Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (4,12-22):
La sabiduría instruye a sus hijos, estimula a los que la comprenden. Los que la aman aman la vida, los que la buscan alcanzan el favor del Señor; los que la retienen consiguen gloria del Señor, el Señor bendecirá su morada; los que la sirven sirven al Santo, Dios ama a los que la aman. Quien me escucha juzgará rectamente, quien me hace caso habitará en mis atrios; disimulada caminaré con él, comenzaré probándolo con tentaciones; cuando su corazón se entregue a mí, volveré a él para guiarlo y revelarle mis secretos; pero, si se desvía, lo rechazaré y lo encerraré en la prisión; si se aparte de mí, lo arrojaré y lo entregaré a la ruina.
Palabra de Dios
Salmo
La sabiduría instruye a sus hijos, estimula a los que la comprenden. Los que la aman aman la vida, los que la buscan alcanzan el favor del Señor; los que la retienen consiguen gloria del Señor, el Señor bendecirá su morada; los que la sirven sirven al Santo, Dios ama a los que la aman. Quien me escucha juzgará rectamente, quien me hace caso habitará en mis atrios; disimulada caminaré con él, comenzaré probándolo con tentaciones; cuando su corazón se entregue a mí, volveré a él para guiarlo y revelarle mis secretos; pero, si se desvía, lo rechazaré y lo encerraré en la prisión; si se aparte de mí, lo arrojaré y lo entregaré a la ruina.
Palabra de Dios
Sal 118,165.168.171.172.174.175
R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor
Mucha paz tienen los que aman tus leyes,
y nada los hace tropezar. R/.
Guardo tus decretos,
y tú tienes presentes mis caminos. R/.
De mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus leyes. R/.
Mi lengua canta tu fidelidad,
porque todos tus preceptos son justos. R/.
Ansío tu salvación, Señor;
tu voluntad es mi delicia. R/.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien. R/.
Evangelio
R/. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor
Mucha paz tienen los que aman tus leyes,
y nada los hace tropezar. R/.
Guardo tus decretos,
y tú tienes presentes mis caminos. R/.
De mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus leyes. R/.
Mi lengua canta tu fidelidad,
porque todos tus preceptos son justos. R/.
Ansío tu salvación, Señor;
tu voluntad es mi delicia. R/.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-40):
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.»
Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.»
Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio del Miércoles 22 de Mayo del 2013
No se si habéis participado en alguna manifestación alguna vez.
Ciertamente en los últimos años, aquí, donde vivo, han habido muchas
oportunidades para hacerlo, por muy diversos motivos. En todas ellas
aunque hay un motivo principal que une a la gente, la diversidad de
personas, motivaciones, modos de participación muchas veces es
desconcertante. A veces dicha diversidad nos parece que contamina la
altura moral de los objetivos que han llevado a las personas a la
movilización.
Os cuento esto porque me parece que este es el asunto que se plantea en el evangelio de hoy. Los discípulos de Jesús quieren impedir que un tipo anónimo eche demonios “en nombre del Maestro” por la sencilla razón de que no es de los nuestros, porque no tiene el carné del partido, porque no cumple los requisitos, porque no ha hecho la carrera oficial en la escuela del discipulado.
¿Cómo afronta Jesús la situación? Uno imagina que alguien que predica un mensaje tan radical como el suyo tiene que tomar también medidas radicales, como a veces las toman ciertos líderes de movimientos religiosos que son más papistas que el papa. ¡Pues no! La respuesta de Jesús (¡una vez más!) nos desconcierta y hasta nos escandaliza: No se lo impidáis ... El que no está contra nosotros, está a favor nuestro. Pasa por encima de lo secundario y va a lo esencial: “Vamos a ver, lo que hace este tipo, ¿sirve para ayudar a la gente? ¡Pues adelante!”. No es que dé igual cualquier medio, pero nunca hay que perder de vista la centralidad de los fines. Es más fácil encontrarse en lo esencial que en lo secundario. La letra pequeña nos mata ... con apariencia de fidelidad a la causa. ¡Qué pena!
Vuestro hermano en la fe,
Fernando
Os cuento esto porque me parece que este es el asunto que se plantea en el evangelio de hoy. Los discípulos de Jesús quieren impedir que un tipo anónimo eche demonios “en nombre del Maestro” por la sencilla razón de que no es de los nuestros, porque no tiene el carné del partido, porque no cumple los requisitos, porque no ha hecho la carrera oficial en la escuela del discipulado.
¿Cómo afronta Jesús la situación? Uno imagina que alguien que predica un mensaje tan radical como el suyo tiene que tomar también medidas radicales, como a veces las toman ciertos líderes de movimientos religiosos que son más papistas que el papa. ¡Pues no! La respuesta de Jesús (¡una vez más!) nos desconcierta y hasta nos escandaliza: No se lo impidáis ... El que no está contra nosotros, está a favor nuestro. Pasa por encima de lo secundario y va a lo esencial: “Vamos a ver, lo que hace este tipo, ¿sirve para ayudar a la gente? ¡Pues adelante!”. No es que dé igual cualquier medio, pero nunca hay que perder de vista la centralidad de los fines. Es más fácil encontrarse en lo esencial que en lo secundario. La letra pequeña nos mata ... con apariencia de fidelidad a la causa. ¡Qué pena!
Vuestro hermano en la fe,
Fernando
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