fértiles y construyeron caminos en la Tierra Prometida.
Los samanes construyeron sus propias tumbas y descansaban en ellas.
Los Samanes fueron para Abraham, lo que Juan el Bautista fue para
Jesús. 

El Misterio de Quién fue Melquisedec
He visto a menudo a Melquisedec, no como a un hombre, sino como un
ser de otra naturaleza, como un ángel, enviado de Dios. Nunca vi que
hubiera tenido una residencia determinada, una patria, una familia o
padres; nunca lo vi comer, beber o dormir y siempre pensé que podía no
ser un hombre. Tenía vestiduras tales, que nadie más usaba en la tierra,
ningún sacerdote y ninguna persona. Vestía entonces como los ángeles,
a quienes contemplé en la Jerusalén Celeste y como vi más tarde
a Moisés hacer elaborar los trajes de los sacerdotes, según las órdenes
del Dios. Lo vi intervenir, aparecer y actuar en asuntos que concernían a
los pueblos, como por ejemplo cuando se celebraba la victoria después
de las guerras tan terribles de esta época. Allí donde él intervenía, allí
donde se encontraba, una potencia irresistible emanaba de su persona.
Nadie se levantaba contra él y sin embargo, él no necesitaba gastar
fuerza y todos los hombres, aún los que se entregaban a la idolatría, de
buena gana concedían prioridad a sus consejos. N. de T. En la Epístola a los Hebreos
se hace referencia de Melquisedec como prefiguración de Jesús.

La autoridad de Melquisedec entre los pueblos
He visto que estaba siempre solo y que no había ninguno semejante a
el, ningún familiar o amigo. A veces, era acompañado de dos ángeles
mensajeros, a quienes enviaba delante de él, vestidos de blanco,
quienes se encargaban de anunciar su llegada a los distintos lugares
que visitaba; luego se retiraban o él les indicaba otra misión. Todo lo
que él necesitaba lo tenía o lo recibía. Las personas a quienes él les
pedía algo, no se le negaban y hasta lo daban con satisfacción. La
alegría brotaba allí donde él llegaba, también le temían un poco,
rodeándole de honores. Los perversos que hablaban mal de él y se
burlaban en su ausencia, se aplacaban antes de él y se humillaban.
Melquisedec, que era un ser de un orden superior, incluso fue
considerado así por los grandes del mundo pagano, los sensuales y
ateos. De igual manera, en el día de hoy sería considerado como un
hombre extraordinariamente santo, si él de pronto apareciera entre
nosotros como un forastero haciendo lo bueno en todo su alrededor.
N. del T. Melquisedec, hebreo estándar Malki-ẓédeq, hebreo tiberiano Malkî-ṣé eq / Malkî-ṣā eq), en
el Antiguo Testamento es un notable sumo sacerdote, profeta y líder que vivió después del Diluvio y
durante los tiempos de Abraham. Se le llamó rey de Salem (Jerusalén), Rey de paz, Rey de justicia
(el significado hebreo del vocablo Melquisedec) y sacerdote del Dios Altísimo. Esta referencia, con
muy escasos detalles se encuentra en Génesis 14:17-20. El sacerdocio de Jesús es comparado con el
de Melquisedec en Hebreos 6:20 porque tampoco tiene principio ni fin, a pesar que Jesús era de la
tribu de Judá y no de Leví, lo que era requisito para ser sacerdote (Hebreos 7:11-14). Esto es
profetizado en Salmos 110 (en el versículo 2 su reinado y en el 4 su sacerdocio). Wikipedia.org

Melquisedec rescata a los Samanes del poder de Semiramis
Así es como lo vi en la corte de Semiramis, en Babilonia. Semiramis
tenía allí un poder y una fastuosidad indescriptibles, hizo edificar las
construcciones más suntuosas por esclavos, a quienes trataba todavía
más rigurosamente de cómo el Faraón trató a los hijos de Jacob en
Egipto. También reinaba allí la idolatría más espantosa: sacrificaban a
seres humanos a quienes enterraban hasta el cuello. Toda comodidad,
placeres, frivolidades, riquezas y artes se valoraban en extremo, de
modo que excedían toda medida y moderación. Semiramis emprendía
también grandes combates con ejércitos numerosos, siempre contra
Naciones del Oriente. Las Naciones del Norte eran atrasadas y estaban
sumidas en la oscuridad y la bajeza. Ella tampoco incursionó mucho
hacia el oeste.

