Richard Cohen
MADRID, 24 Jun. 14 / 07:04 am (ACI/EWTN Noticias).- Las leyes no pueden cambiar la realidad de que hombres y mujeres se complementan, afirmó Richard Cohen, psicoterapeuta y exgay que ha presentado en España su último libro ‘Hijos gay, padres heterosexuales’ en el que habla de las 10 posibles causas de la homosexualidad en los hijos, cómo afrontar en familia la noticia y cómo ayudarles a restaurar su sexualidad, así como algunos puntos para evitar y prevenir la atracción al mismo sexo entre los jóvenes.
En declaraciones a ACI Prensa, Cohen explicó que el rechazo y el resentimiento son dos de los principales puntos que se encuentran detrás de la atracción al mismo sexo. “El joven no ha elegido esa atracción al mismo sexo y se siente rechazado por algo que no ha elegido. No digo que hayan nacido así, porque científicamente está demostrado que no se nace gay sino que siempre existen factores ambientales, familiares o de temperamento que hacen que una persona desarrolle esa atracción”, precisa.
Amar en la Verdad
De esta manera el psicoterapeuta propone 'amar en la verdad’. “Explico en mi libro que amar a estas personas sin comprenderlas es algo superficial y la verdad sin amor es dura. Por eso necesitamos amor para comprenderles, pero también verdad para ayudarles”, afirma.
“Se sienten rechazados y dolidos, y es comprensible. Por eso lo que propongo es amarlos, escucharlos y apoyarlos porque sus amistades y sus relaciones no duran. Por eso nosotros tenemos que ser ‘Dios con piel’ para ellos, y comportarnos con ellos como lo haría Jesús y la Virgen. Eso es amor en la verdad”, asegura Richard Cohen.
Durante algunos años Cohen mantuvo relaciones homosexuales, sin embargo hoy es heterosexual, está casado y es padre de cuatro hijos. Además asegura que en sus 20 años como psicoterapeuta ha tratado con miles y miles de personas con atracción al mismo sexo no deseada y que la gran mayoría de ellos ahora son “felices heterosexuales, casados y con hijos”. “Mi terapia funciona, yo era homosexual, tuve una pareja durante tres años y tuve novios antes y después de él. Por supuesto que sé que es la persecución y discriminación. Pero estoy pidiendo a la comunidad homosexual el mismo respeto que ellos piden que se tenga con su punto de vista”.
El autor de ‘Hijos gay, padres heterosexuales’ afirma que “en el fondo de su corazón hay resentimiento porque ellos han sido rechazados por sus familias, por la sociedad. Por eso es lógico que actúen así” y para resolver los temas más controvertidos como el matrimonio o la adopción por parte de parejas del mismo género el psicoterapeuta propone “que cada familia o comunidad ‘adopte’ a una persona homosexual durante un año para quererle, apoyarle incondicionalmente, independientemente de si está dispuesto a cambiar o no, porque según sus propios informes las relaciones que mantienen no son largas y si duran es porque reconocen haber tenido otras relaciones paralelas”.
Y subraya la importancia psicológica de que un niño tenga un padre y una madre. “Psicológicamente un niño necesita una representación masculina que ve en su padre y una femenina que ve en su madre para interiorizar una identidad sexual”.
Una terapia en tres pasos
Cohen explica que su terapia se basa en tres puntos. El primero trata de comprender las razones que están en la base de esa atracción. “En todos mis libros hablo de las 10 causas potenciales de la homosexualidad, que sirven para entender qué creó esa atracción. Y está basado siempre en heridas en el corazón que no se han resuelto y necesidades legítimas de amor que no se han satisfecho en los primeros años de infancia”, asegura.
Un segundo paso es resolver esas causas que crearon la atracción. “Puede estar motivado por la relación con su padre o con su madre, por haber sufrido algún tipo de abuso o presión de género. Tienen que trabajarlos y sacar la rabia”, dice.
El tercer punto de la terapia también integra una etapa en la que se trata de que los homosexuales interioricen el amor de otro hombre heterosexual, pero de una manera no sexual. “Cuando se quita el dolor, pueden experimentar el verdadero amor de alguien de su mismo sexo. Un amor de amistad sincera que no tenga un componente sexual, sino de amistad”.
Además Cohen suele poner a Dios como parte del proceso de sanación. “No digo qué Dios, porque el paciente puede ser cristiano, judío, musulmán, hindú, aunque también he trabajado con ateos. Pero animo a una creencia espiritual de Dios, porque científicamente quienes creen y rezan se sanan antes. Es una cuestión biológica, los hombres y las mujeres están diseñados los unos para los otros. La verdad es la verdad, podemos hacer las leyes que queramos, pero la realidad es que los hombres y las mujeres están diseñados los unos para los otros”.
Mejora del matrimonio y las relaciones con los hijos
A pesar de las dificultades y el boicot que se ha intentado hacer a la publicación de su último libro y la promoción en España y en Estados Unidos, Cohen afirma que todavía hoy le siguen llegando muestras de agradecimiento por su trabajo.
“Tuve algunos problemas a la hora de publicar mi último libro en Estados Unidos porque en la editorial recibieron llamadas de queja de algunas personas que se dicen católicas. Esto hizo que el presidente de la editorial leyera mi libro para decidir si lo publicaba o no y me dijo: ‘Es un libro increíble porque ayuda a los padres a afrontar muchos temas, no sólo la homosexualidad, sino desórdenes alimentarios, relaciones sexuales adolescentes, adicciones a las drogas y al alcohol…’”, cuenta el autor.
Además en su reciente visita a España una psicóloga que participó en sus talleres sobre la homosexualidad le dijo que tras las sesiones había cambiado su matrimonio y la relación con sus hijos. “Había venido a aprender sobre la atracción al mismo sexo, y siempre les digo a mis clientes que se reafirmen, que hagan ejercicios. Pero esta vez lo puse yo en práctica con mis hijos, comencé a decirles ‘eres adorable, estoy orgullosa de ti, eres un tesoro preciado, eres la hija que siempre soñé’ porque nunca les había dicho eso de una manera tan clara. Mi hija al oírlo estaba radiante, quien no querría oír esto”, dijo la psicóloga.
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