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miércoles, 29 de enero de 2014

PROVERBIOS


Proverbios 7 
1 Guarda, hijo mío, mis palabras, conserva como un tesoro mis 
mandatos. 
2 Guarda mis mandamientos y vivirás; sea mi lección como la niña de 
tus ojos. 
3 Átalos a tus dedos, escríbelos en la tablilla de tu corazón. 
4 Dile a la sabiduría: «Tú eres mi hermana», llama pariente a la 
inteligencia, 
5 para que te guarde de la mujer ajena, de la extraña de palabras 
melosas. 
6 Estaba yo a la ventana de mi casa y miraba a través de las celosías, 
7 cuando ví, en el grupo de los simples, distinguí entre los muchachos 
a un joven falto de juicio: 
8 pasaba por la calle, junto a la esquina donde ella vivía, iba camino 
de su casa, 
9 al atardecer, ya oscurecido, en lo negro de la noche y de las sombras. 
10 De repente, le sale al paso una mujer, con atavío de ramera y 
astucia en el corazón. 
11 Es alborotada y revoltosa, sus pies nunca paran en su casa. 
12 Tan pronto en las calles como en las plazas, acecha por todas las 
esquinas. 
13 Ella lo agarró y lo abrazó, y desvergonzada le dijo: 
14 «Tenía que ofrecer un sacrificio de comunión y hoy he cumplido 
mi voto; 
15 por eso he salido a tu encuentro para buscarte en seguida; y va te he 
encontrado. 
16 He puesto en mi lecho cobertores policromos, lencería de Egipto, 
17 con mirra mi cama he rociado, con áloes y cinamomo. 
18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana, solacémonos los 
dos, entre caricias. 
19 Porque no está el marido en casa, está de viaje muy lejos; 
20 ha llevado en su mano la bolsa del dinero, volverá a casa para la 
luna llena.» 
21 Con sus muchas artes lo seduce, lo rinde con el halago de sus 
labios. 
22 Se va tras ella en seguida, como buey al matadero, como el ciervo 
atrapado en el cepo, 
23 hasta que una flecha le atraviese el hígado; como pájaro que se 
precipita en la red, sin saber que le va en ello la vida. 
24 Ahora pues, hijo mío, escúchame, pon atención a las palabras de mi 
boca: 25 no se desvíe tu corazón hacia sus caminos, no te descarríes por sus 
senderos, 
26 porque a muchos ha hecho caer muertos, robustos eran todos los 
que ella mató. 
27 Su morada es camino del seol, que baja hacia las cámaras de la 
muerte.

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