En Babilonia una tribu muy numerosa se había desarrollado poco a
poco, a partir de una raíz semítica que había quedado en Babel,
después de la construcción de la Torre. Ellos vivían en tiendas, como un
pueblo humilde de pastores, tenían rebaños y celebraban su servicio
divino en plena noche, en un recinto descubierto o al aire libre. Ellos
recibían muchas bendiciones. Todo era exitoso para ellos y su ganado
siempre era particularmente bello. Semiramis, como la mujer diabólica
que era, quería aniquilar esta tribu y ya había diezmado una gran
parte. A tiempo de comprobar las bendiciones que favorecían a esta
tribu, Semiramis reconocía que Dios la había tomado bajo su protección
y misericordia. Ella, como instrumento del diablo, quiso hacerla
desaparecer. Cuando la persecución de esta tribu alcanzó su máximo,
vi intervenir a Melquisédec. Él se presentó ante Semiramis y le pidió
que dejara marcharse a esta tribu.

Él criticaba también sus infamias: Semiramis no actuó contra él y dejó
que condujera a la tribu martirizada, repartida en diversos grupos,
hacia la Tierra Prometida. Melquisedec tenía como vivienda una tienda
mientras permanecía en Babilonia y desde allí les repartía el pan, del
que ellos aprendieron a sacar su fuerza. Les señaló en Canaán lugares
apropiados para edificar y recibieron como herencia una región
determinada. Melquisedec los distribuyó en lugares apartados para
mantener su pureza y para que no se mezclaran con razas impuras o
idólatras que los indujeran al pecado. Su nombre era como “Samanes "
o " Semanas". A algunos de ellos, Melquisédec los ubicó en un territorio
de la región del Mar Muerto, pero la ciudad que edificaron se derrumbó
junto con la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Semiramis trasformada en una bestia por Melquisedec
Semiramis había acogido a Melquisedec con gran respeto y con un
secreto terror a causa de su sabiduría. Él apareció ante ella como el
Rey de la Estrella de la Mañana, es decir el Rey del lejano Oriente. Ella
se imaginó que él podría pedirla en matrimonio, pero él le habló muy
severamente, le expuso sus depravaciones y le profetizó la destrucción
de la pirámide levantada cerca de Memphis. Quedó asustada y sin
habla. Vi el castigo que la azotó: ella se transformó en un animal y la
encerraron durante mucho tiempo; le echaban hierba y heno en un
comedero situado en una especie de corral para niños, con el fin de
burlarse de ella. Solo un servidor le siguió siendo fiel, ocupándose de
su alimentación. Luego fue liberada pero zozobró en su locura.
Finalmente ella murió de modo atroz, sus intestinos colgaban de su
cuerpo. Había vivido ciento diecisiete años.

Melquisedec fue considerado como un profeta, un sabio, un hombre de
una esencia superior para quien todo tenía éxito. Hubo en aquella
época y hasta más tarde diversas apariciones de personas de un orden
superior y eran tan habituales para los pueblos de ese tiempo, como lo
fueron los ángeles para Abraham y su relación con ellos. También se
produjeron apariciones nefastas en contraste a las buenas, así como se
levantan los profetas falsos al lado de los verdaderos.

Historia de los Samanes
La salida de esta tribu de los Samanes tiene puntos de semejanza con
la historia de la salida de los Israelitas de Egipto: pero su viaje no fue
tan largo como para aquellos. Entre los Samanes establecidos por
Melquisedec en la Tierra Prometida, mucho tiempo antes de la
aparición de Abraham, vi a tres hombres que vivían en cuevas cerca de
Tabor, sobre el monte llamado "Montaña del Pan". Eran más morenos
de piel que Abraham, se vestían de vellones de animales y se protegían
del sol cubriendo su cabeza con grandes hojas. Ellos llevaban una vida
santa y solitaria, eran seguidores de la sabiduría de Enoc y tenían una
religión secreta y simple, con revelaciones y visiones sobrias. Su
religión estaba basada en el hecho que Dios quería hacer alianza con
los hombres y que ellos debían poner en ejecución todo, a fin
prepararse para esto. Ellos también hacían ofrendas, colocando el
tercio de sus alimentos al sol, a menos que los pobres fueran con la
intención de llevárselas para comérselas, lo que también vi que
sucedía.

La morada habitual de los espíritus diabólicos del aire
Vi a estos personajes vivir muy aislados, separados de otros habitantes
del país. Éstos no eran todavía muy numerosos y permanecían
distantes unos de otros en campamentos de tiendas fortificadas. Vi a
estos hombres recorrer distintas regiones del país, cavar pozos,
despejar montes de maleza e iniciar construcciones en lugares
determinados donde más tarde se levantaron ciudades. Los vi arrojar a
los malos espíritus del aire y desterrarlos a regiones pantanosas,
estériles y brumosas. He comprobado que los malos espíritus suelen
habitar en lugares pantanosos y oscuros. A menudo vi a estos hombres
en lucha frontal combatir a estos malos espíritus.

