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miércoles, 27 de noviembre de 2013

EXODO 20 Y 21

Éxodo 20
1 Entonces pronunció Dios todas estas palabras diciendo:
2 «Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la
casa de servidumbre.
3 No habrá para ti otros dioses delante de mí.
4 No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los
cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas
debajo de la tierra.
5 No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu
Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian,
6 y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan
mis mandamientos.
7 No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios; porque Yahveh
no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.
8 Recuerda el día del sábado para santificarlo.
9 Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos,
10 pero el día séptimo es día de descanso para Yahveh, tu Dios. No
harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni
tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad.
11 Pues en seis días hizo Yahveh el cielo y la tierra, el mar y todo
cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahveh el día del
sábado y lo hizo sagrado.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días
sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No robarás.
16 No darás testimonio falso contra tu prójimo.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu
prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de
tu prójimo.» 18 Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la
trompeta y el monte humeante, y temblando de miedo se mantenía a
distancia.
19 Dijeron a Moisés: «Habla tú con nosotros, que podremos
entenderte, pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.»
20 Respondió Moisés al pueblo: «No temáis, pues Dios ha venido para
poneros a prueba, para que su temor esté ante vuestros ojos, y no pequéis».
21 Y el pueblo se mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a
la densa nube donde estaba Dios.
22 Dijo Yahveh a Moisés: Así dirás a los israelitas: Vosotros mismos
habéis visto que os he hablado desde el cielo.
23 No haréis junto a mí dioses de plata, ni os haréis dioses de oro.
24 Hazme un altar de tierra para ofrecer sobre él tus holocaustos y tus
sacrificios de comunión, tus ovejas y tus bueyes. En todo lugar donde haga
yo memorable mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.
25 Y si me haces un altar de piedra, no lo edificarás de piedras
labradas; porque al alzar tu cincel sobre ella queda profanada.
26 Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que no se descubra tu
desnudez sobre él.

Éxodo 21
1 Estas con las normas que has de dar:
2 Cuando compres un esclavo hebreo, servirá seis años, y el séptimo
quedará libre sin pagar rescate.
3 Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, su mujer saldrá con él.
4 Si su amo le dio mujer, y ella le dio a luz hijos o hijas, la mujer y sus
hijos serán del amo, y él saldrá solo.
5 Si el esclavo declara: «Yo quiero a mi señor, a mi mujer y a mis
hijos; renuncio a la libertad»
6 su amo le llevará ante Dios y, arrimándolo a la puerta o a la jamba,
su amo le horadará la oreja con una lezna; y quedará a su servicio para
siempre.
7 Si un hombre vende a su hija por esclava, ésta no saldrá de la
esclavitud como salen los esclavos.
8 Si no agrada a su señor que la había destinado para sí, éste permitirá
su rescate; y no podrá venderla a gente extraña, tratándola con engaño.
9 Si la destina para su hijo, le dará el mismo trato que a sus hijas.
10 Si toma para sí otra mujer, no le disminuirá a la primera la comida,
ni el vestido ni los derechos conyugales.
11 Y si no le da estas tres cosas, ella podrá salirse de balde sin pagar
rescate.
12 El que hiera mortalmente a otro, morirá;
13 pero si no estaba al acecho, sino que Dios se lo puso al alcance de
la mano, yo te señalaré un lugar donde éste pueda refugiarse.
14 Pero al que se atreva a matar a su prójimo con alevosía, hasta de mi
altar le arrancarás para matarle. 15 El que pegue a su padre o a su madre morirá.
16 Quien rapte a una persona - la haya vendido o esté todavía en su
poder - morirá.
17 Quien maldiga a su padre o a su madre morirá.
18 Si dos hombres riñen y uno hiere a otro con una piedra o con el
puño, pero no muere, sino que, después de guardar cama,
19 puede levantarse y andar por la calle, apoyado en su bastón, el que
le hirió quedará exculpado, pero pagará el tiempo perdido y los gastos de la
curación completa.
20 Si un hombre golpea a su siervo o a su sierva con un palo y muere
a sus manos, cae bajo la ley de venganza.
21 Pero si sobrevive un día o dos, no será vengado, pues lo había
comprado con dinero.
22 Si unos hombres, en el curso de una riña, dan un golpe a una mujer
encinta, y provocan el parto sin más daño, el culpable será multado
conforme a lo que imponga el marido de la mujer y mediante arbitrio.
23 Pero si resultare daño, darás vida por vida,
24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,
25 quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por
cardenal.
26 Si un hombre hiere a su siervo o a su sierva en el ojo y le deja
tuerto, le dará libertad en compensación del ojo.
27 Si uno salta un diente a su siervo o a su sierva, le pondrá en
libertad en compensación del diente.
28 Si un buey acornea a un hombre o a una mujer, y le causa la
muerte, el buey será apedreado, y no se comerá su carne, pero el dueño del
buey quedará exculpado.
29 Mas si el buey acorneaba ya desde tiempo atrás, y su dueño, aun
advertido, no le vigiló, y ese buey mata a un hombre o a una mujer, el buey
será apedreado, y también su dueño morirá.
30 Si se le impone un precio por ello, dará en rescate de su vida
cuanto le impongan.
31 Si acornea a un muchacho o a una muchacha, se seguirá esta
misma norma.
32 Si el buey acornea a un siervo o a una sierva, se pagarán treinta
siclos de plata al dueño de ellos, y el buey será apedreado.
33 Si un hombre deja abierto un pozo, o si cava un pozo y no lo tapa,
y cae en él un buey o un asno,
34 el propietario del pozo pagará al dueño de ellos el precio en dinero,
y el animal muerto será suyo.
35 Si el buey de uno acornea al buey de otro, causándole la muerte,
venderán el buey vivo y se repartirán el precio, repartiendo igualmente el
buey muerto.
36 Pero si era notorio que el buey acorneaba desde tiempo atrás, y su
dueño no le vigiló, pagará buey por buey y el buey muerto será suyo. 37 Si un hombre roba un buey o una oveja, y los mata o vende, pagará
cinco bueyes por el buey, y cuatro ovejas por la oveja.

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