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sábado, 16 de noviembre de 2013

EPÍSTOLA A LOS EFESIOS 1 Y 2

Efesios 1
1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos y
fieles en Cristo Jesús.
2 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor
Jesucristo.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en
Cristo;
4 por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo,
para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;
5 eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de
Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,
6 para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el
Amado.
7 En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los
delitos, según la riqueza de su gracia
8 que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
9 dándonos a conocer el Misterio de su voluntad según el benévolo
designio que en él se propuso de antemano,
10 para realizarlo en la plenitud de los tiempos: hacer que todo tenga a
Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra.
11 A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según
el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su
voluntad,
12 para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes
esperábamos en Cristo.
13 En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el
Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con
el Espíritu Santo de la Promesa,
14 que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su
posesión, para alabanza de su gloria.
15 Por eso, también yo, al tener noticia de vuestra fe en el Señor Jesús
y de vuestra caridad para con todos los santos,
16 no ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones,
17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria,
os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle
perfectamente;
18 iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál es
la esperanza a que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de la gloria
otorgada por él en herencia a los santos,
19 y cuál la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los
creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa, 20 que desplegó en Cristo, resucitándole de entre los muertos y
sentándole a su diestra en los cielos,
21 por encima de todo Principado, Potestad, Virtud, Dominación y de
todo cuanto tiene nombre no sólo en este mundo sino también en el
venidero.
22 = Bajo sus pies sometió todas la cosas = y le constituyó Cabeza
suprema de la Iglesia,
23 que es su Cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo.

Efesios 2
1 Y a vosotros que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales vivisteis en otro tiempo según el proceder de este
mundo, según el Príncipe del imperio del aire, el Espíritu que actúa en los
rebeldes...
3 entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en
medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de
la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los
demás, a la Cólera...
4 Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos
amo,
5 estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente
con Cristo - por gracia habéis sido salvados -
6 y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús,
7 a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de
su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
8 Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no
viene de vosotros, sino que es un don de Dios;
9 tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe.
10 En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a
las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos.
11 Así que, recordad cómo en otro tiempo vosotros, los gentiles según
la carne, llamados = incircuncisos = por la que se llama = circuncisión = -
por una operación practicada en la carne -,
12 estabais a la sazón lejos de Cristo, excluidos de la ciudadanía de
Israel y extraños a las alianzas de la Promesa, sin esperanza y sin Dios en el
mundo.
13 Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo
estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo.
14 Porque él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno,
derribando el muro que los separaba, la enemistad,
15 anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus
preceptos, para crear en sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo,
haciendo la paz,
16 y reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la
cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad. 17 Vino a anunciar la paz: = paz a vosotros que estabais lejos, y paz a
los que estaban cerca. =
18 Pues por él, unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un
mismo Espíritu.
19 Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de
los santos y familiares de Dios,
20 edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la
piedra angular Cristo mismo,
21 en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un
templo santo en el Señor,
22 en quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados,
hasta ser morada de Dios en el Espíritu.

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