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lunes, 16 de diciembre de 2013

EPISTOLA A LOS HEBREOS 3 Y 4

Hebreos 3
1 Por tanto, hermanos santos, partícipes de una vocación celestial,
considerad al apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe, a Jesús,
2 que es = fiel = al que le instituyó, como lo fue también = Moisés en
toda su casa. =
3 Pues ha sido juzgado digno de una gloria en tanto superior a la de
Moisés, en cuanto la dignidad del constructor de la casa supera a la casa
misma.
4 Porque toda casa tiene su constructor; mas el constructor del
universo es Dios.
5 Ciertamente, Moisés fue fiel = en toda su casa, como servidor, =
para atestiguar cuanto había de anunciarse,
6 pero Cristo lo fue como hijo, al frente de su propia casa, que somos
nosotros, si es que mantenemos la entereza y la gozosa satisfacción de la
esperanza.
7 Por eso, como dice el Espíritu Santo: = Si oís hoy su voz, =
8 = no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, el día de
la provocación en el desierto, =
9 = donde me provocaron vuestros padres y me pusieron a prueba, aun
después de haber visto mis obras =
10 durante cuarenta años. = Por eso = me irrité contra esa generación
y dije: Andan siempre errados en su corazón; no conocieron mis caminos. =
11 = Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso! =
12 ¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón
maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo;
13 antes bien, exhortaos mutuamente cada día mientras dure este =
hoy, = para que ninguno de vosotros se = endurezca = seducido por el
pecado.
14 Pues hemos venido a ser partícipes de Cristo, a condición de que
mantengamos firme hasta el fin la segura confianza del principio.
15 Al decir: = Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones
como en la Querella, =
16 ¿quiénes son los que, = habiéndole oído, = le movieron = querella?
= ¿Es que no fueron todos los que salieron de Egipto por medio de Moisés?
17 Y ¿contra quiénes = se irritó durante cuarenta años? = ¿No fue
acaso contra los que pecaron, cuyos = cadáveres cayeron en el desierto? =
18 Y ¿a quiénes = juró que no entrarían en su descanso = sino a los
que desobedecieron?
19 Así, vemos que no pudieron entrar a causa de su incredulidad.

Hebreos 4
1 Temamos, pues; no sea que, permaneciendo aún en vigor la promesa
de = entrar en su descanso, = alguno de vosotros parezca llegar rezagado. 2 También nosotros hemos recibido una buena nueva, lo mismo que
ellos. Pero la palabra que oyeron no aprovechó nada a aquellos que no
estaban unidos por la fe a los que escucharon.
3 De hecho, hemos entrado en el descanso los que hemos creído,
según está dicho: = Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso!
= Y eso que las obras de Dios estaban terminadas desde la creación del
mundo,
4 pues en algún lugar dice acerca del día séptimo: Y = descansó Dios
el día séptimo de todas sus obras. =
5 Y también en el pasaje citado: = ¡No entrarán en mi descanso! =
6 Por tanto, quedando en claro que algunos han de entrar en él, y que
los primeros en recibir la buena nueva no entraron a causa de su
desobediencia,
7 vuelve a señalar un día, = hoy, = diciendo por David al cabo de tanto
tiempo, como queda dicho: = Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros
corazones...
8 Porque si Josué les hubiera proporcionado el descanso, no habría
hablado Dios más tarde, de otro día.
9 Por tanto es claro que queda un descanso sabático para el pueblo de
Dios.
10 Pues quien = entra en su descanso, = también él = descansa de sus
trabajos, = al igual que Dios de los suyos.
11 Esforcémonos, pues, por = entrar en ese descanso, = para que nadie
caiga imitando aquella desobediencia.
12 Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante
que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el
espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y
pensamientos del corazón.
13 No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a
los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta.
14 Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús,
el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos.
15 Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse
de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en
el pecado.
16 Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin
de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna.

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