Los Samanes pre construyeron las ciudades en la Tierra Prometida.
Al principio me preguntaba cómo en los lugares donde colocaban
piedras y después volvía a crecer la vegetación en su estado salvaje,
después aparecieron ciudades; vi en estos lugares las ciudades de
Safet, Betsaida, Nazaret, etc. Ellos trabajaron en el lugar donde más
tarde se construiría la casa, en la cual María recibió el anuncio del
Ángel. También los vi trabajar en Gatepher, Seforis, en la región donde
se ubicó posteriormente la casa de Ana, los prados de Nazaret,
Meguido, Naim, Ainon, las cuevas de Belén y los prados de Hebrón, vi
también la construcción de Micmetat y de otros muchos lugares que
olvidé.

Melquisedec partía el pan con ellos.
Sobre esta montaña vi a estos hombres reunirse cada mes con
Melquisédec, que les llevaba un pan cuadrangular grande, de una
dimensión de tres pies aproximadamente y bastante grueso: lo
compartían en numerosos trocitos. Este pan era parduzco y había sido
horneado bajo la ceniza.

Vi a Melquisedec ir a ellos siempre sólo, al comienzo lo veía llegar con
este pan muy liviano, como si flotara entre sus manos y luego cuando
se acercaba a la montaña parecía aumentar de peso y lo llevaba sobre
sus hombros. En la medida que más se acercaba, el pan se hacía cada
vez más pesado y lo llevaba con esfuerzo con ambas manos. Creo que
esto era, porque al acercarse a ellos él debía transfigurarse y aparecer
como un hombre común. Ellos caminaban hacia él con gran respeto y
se postraban de cara contra la tierra. Él les enseño también a cultivar
la vid sobre Tabor y ellos sembraron en múltiples lugares del país todo
tipo de semillas que germinaron. Estas plantas existen todavía
abundantemente en estado salvaje. Los vi partir cada día un trozo del
pan con una herramienta marrón, con la que ellos también trabajaban.

Ubicaron lugares fértiles y construyeron caminos en la Tierra Prometida
Ellos se alimentaban entre otras cosas de aves, que acudían allí en
grandes cantidades. Tenían días de fiestas y conocían las estrellas,
celebraban el octavo día con ofrendas y oraciones y otro día celebraban
el cambio de año.

Los vi construir a través de este país aún salvaje, numerosos caminos
que llevaban a los lugares donde debían establecerse en el futuro
construcciones, también cavaban pozos para obtener agua y
sembraban plantas, de modo que los hombres que les sucederían
pudieran guiarse por estos caminos, ir a los pozos y a los
emplazamientos fértiles, con el fin de establecerse allí.

He visto que a menudo los rodeaban muchedumbres de espíritus
malignos en el curso de sus trabajos, a los cuales ellos podían ver y
dominarlos mediante la oración y palabras de orden, éstos espíritus
obedecían y se retiraban a lugares pantanosos y desérticos, dejando
purificados y despejados estos territorios para que los tres hombres
continuaran sus trabajos tranquilamente.

Ellos hicieron caminos a Cana, Meguido y Nain, y de esta
manera prepararon el lugar de nacimiento de la mayor parte de los
Profetas. Ellos iniciaron las fundaciones de Abel-mehola y Dotaim y
cavaron el bello estanque de la fuente de Betulia. Melquisedec recorría
el país sólo, de un lado a otro, como un extraño, sin que se supiera
donde vivía.

Los samanes construyeron sus propias tumbas
Los tres Samanes eran viejos, pero todavía muy activos. Cerca del sitio
donde se ubica el Mar Muerto y Judea ya existían ciudades, así como
también más al norte, pero no en el centro del país. Ellos mismos
habían construido sus tumbas y a veces descansaban en ellas. Uno
cerca de Hebrón, el otro en Tabor y el tercero en las cuevas, no lejos de
Safet.

Los Samanes fueron para Abraham lo que Juan el Bautista fue para Jesús
Ellos fueron en cierto sentido para Abraham, lo que Juan el Bautista fue
para Jesús. Ellos prepararon y purificaron el país, arreglando la tierra y
formando caminos, sembraron buenas semillas y frutos, dispusieron
agua para el patriarca del pueblo de Dios: Abraham. De un modo
similar Juan preparó el corazón de los hombres con la penitencia y el
arrepentimiento, para su segundo nacimiento en Jesucristo. Ellos
cumplieron para Israel lo que Juan cumplió para la Iglesia. En otros
lugares he visto a hombres similares a éstos tres samanes, los cuales
habían sido instituidos allí por Melquisédec.

