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sábado, 23 de noviembre de 2013

EPÍSTOLA A LOS FILIPENSES 3 Y 4

Filipenses 3
1 Por lo demás, hermanos míos, alegraos en el Señor... Volver a
escribiros las mismas cosas, a mí no me es molestia, y a vosotros os da
seguridad.
2 Atención a los perros; atención a los obreros malos; atención a los
falsos circuncisos.
3 Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos
culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner
nuestra confianza en la carne,
4 aunque yo tengo motivos para confiar también en la carne. Si algún
otro cree poder confiar en la carne, más yo.
5 Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de
Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo;
6 en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de
la Ley, intachable.
7 Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa
de Cristo.
8 Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y
las tengo por basura para ganar a Cristo,
9 y ser hallado en él, no con la justicia mía, la que viene de la Ley,
sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios, apoyada
en la fe,
10 y conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus
padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte,
11 tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos.
12 No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que
continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo
alcanzado por Cristo Jesús.
13 Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa
hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante,
14 corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me
llama desde lo alto en Cristo Jesús.
15 Así pues, todos los perfectos tengamos estos sentimientos, y si en
algo sentís de otra manera, también eso os lo declarará Dios.
16 Por lo demás, desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos
adelante.
17 Hermanos, sed imitadores míos, y fijaos en los que viven según el
modelo que tenéis en nosotros.
18 Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo
repito con lágrimas, como enemigos de la cruz de Cristo,
19 cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y cuya gloria
está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra.
20 Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos
como Salvador al Señor Jesucristo, 21 el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo
glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas
las cosas.

Filipenses 4
1 Por tanto, hermanos míos queridos y añorados, mi gozo y mi corona,
manteneos así firmes en el Señor, queridos.
2 Ruego a Evodia, lo mismo que a Síntique, tengan un mismo sentir
en el Señor.
3 También te ruego a ti, Sícigo, verdadero «compañero», que las
ayudes, ya que lucharon por el Evangelio a mi lado, lo mismo que Clemente
y demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
4 Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.
5 Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor
está cerca.
6 No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión,
presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica,
acompañadas de la acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
8 Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de
justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa
digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta.
9 Todo cuanto habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí,
ponedlo por obra y el Dios de la paz estará con vosotros.
10 Me alegré mucho en el Señor de que ya al fin hayan florecido
vuestros buenos sentimientos para conmigo. Ya los teníais, sólo que os
faltaba ocasión de manifestarlos.
11 No lo digo movido por la necesidad, pues he aprendido a
contentarme con lo que tengo.
12 Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la
saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación.
13 Todo lo puedo en Aquel que me conforta.
14 En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación.
15 Y sabéis también vosotros, filipenses, que en el comienzo de la
evangelización, cuando salí de Macedonia, ninguna Iglesia me abrió
cuentas de «haber y debe», sino vosotros solos.
16 Pues incluso cuando estaba yo en Tesalónica enviasteis por dos
veces con que atender a mi necesidad.
17 No es que yo busque el don; sino que busco que aumenten los
intereses en vuestra cuenta.
18 Tengo cuanto necesito, y me sobra; nado en la abundancia después
de haber recibido de Epafrodito lo que me habéis enviado, = suave aroma
=, sacrificio que Dios acepta con agrado.
19 Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con
magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús. 20 Y a Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
21 Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Os saludan los
hermanos que están conmigo.
22 Os saludan todos los Santos, especialmente los de la Casa del
César.
23 La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.

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