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sábado, 25 de enero de 2014

PROVERBIOS


Proverbios 3 
1 Hijo mío, no olvides mi lección, en tu corazón guarda mis mandatos, 
2 pues largos días y años de vida y bienestar te añadirán. 
3 La piedad y la lealtad no te abandonen; átalas a tu cuello, escríbelas 
en la tablilla de tu corazón. 
4 Así hallarás favor y buena acogida a los ojos de Dios y de los 
hombres. 
5 Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu propia 
inteligencia; 

6 reconócele en todos tus caminos y él enderezará tus sendas. 
7 No seas sabio a tus propios ojos, teme a Yahveh y apártate del mal: 
8 medicina será para tu carne y refrigerio para tus huesos. 
9 Honra a Yahveh con tus riquezas, con las primicias de todas tus 
ganancias: 
10 tus trojes se llenarán de grano y rebosará de mosto tu lagar. 
11 No desdeñes, hijo mío, la instrucción de Yahveh, no te dé fastidio 
su reprensión, 
12 porque Yahveh reprende a aquel que ama, como un padre al hijo 
querido. 
13 Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría y el hombre que 
alcanza la prudencia; 
14 más vale su ganancia que la ganancia de plata, su renta es mayor 
que la del oro. 
15 Más preciosa es que las perlas, nada de lo que amas se le iguala. 
16 Largos días a su derecha, y a su izquierda riqueza y gloria. 
17 Sus caminos son caminos de dulzura y todas sus sendas de 
bienestar. 
18 Es árbol de vida para los que a ella están asidos, felices son los que 
la abrazan. 19 Con la Sabiduría fundó Yahveh la tierra, consolidó los cielos con 
inteligencia; 
20 con su ciencia se abrieron los océanos y las nubes destilan el rocío. 
21 Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, no se aparten nunca 
de tus ojos: 
 22 serán vida para tu alma y adorno para tu cuello. 
 23 Así irás tranquilo por tu camino y no tropezará tu pie. 

24 No tendrás miedo al acostarte, una vez acostado, será dulce tu 
sueño. 
25 No temerás el espanto repentino, ni cuando llegue la tormenta de 
los malos, 
26 porque Yahveh será tu tranquilidad y guardará tu pie de caer en el 
cepo. 
27 No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el 
hacérselo. 
28 No digas a tu prójimo: «Vete y vuelve, mañana te daré», si tienes 
algo en tu poder. 
29 No trames mal contra tu prójimo cuando se sienta confiado junto a 
ti. 
30 No te querelles contra nadie sin motivo, si no te ha hecho ningún 
mal. 
31 No envidies al hombre violento, ni elijas ninguno de sus caminos; 
32 porque Yahveh abomina a los perversos, pero su intimidad la tiene 
con los rectos. 
33 La maldición de Yahveh en la casa del malvado, en cambio 
bendice la mansión del justo. 
34 Con los arrogantes es también arrogante, otorga su favor a los 
pobres. 
35 La gloria es patrimonio de los sabios y los necios heredarán la 
ignominia.

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