MENU

sábado, 15 de febrero de 2014

Lecturas del Sábado de la 5ª Semana del Tiempo Ordinario


En PDF Imprimir
Sábado 15 de Febrero del 2014

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (12,26-32;13,33-34):

En aquellos días, Jeroboán pensó para sus adentros: «Todavía puede volver el reino a la casa de David. Si la gente sigue yendo a Jerusalén para hacer sacrificios en el templo del Señor, terminarán poniéndose de parte de su señor, Roboán, rey de Judá; me matarán y volverán a unirse a Roboán, rey de Judá.»
Después de aconsejarse, el rey hizo dos becerros de oro y dijo a la gente: «¡Ya está bien de subir a Jerusalén! ¡Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto!»
Luego colocó un becerro en Betel y el otro en Dan. Esto incitó a pecar a Israel, porque unos iban a Betel y otros a Dan. También edificó ermitas en los altozanos; puso de sacerdotes a gente de la plebe, que no pertenecía a la tribu de Leví. Instituyó también una fiesta el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Judá, y subió al altar que había levantado en Betel, a ofrecer sacrificios al becerro que había hecho. En Betel estableció a los sacerdotes de las ermitas que había construido. Jeroboán no se convirtió de su mala conducta y volvió a nombrar sacerdotes de los altozanos a gente de la plebe; al que lo deseaba lo consagraba sacerdote de los altozanos. Este proceder llevó al pecado a la dinastía de Jeroboán y motivó su destrucción y exterminio de la tierra.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 105, 6 7a. 19-20. 21-22

R/.
 Acuérdate de mí, Señor, 
por amor a tu pueblo


Hemos pecado con nuestros padres,
hemos cometido maldades e iniquidades.
Nuestros padres en Egipto
no comprendieron tus maravillas. R/.

En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba. R/.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el pais de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R/.

Evangelio

Lectura del Evangelio según san Marcos (8,1-10):

Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discipulos y les dijo: «Me da lástima de esta gente; llevan ya tres dias conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos.»
Le replicaron sus discípulos: «¿Y de dónde se puede sacar pan, aqui, en despoblado, para que se queden satisfechos?»
Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?»
Ellos contestaron: «Siete.»
Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discipulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio del Sábado 15 de Febrero del 2014

Enviar por email En PDF Imprimir
Oscar Romano, cmf
A la paz de Dios:
Para acabar la semana un evangelio delicioso.
Va para el que dijo: que cada uno se apañe como pueda. Allí había mucha gente. Y Jesús sabía que llevaban ya muchos días con él. Poco habían traído, poco les quedaba, poco se iban a llevar. La gente que seguía a Jesús eran personas sencillas que vivían con lo puesto. A Jesús le da lástima. No es de los de “que cada uno se apañe como pueda”. Lo suyo: qué puedo hacer yo para apañar la vida de los demás.
Va para el que dijo: una cosa es predicar y otra dar trigo. Sí, mucha palabra bonita pero al final son todos igual… Jesús no. Toma los panes, da gracias al Padre levantando los ojos al cielo, los parte y reparte.
Va para el que dijo: con esto no tenemos ni para empezar. Para quien solo entiende la vida desde los cálculos. Jesús no entiende de prudencias y cálculos. Los discípulos no paraban de contar: panes y personas. Tocamos a poco. Pero Jesús, no. El amor solo es amor cuando llega hasta el final.
Voy acabando. Va para el que dijo: oye, Óscar, no seas tan ingenuo, me dice alguno: seguro que el milagro no fue para tanto, que la gente tenía más comida que la que decía tener. Vale, amigo, le digo: no seas ingenuo tú, ¿qué milagro es mayor sacar de lo poco mucho o conseguir que la gente entregue todo lo que tiene? Milagro de generosidad, se llama eso.
Vuestro hermano y amigo
Óscar Romano, cmf.

No hay comentarios:

Publicar un comentario