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sábado, 17 de mayo de 2014

JEREMIAS


Jeremías 39 
1 En el año nueve de Sedecías, rey de Judá, el décimo mes, vino 
Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la 
sitiaron. 
2 En el año once de Sedecías, el cuarto mes, el nueve del mes, se abrió 
una brecha en la ciudad, 
3 y entraron todos los jefes del rey de Babilonia y se instalaron en la 
Puerta Central: Nergal Sareser, Samgar Nebo, Sar Sekim, jefe superior, 
Nergal Sareser, alto funcionario y todos los demás jefes del rey de 
Babilonia. 
4 Al verles Sedecías, rey de Judá, y todos los guerreros, huyeron de la 
ciudad salieron de noche camino del parque del rey por la puerta que está 
entre los dos muros, y se fueron por el camino de la Arabá. 
5 Las tropas caldeas les persiguieron y dando alcance a Sedecías en 
los llanos de Jericó, le prendieron y le subieron a Riblá, en tierra de Jamat, 
adonde Nabucodonosor, rey de Babilonia, que lo sometió a juicio. 
6 Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedecías en Riblá a la 
vista de éste; luego el rey de Babilonia degolló a toda la aristocracia de 
Judá, 
7 y habiendo cegado los ojos a Sedecías le ató con doble cadena de 
bronce para llevárselo a Babilonia. 
8 Los caldeos incendiaron la casa del rey y las casas del pueblo y 
demolieron los muros de Jerusalén; 
9 cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, a los desertores 
que se habían pasado a él y a los artesanos restantes los deportó 
Nebuzaradán, jefe de la guardia, a Babilonia. 
10 En cuanto a la plebe baja, los que no tienen nada, hízoles quedar 
Nebuzaradán, jefe de la guardia, en tierra de Judá, y en aquella ocasión les 
dio viñas y parcelas. 
11 Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado instrucciones a 
Nebuzaradán, jefe de la guardia, respecto a Jeremías en este sentido: 
12 «Préndele y tenle a la vista; y no le hagas daño alguno, antes harás 
con él lo que él mismo te diga.» 
13 Entonces (Nebuzaradán, jefe de la guardia) Nebusazbán, jefe 
superior, Nergal Sareser, oficial superior, y todos los grandes del rey de 
Babilonia 
14 enviaron en busca de Jeremías, y lo confiaron a Godolías, hijo de 
Ajicam, hijo de Safán, para que le hiciese salir a casa, y permaneció entre 
la gente. 
15 Estando Jeremías detenido en el patio de la guardia, le había sido 
dirigida la palabra de Yahveh en estos términos: 
16 Vete y dices a Ebed Mélek el kusita: Así dice Yahveh Sebaot, el 
Dios de Israel: Mira que yo hago llegar mis palabras a esta ciudad para su 
daño, que no para su bien, y tú serás testigo en aquel día, 
17 pero yo te salvaré a ti aquel día - oráculo de Yahveh - y no serás 
puesto en manos de aquellos cuya presencia evitas temeroso, 
18 antes bien te libraré, y no caerás a espada. Saldrás ganando la 
propia vida, porque confiaste en mí - oráculo de Yahveh. 

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