.

Ora todos los días muchas veces: "Jesús, María, os amo, salvad las almas".

El Corazón de Jesús se encuentra hoy Locamente Enamorado de vosotros en el Sagrario. ¡Y quiero correspondencia! (Anda, Vayamos prontamente al Sagrario que nos está llamando el mismo Dios).

ESTEMOS SIEMPRE A FAVOR DE NUESTRO PAPA FRANCISCO, ÉL PERTENECE A LA IGLESIA DE CRISTO, LO GUÍA EL ESPÍRITU SANTO.

Las cinco piedritas (son las cinco que se enseñan en los grupos de oración de Medjugorje y en la devoción a la Virgen de la Paz) son:

1- Orar con el corazón el Santo Rosario
2- La Eucaristía diaria
3- La confesión
4- Ayuno
5- Leer la Biblia.

REZA EL ROSARIO, Y EL MAL NO TE ALCANZARÁ...
"Hija, el rezo del Santo Rosario es el rezo preferido por Mí.
Es el arma que aleja al maligno. Es el arma que la Madre da a los hijos, para que se defiendan del mal."

-PADRE PÍO-

Madre querida acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío y en tu intercesión espero. Amén

Oración por los cristianos perseguidos

Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor, mira a tus hijos e hijas que a causa de la fe en tu Santo Nombre sufren persecución y discriminación en Irak, Siria, Kenia, Nigeria y tantos lugares del mundo.

Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen.Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe con alegría y libertad. Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz interceda por ellos y les guie por el camino de santidad.

Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos aumente nuestro compromiso cristiano, que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe. Abre, Señor, nuestros corazones para que con generosidad sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra solidaridad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

viernes, 31 de octubre de 2014

Lecturas del Todos los Santos


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Sábado, 1 de noviembre de 2014

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14):

Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar: «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.» 
Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel. Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. 
Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/.
 Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor 

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

Quién puede subir al monte del Señor?
Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purificará a sí mismo, como él es puro. 

Palabra de Dios

Evangelio

Evangelio según san Mateo (5,1-12), del sábado, 1 de noviembre de 2014
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Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.» 

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio del sábado, 1 de noviembre de 2014

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Fernando Torres Pérez, cmf

      ¿Qué es un santo? Estoy seguro de que las respuestas serían muy variadas. Pero todas apuntarían a alguien que fuese bueno, que no cometiese ningún pecado, que tuviese un carácter dulce y servicial, atento y bonachón, que fuese sacrificado y mortificado, que hubiese renunciado a las cosas buenas de este mundo. Y seguiríamos así diciendo cosas buenas, o supuestamente buenas, que debería tener una persona para ser declarada santo. 
      La verdad es que ser santo se puede ser de muchas maneras. Hace mucho tiempo leí que el marinero se tiene que guiar por las estrellas pero no tiene que llevar su barco a las estrellas sino al puerto de destino. Y para hacer el viaje lo mejor y más corto posible tiene que tener en cuenta las condiciones de su propio barco y las condiciones de la mar. Importante observación. La podemos aplicar a lo de ser santo. 
      Cada uno tenemos un puerto de arribada. Cada uno el nuestro. Cada uno nuestra vocación en la vida, irrenunciable. A lo que Dios, padre bueno que quiere lo mejor para nosotros, nos ha llamado. Y cada uno tenemos nuestra barquilla. Todas diferentes. Todas salidas de diversos astilleros. Unas tienen mayores condiciones marineras, otras menos. A algunos todo se les ha puesto fácil en la vida: una buena familia, una buena educación, medios materiales suficientes, una buena salud... A otros parece que todo se les ha puesto cuesta arriba. Desde la mala salud hasta la pobreza material pasando por un mal ambiente social o, simplemente, ser cortito de mente...
      Cada uno de nosotros estamos en nuestra barquilla. Personal e intransferible. Cada uno tiene su puerto de llegada. Ser santo viene a ser enderezar el rumbo en la medida de las posibilidades de cada uno. Habrá quien tendrá bastante con salir de la droga y convertirse en una persona medianamente honrada. Otros tendrán más posibilidades. También se les exigirá más: más velocidad, un rumbo más derecho...
      Santo no es el perfecto. Santo es el que toma su barquilla, tal y como es, y trata de hacer lo mejor posible con su vida. Con sus dificultades. Con sus limitaciones. Pero lo intenta. Quizá no llegue a ser declarado santo canónicamente. Es lo de menos. Dios le acogerá con un gran abrazo de misericordia y cariño cuando llegue a su Reino. Y de estos santos hay muchos. 

ORACIONES QUE SALVAN MUCHAS ALMAS DE ESTE MUNDO Y DEL PURGATORIO. OREMOS TODOS LOS DÍAS.


1.-PRIMERA ORACIÓN


Oración que salva miles de almas

En el nombre del Padre...,Señor mío Jesucristo...

¡Oh Jesús! yo os pido humildemente me concedáis
la gracia de salvar un alma por cada latido
de mi corazón, unido a los latidos del vuestro
y a los del Corazón Inmaculado de vuestra
Santísima Madre. Os lo suplico por vuestra
Preciosa Sangre y vuestra Divina Misericordia,
salva las almas, sálvalas Señor.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Extraordinaria promesa de Cristo 

“Si me piden salvar un alma por cada latido de su corazón, se lo concederé a quien
me lo pida” (Mensaje del Señor a los Siervos del Divino Amor, año 1976).

