Léeme o laméntalo
Libro sobre el Purgatorio
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CAPITULO CINCO: COMO PODEMOS AYUDAR A LAS BENDITAS ANIMAS DEL PURGATORIO:
1. La primera medida es unirse a la Asociación de las Santas Almas. Las condiciones son simples.
a) Tener tu nombre registrado en el Libro de la Asociación.
b) Oír Misa una vez a la semana (basta con la Misa del domingo) por las Santas Almas.
c) Rezar y promover la devoción a las Ánimas Benditas.
d) Contribuir una vez al año con un donativo a la Asociación, lo cual permite a la Asociación tener Misas perpetuas cada mes.
(Si se desean Misas espaciales por las Animas Benditas, es importante mencionar cuántas Misas se quieren).
Aquellos que desean unirse y no tienen la Asociación en sus Parroquias, pueden enviar sus nombres, direcciones y limosnas anuales a la Asociación de las Santas Almas, Hermanas Dominicas del Perpetuo Rosario, Monasterio Pio XII, Rua do Rosario 1, 2495, Fatima, Portugal. Esta Asociación está aprobada por el Cardenal Arzobispo de Lisboa.
2. La segunda medida para ayudar a las Animas Benditas, es pidiendo Misas ofrecidas por ellas. Esta es ciertamente la más eficaz de las medidas para liberarlas.
3. Aquellos que no puedan ofrecer Misas, deberían asistir a cuanta Misa fuera posible por su intención.
Un hombre joven que ganaba un salario muy modesto le contó al autor de este libro: "Mi esposa murió unos años antes. Tengo 10 misas ofrecidas por ella. No puedo hacer más por ella, pero oí 1000 misas por su querida alma.
4. La recitación del Santo Rosario (con sus grandes indulgencias) y hacer el Vía Crucis (el cual es ricamente dador de indulgencias), son excelentes vías de ayuda a las almas.
San Juan Masias, como vimos, liberó del Purgatorio más de un millón de almas, principalmente recitando el Santo Rosario y ofreciendo sus indulgencias por ellas.
5. Otra fácil y eficaz forma de ayuda es la recitación constante de oraciones breves que contengan indulgencias (aplicando dichas indulgencias en favor de las almas del Purgatorio) Mucha gente tiene la costumbre de decir 500, ó 1000 veces cada día la pequeña jaculatoria "Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío", o la sola palabra "Jesús". Estas son las más consoladoras devociones; ellas traen océanos de gracias a quien las practican y dan inmenso alivio a las Santas Almas. También este acto de amor: "Jesús. María, os amo, salvad las almas".
Aquellos que digan las jaculatorias 500, ó 1000 veces, ganan 300.000 días de indulgencias (ochocientos veintiún años de indulgencias)!!! Qué multitud de almas podemos liberar!!! Cuánto no será la cantidad de almas liberadas al cabo de un mes, de un año, de cincuenta años? Y a los que no dicen las jaculatorias... que inmenso número de gracias y favores habrán perdido! Es bastante posible-aunque no fácil- decir esas jaculatorias 1000 veces al día. Pero si no puedes decir 1000, por lo menos dilas 500, o 200 veces diarias.
6. Todavía otra poderosa oración es:
"Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesús, junto con todas las Misas dichas en el mundo en este día, por las Benditas Almas del Purgatorio".
Nuestro Señor mostró a Santa Gertrudis un vasto número de almas dejando el Purgatorio (cerca de 1000 cada vez que se la recitaba!) y yendo al Cielo como resultado de esta oración, la cual la Santa acostumbraba decir frecuentemente durante el día.
7. El acto heroico: consiste en ofrecer a Dios en favor de las Almas del Purgatorio todos los trabajos de satisfacción que practicamos en nuestra vida y todos los sufragios que serán ofrecidos para nosotros después de nuestra muerte. Si Dios premia tan abundantemente la mas insignificante limosna dadas por un pobre hombre en Su nombre, que inmensa recompensa Él no dará a aquellos que ofrecen sus trabajos de satisfacción en vida y muerte por las Almas que Él ama tanto.
Este acto no evita que los sacerdotes ofrezcan Misas por las intenciones que ellos deseen, o que los laicos no recen por algunas personas u otras intenciones. Aconsejamos a todos realizar este acto.
LAS LIMOSNAS AYUDAN A LAS SANTAS ALMAS:
San Martín dio la mitad de su manto a un pobre mendigo, sólo para darse cuenta después que se lo había dado a cristo. Nuestro Señor apareció al Santo y le agradeció.
El Beato Jordan de la Orden Dominica, nunca podía rehusar dar limosnas cuando se lo pedían en el nombre de Dios. Un día el se había olvidado su monedero. Un pobre hombre imploraba una limosna por el amor de Dios. En vez de descartarlo, Jordan, por entonces un estudiante, le dio su mas preciado cinturón, el cual el apreciaba mucho. Poco tiempo después, el entró a una Iglesia y encontró su cinturón circundando la cintura de una imagen de Cristo Crucificado. El también, había dado sus limosnas a Cristo. Todos damos limosnas a Cristo.
CONCLUSIÓN:
Dar todas las limosnas que podamos.
Pedir todas las Misas que estén en nuestro poder.
Escuchar todas las Misas, cuantas mas, mejor.
Ofrecer todas nuestras penas y sufrimientos por la liberación de las Almas del Purgatorio.
Liberaremos incontable cantidad de Almas del Purgatorio, las cuales nos pagarán 10000 veces mas.
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