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sábado, 30 de agosto de 2014

Mensaje de Jesús para todos en este nuevo tiempo.


Amadísimo hermano, paz en el amor del Padre y en el amor de la Santa Trinidad, vengo hacia ti, pues existen caminos que se deben corregir, a ti que trabajas dentro de mi Santuario de la Divina Misericordia vengo a decir que el hombre recibió con pasión la bendición de poseer ante Él, mediante mi abundante misericordia la redención a sus pecados. Pero con el correr del tiempo ha transformado mi misericordia en un permiso para hacer lo que desea sin cargo ni culpa. Mi misericordia no es un salvoconducto para que el hombre libremente peque y luego acuda a Mí para ser restituido en mi bondad, esa manera de obrar debe ser advertida y corregida pues con gran sorpresa se encontrarán que al llegar a Mí no encontrarán mi perdón, sino más bien mi condena que el camino de mi misericordia es abundante y generoso y mi corazón rebosa de júbilo por un alma que se transforma, pero de igual modo mi Ser se dobla de dolor, cuando el hombre convertido nuevamente encamina sus pasos por el mismo camino por el cual cayó.

Yo, vuestro maestro he escuchado decir, incluso a mis pastores y maestros, no os preocupéis, el Señor perdona todo, y es verdad, perdono todo pero no perdono la burla, ni el aprovechamiento de mi amor, no perdono que se mofen de mi bondad, cayendo una y otra vez en el mismo lodo, sin siquiera haber dado un solo paso hacia la total conversión. No deseo que mis maestros y mis consagrados se equivoquen pues así más almas se perderán en lugar de ser reencontradas y vengo a deciros que no es lícito trabajar para mi Padre con el solo deseo de satisfacer vuestras propias mezquindades, cuando hacéis cosas y decís que Yo os hago hacer cosas que nunca os he dicho ni he mandado hacer, que no es lícito tampoco cuando las oraciones de mis hermanos que se elevan hasta Mí van más encaminadas a que mi Padre cumpla con vuestra propia voluntad antes que la suya, que mi Ser se dobla de dolor cuando vuestros comportamientos cristianos son buenos sólo para que los demás hablen bien de vosotros, cuando emplean mis palabras y mi verdad para juzgar y devaluar a los otros, cuando exageráis vuestros logros en las cosas de mi Padre solo para competir entre vosotros mis maestros, cuando afirmáis livianamente, mi Dios, Mi Señor me ha pedido que haga esto, en lugar de ser humildes y decir, mi Dios, Mi Señor creo que desea esto de mí, me enfada que ignoréis vuestros sentimientos de enfado, tristeza o miedo porque los consideráis poco cristianos o dignos de severas sanciones y castigos de mi parte o de parte de mi Padre, muchos de vosotros creéis equivocadamente, que esos sentimientos deben ser reprimidos y escondidos como si en vosotros fallara algo en vuestra vida espiritual, hay muchos de vosotros mis hermanos que incluso hasta os castigáis a vosotros mismos cuando esos sentimientos afloran olvidando que sois humanos y que es vuestro deber hablar con este vuestro Señor, desnudarse ante mi Presencia y decir con confianza lo que dentro vuestro hay, no podéis esconderos de Dios, nada puede ocultarse a mis ojos ni a los de mi Padre y en esta nueva vida que os damos debéis corregir esto si en verdad deseáis formar parte de este nuevo tiempo.

Habéis escuchado en mi palabra que debéis renunciar a vosotros mismos y eso es una verdad grande y pura pero no os equivoquéis, no es verdad cuando mis maestros y consagrados dicen que cuanto más miserables seáis en esta vida más os ama Dios, eso es una infamia, vuestro Padre y yo vuestro Maestro jamás deseamos que sufráis ni que lloréis pues vuestros dolores son nuestros dolores también, vuestras lágrimas son nuestras lágrimas también, no os hemos llamado para morir, estáis llamados a vivir y vivir plenamente, tampoco desea vuestro Padre que muráis a vuestras partes buenas porque vuestro Dios no desea que muráis a los sanos placeres de vuestra vida terrenal, pero sanos no desviados, placeres como la amistad, como el amor, la música que es música también del alma y del cuerpo.

Vuestro Maestro busca que dentro de vuestro yo más profundo y auténtico, él sea creado para florecer como capullo en primavera dentro de vuestro ser, no podéis negar el impacto que los hechos que os ocurrieron en el pasado han tenido en vuestra vida, están allí por más que los neguéis, forman parte de vuestra existencia, están allí para enseñaros para que descubráis a Mí aún en medio de ese dolor que provocaron. Ahora en este tiempo os pido ser productivos y eficaces en todas vuestras tareas espirituales, incorporad todo vuestro ser, en verdad os digo que debéis unir todos vuestros tiempos, los buenos y los no tan buenos, las alegrías y las tristezas para que convivan juntas y se purifiquen juntas. Este nuevo tiempo demanda de una unión total y plena, primero con vosotros mismos y después con vuestro Padre celestial y conmigo vuestro hermano. Mi Padre no se mueve si vosotros no os movéis, sois los responsables de repartir nuestra Presencia en el mundo, si no trabajáis no tendréis frutos, esto sucede cuando una vida no está alimentada en la vida con Dios.

Algo más desea vuestro hermano compartir, escuchad vosotros maestros espirituales y guías espirituales, no juzguéis jamás ni comparéis el itinerario espiritual de los demás, nunca digáis a uno, mira a tu hermano que está más avanzado que tú, mira a tu hermano que asciende y tú has quedado detrás, esas palabras son puñales que atraviesan no sólo el corazón de vuestros hermanos sino el mío también, si debéis corregir que la corrección sea amorosa, fraterna y en la fraternidad se verá la luz.

Yo soy vuestro Maestro y Señor, el que fue, el que es, el que será, escuchad mis palabras, atended a mis enseñanzas y sed dóciles a mi voz, como yo lo fui a la voz de mi Padre, no hay un solo día en que un maestro no ha de aprender, no hay ni un solo día en el que un maestro no ha de arrodillarse y decir:
“Yo solo se amado Señor que nada se, pues toda sabiduría proviene de Ti”
Entonces este nuevo tiempo será verdaderamente un nuevo nacimiento a mi amante corazón, y al amante corazón de mi Padre.
Vuestro Maestro ha hablado, así sea.

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