HEBREOS 1, 5-14
5 ¿Acaso dijo Dios alguna vez a
un ángel: "Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy"? ¿Y de qué ángel
dijo: "Yo seré un padre para él y él será para mí un hijo"?
6 Y al introducir a su
Primogénito en el mundo, Dios nos dice: "Que todos los ángeles de Dios lo
adoren".
7 Hablando de los ángeles,
afirma: "A sus ángeles, los hace como ráfagas de viento; y a sus
servidores como llamas de fuego".
8 En cambio, a su Hijo le dice: "Tu
trono, Dios, permanece para siempre. El cetro de tu realeza es un cetro
justiciero.
9 Has amado la justicia y aborrecido la
iniquidad. Por eso Dios, tu Dios, te ungió con el óleo de la alegría,
prefiriéndote a tus compañeros".
10 Y también le dice: "Tú, Señor, al
principio fundaste la tierra, y el cielo es obra de tus manos.
11 Ellos desaparecerán, pero tú permaneces.
Todos se gastarán como un vestido
12 y los enrollarás como un manto: serán como
un vestido que se cambia. Pero tú eres siempre el mismo, y tus años no tendrán
fin".
13 ¿Y a cuál de los ángeles dijo jamás:
"Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus
pies"?
14 ¿Acaso no son todos ellos
espíritus al servicio de Dios, enviados en ayuda de los que van a heredar la
salvación?
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