Melquisedec y el nacimiento del Río Jordán
A menudo vi a Melquisédec, antes del tiempo de Semiramis y Abraham,
aparecer en la Tierra Prometida cuando todavía era un desierto.
Parecía una gallina ponedora, marcando su territorio y escogiendo
lugares precisos. Lo vi solo y pensé: ¿qué desea éste hombre aquí tan
precozmente, mientras aún no hay seres humanos en este lugar? Lo he
visto cerca de una montaña, aburrido, al lado de una fuente de agua.
Era la fuente del Río Jordán. Él tenía un taladro largo y fino, que como
un rayo de luz entraba en las entrañas de la tierra pareciendo un
relámpago. Así es como lo vi abrir las fuentes de agua de la tierra en
diversos lugares. En los tiempos tempranos, es decir, antes del Diluvio,
no vi fluir los ríos engrosándose como ahora; pero he visto grandes
volúmenes de agua caer hacia los valles, desde una alta montaña en el
Oriente. N. del T. Recordamos que el Valle del Jordán forma parte de una gran falla tectónica que va
desde los montes del Tauro en Turquía hasta los grandes lagos del África central. La gran fosa tectónica, dio
lugar a un hundimiento que creó la fosa más profunda de la corteza terrestre. Atraviesa Siria, Libano, se
prolonga por el valle del Jordán, llega al Mar rojo y continuo por África hasta los grandes lagos, cercanos a las Cataratas Victoria. El hundimiento frente a Jerusalén, es de 250 metros y más al sur a nivel del Mar Muerto, llega a 397 metros bajo el nivel del Mar Mediterráneo.

Melquisedec y el Templo de Jerusalén
Melquisedec tomó posesión de numerosos lugares de Palestina,
marcándolos desde entonces. El midió por fuera el lugar, que sería la
piscina de Betesda. Él puso un peñasco en el emplazamiento donde
debía elevarse el Templo, mucho antes de la fundación de Jerusalén. Lo
vi plantar como si fuera grano, las doce piedras preciosas que fueron
enterradas en el lecho del Jordán y en las que se situaron los
sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza al momento de cruzar los
hijos de Israel el Jordán. Él las plantó como semillas y aumentaron su
tamaño. Siempre vi a Melquisedec solo, excepto cuando debía
intervenir en las filiaciones, las divisiones y la conducta de las familias
y de las tribus.

El Castillo de Salem, lugar central de Melquisedec
Vi también que Melquisedec había construido un castillo en Salem. Pero
era más bien una tienda de campaña con galerías y alrededor. Parecido
al castillo de Mensor en Arabia. Solo los fundamentos eran de piedras
firmes. Creo haberlo visto aún en la época de Juan el Bautista, los
pilares estaban en los cuatro ángulos donde se levantaron los
principales pilones. Este castillo tenía un área llena de verdor cuando
Juan estableció allí su pequeña gruta.

Este campamento o castillo, era un lugar donde se detenían muchos
extranjeros y viajeros, una especie de albergue libre y cómodo por el
agua que brotaba allí. Tal vez Melquisedec, que fue siempre el
consejero y conductor de pueblos y tribus, había edificado este
campamento para alojarlos y enseñarles. En todo caso, esto ya tenía
una relación con el bautismo.

Este fue el puesto central de Melquisedec, tenía allí su centro y
residencia. De allí empezó sus viajes para diseñar Jerusalén, aquí
estuvo Abraham, y de allí salía a cualquier parte del país para sus
misiones. Él recogía y distribuía familias y pueblos para que se
instalaran en diversos sitios. Esto sucedió antes de la ofrenda del pan y
del vino, que se efectuó, a mi parecer, en un valle en el sur de
Jerusalén.

Melquisedec construyó Salem antes que Jerusalén.
Los lugares donde trabajó y construyó parecen haber sido los emplazamientos donde la
gracia había de venir, como si quisiera atraer la atención a estos
lugares, como si planeara algo que debía realizarse más tarde.
Melquisedec pertenece a ese coro de ángeles, que están puestos sobre
países, comarcas y pueblos: al mismo coro pertenecen los ángeles que
trajeron mensajes a Abraham y a los Patriarcas manifestándose a ellos.
Estos ángeles están de cara a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

¿Quien era Melquisedec?
 Se dice, que es una forma precoz de lo que se
manifestaría en el futuro, o sea la prefiguración de la Promesa. Que el
sacrificio del pan y el vino él que había ofrecido, sería realizado y
perfeccionado, que con Jesús se manifestaría plenamente y
permanecería hasta el fin del mundo.

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