27 de noviembre de 1975
PEQUEÑAS Y GRANDES COSAS
Jesús, antes de darme su bendición como suele cada noche, me ha dicho:
Hijo, ámame, acuérdate que ante Mí nada es grande ni nada es pequeño.
Acuérdate que es precisamente en las pequeñas cosas, en
las cosas más diminutas donde se demuestra el amarme y amarme ardientemente.
...
Aquella sonrisa dada a una persona que te molesta, aquel acto de humildad hecho en el momento justo, aquel acto prontamente
retirado, aquella generosidad en responder a los impulsos de mi gracia, aquella puntualidad en el trato con terceros, ese saber
escuchar (y podía continuar todavía), son pequeñas y grandes cosas que enriquecen la nobleza del espíritu.
Ellas me dan alegría y son testimonios de un auténtico amor.
Hijo mío, quiero que me ames así.
Así harás feliz a tu Jesús.
Quien me es fiel en lo poco, me es y me será fiel en lo mucho.
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