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martes, 27 de mayo de 2014

JEREMIAS


Jeremías 46
1 Lo que fue dicho por Yahveh al profeta Jeremías sobre las naciones.
2 Para Egipto. Sobre el ejército del Faraón Nekó, rey de Egipto, que
estuvo sobre el río Eufrates, en Karkemis, al cual batió Nabucodonosor, rey 
de Babilonia, el año cuarto de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá.
3 Ordenad escudo y pavés, y avanzad a la batalla. 
4 Uncid los caballos y montad, caballeros. Poneos firmes con los
cascos, pulid las lanzas, vestíos las cotas. 
5 ¡Pero qué veo! Ellos se desmoralizan, retroceden, y sus valientes son 
batidos y huyen a la desbandada sin dar la cara. Terror por doquier - oráculo 
de Yahveh -. 
6 No huirá el ligero, ni escapará el valiente: al norte, a la orilla del
Eufrates, tropezaron y cayeron.
7 ¿Quién es ése que como el Nilo sube, y como los ríos de
entrechocantes aguas? 
8 Egipto como el Nilo sube, y como ríos de entrechocantes aguas. Y
dice: «Voy a subir, voy a cubrir la tierra. Haré perecer a la ciudad y a los
que viven en ella. 
9 Subid, caballos, y enfureceos, carros, y salgan los valientes de Kus y 
de Put que manejan escudo, y los ludios que asestan el arco.» 
10 Aquel día será para el Señor Yahveh, día de venganza para
vengarse de sus adversarios. Devorará la espada y se hartará y se abrevará
de su sangre; pues será la matanza de Yahveh Sebaot en la tierra del norte, 
cabe el río Eufrates. 
11 Sube a Galaad y recoge bálsamo, virgen, hija de Egipto; en vano
menudeas las curas: alivio no hay para ti. 
12 Han oído las naciones tu deshonra, y tu alarido llenó la tierra,
porque valiente contra valiente tropezaron, a una cayeron entrambos.
13 La palabra que habló Yahveh al profeta Jeremías acerca de la
venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para atacar a Egipto.
14 Anunciad en Egipto y hacedlo oír en Migdol, y hacedlo en Nof y
en Tafnis. Decid: Tente tieso y erguido, que ha devorado la espada tus
contornos. 
15 ¡Cómo es que ha huido Apis y tu forzudo no se ha sostenido! Es
que Yahveh le empujó. 
16 Hizo menudear los tropezones, hasta hacer caer al uno sobre el 
otro; y decía: «Arriba, y volvamos a nuestro pueblo y a nuestra patria, ante 
la espada irresistible.» 
17 Llamad a Faraón, rey de Egipto: «Ruido. - Dejó pasar la ocasión.» 
18 ¡Por vida mía! - oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot -
que cual el Tabor entre los montes, y como el Carmelo sobre el mar ha de 
venir.
19 Avíos de destierro haz para ti, población, hija de Egipto, porque
Nof parará en desolación, y quedará arrasada sin habitantes. 
20 Novilla hermosísima era Egipto: un tábano del norte vino sobre
ella. 
21 Asimismo sus mercenarios que había en ella eran como novillos de 
engorde. Pues también ellos volvieron la cara, huyeron a una, sin pararse,
cuando el día de su infortunio les sobrevino, el tiempo de su castigo.
22 Una voz emite como de serpiente que silba, mientras en torno suyo 
andan y con hachas le acometen, como leñadores. 
23 Talaron su selva - oráculo de Yahveh - porque era impenetrable,
pues eran más numerosos que la langosta, y no se les podía contar. 
24 Han puesto en vergüenza a la hija de Egipto: ha sido entregada al 
pueblo del norte.
25 Dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: He aquí que yo visito a
Amón de No, a Faraón y a Egipto y a sus dioses y reyes, a Faraón y a los 
que confían en él,
26 y los pongo en manos de los que buscan su muerte, en manos de
Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de sus siervos; tras de lo
cual será repoblado como antaño - oráculo de Yahveh.
27 Pero tú no temas, siervo mío Jacob, ni desmayes, Israel, pues mira 
que yo acudo a salvarte desde lejos y a tu linaje del país de su cautiverio;
volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete. 
28 Tú no temas, siervo mío Jacob, - oráculo de Yahveh - que contigo 
estoy yo, pues acabaré con todas las naciones adonde te empujé, pero
contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune
no te dejaré.

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