HEBREOS 13, 7-17
7 Acuérdense de quienes los
dirigían, porque ellos les anunciaron la Palabra de Dios: consideren cómo
terminó su vida e imiten su fe.
8 Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo
será para siempre.
9 No se dejen extraviar por cualquier clase
de doctrinas extrañas. Lo mejor es fortalecer el corazón con la gracia, no con
alimentos que de nada aprovechan a quienes los comen.
10 Nosotros tenemos un altar del que no
tienen derecho a comer los ministros de la Antigua Alianza.
11 Los animales sacrificados, cuya sangre es
llevada al Santuario por el Sumo Sacerdote para la expiación del pecado, son
quemados fuera del campamento.
12 Por eso Jesús, para santificar al pueblo
con su sangre, padeció fuera de las puertas de la ciudad.
13 Salgamos nosotros también del campamento,
para ir hacia él, cargando su deshonra.
14 Porque no tenemos aquí abajo una ciudad
permanente, sino que buscamos la futura.
15 Y por medio de él, ofrezcamos sin cesar a
Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan
su Nombre.
16 Hagan siempre el bien y
compartan lo que poseen, porque esos son sacrificios agradables a Dios.
17 Obedezcan con docilidad a
quienes los dirigen, porque ellos se desvelan por ustedes, como quien tiene que
dar cuenta. Así ellos podrán cumplir su deber con alegría y no penosamente, lo
cual no les reportaría a ustedes ningún provecho.
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