Nota explicativa: Esta Oración es válida sólo durante 24 horas ( por esto hay que rezarla todos los días), y se refiere a la salvación de almas que aún viven. No es aplicable, por tanto a las almas del Purgatorio. (Con licencia eclesiástica)
2.-SEGUNDA ORACION 
MENSAJE DE AMOR QUE LE COMUNICO EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Mensaje de amor que el Sagrado Corazón de Jesús lanza al mundo para salvarlo.

Mientras el mundo se atomiza y desintegra por el odio de los hombres y de los pueblos, Jesucristo quiere renovarlo y salvarlo por el amor.
Quiere que se eleven hacia el cielo llamas de amor que neutralicen las llamas del odio y del egoísmo.
A tal efecto, enseñó a Sor M. Consolata Bertrone un Acto de Amor sencillísimo que debía repetir frecuentemente, prometiéndole que cada Acto de Amor salvaría el alma de un pecador y que repararía mil blasfemias.


La fórmula de este Acto es:
"Jesús, María, Os Amo, Salvad las Almas"


Allí están los tres amores: Jesús, María, las almas que tanto ama Nuestro Señor y no quiere que se pierdan, habiendo por ellas derramado Su Sangre.
Le decía Jesús: "Piensa en Mí y en las almas. En Mí, para amarme; en las almas para salvarlas (22 de agosto de 1934). Añadía: la renovación de este Acto debe ser frecuente, incesante: Día por día, hora por hora, minuto por minuto"(21 de mayo de 1936).
"Consolata, di a las almas que prefiero un Acto de amor a cualquier otro don que pueda ofrecerme"... " Tengo sed de amor"... (16 de diciembre de 1935).


Este Acto señala el camino del cielo. Con él cumplimos con el mandamiento principal de la Ley: Amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente"... y a tu prójimo como a ti mismo.

Con este continuo Acto de Amor damos a Dios lo más excelente: que es amor a las almas. Con esta Jaculatoria nos podemos comunicar constantemente con Dios. Cada hora, cada minuto, es decir, siempre que lo queremos. Y lo podemos hacer sin esfuerzo, con facilidad. Es una oración perfecta; muy fácil para un sabio como para un ignorante. Tan fácil para un niño como para un anciano; cualquiera que sea puede elevarse a Dios mediante esta forma. Hasta un moribundo puede pronunciarla más con el corazón que con los labios.
Esta oración comprende todo:
Las almas del Purgatorio, las de la Iglesia militante, las almas inocentes, los pecadores, los moribundos, los paganos, todas las almas. Con ella podemos pedir la conversión de los pecadores, la unión de las Iglesias, por la santificación de los sacerdotes, por las vocaciones del estado sacerdotal y religioso. En un acto subido de amor a Dios y a la Santísima Virgen María y puede decidir la salvación de un moribundo, reparar por mil blasfemias, como ha dicho Jesús a Sor Consolata, etc., etc.

"¿Quieres hacer penitencia? ¡Ámame!", dijo Nuestro Señor a Sor Consolata. A propósito, recordemos las palabras de Jesucristo al Fariseo Simón sobre Magdalena penitente: "Le son perdonados muchos pecados, porque ha amado mucho".
Un "Jesús, María, os amo, salvad las almas" pronunciado al levantarse, nos hará sonreír durante el día; nos ayudará a cumplir mejor nuestros deberes, en la oficina, en el campo, en la calle, etc. Se pronuncia con facilidad, sin distraerse y con agrado.

Un "Jesús, María, os amo, salvad las almas", santifica los sudores, suaviza las penas. Convierte la tristeza en alegría. Sostiene y consuela luchas de la vida. Ayuda en las tentaciones. Hace agradable el trabajo. Convierte en alegría el llanto. Fortalece y consuela en las enfermedades. Y trae las bendiciones sobre los trabajos y sobre las familias.

Un "Jesús, María, os amo, salvad las almas". Ayudará a calmar tu indignación, a convertir tu ira en mansedumbre. Sabrás mostrarte benévolo al que te ofende. Volver el bien por el mal. Conduce a efectos nobles; palabras verdaderas, obras grandes y sacrificios heroicos, iluminará tu entendimiento con luces sobrenaturales; estimulará el bien, retraerá el mal. Obtendrá el arrepentimiento al pecador; en el justo avivará la fe y le hará suspirar por la felicidad eterna.
Dios merece ser amado por ser nuestro Sumo Bien. Esta Jaculatoria es un dulce cántico para Jesús y María.

¡Cuán dulce es repetirlo frecuentemente! ¡Cuán agradable es avivar el fuego de amor a Dios!
Y habiéndolo pronunciado millares de veces durante tu vida, ¡cuán alegre será tu hora de la muerte, y qué gozosa volará tu alma al abrazo de Jesús y María en el cielo!
Dijo Jesús a Sor Consolata:

"Recuerda que un Acto de amor decide la salvación eterna de un alma y, vale como reparación de mil blasfemias. Sólo en el cielo conocerás su valor y fecundidad para salvar almas".

"No pierdas tiempo, todo Acto de amor es un alma". Cuando tengas tiempo libre y no tengas otra cosa que hacer, toma tu corona del Rosario en tus manos y a cada cuenta repite: "Jesús, María, os amo, salvad las almas"... En cuatro o cinco minutos habrás hecho pasar por tus dedos todas las cuentas y habrás salvado 55 almas de pecadores, habrás reparado por 55.000 blasfemias.
Y si esto lo repites varias veces o muchas veces al día podrás salvar centenares y miles y hasta millones de almas... Y esto sin ser misionero entre los paganos, ni predicador...

¡Cuánto consuelo en la hora de la muerte y cuánta gloria tendrás en el cielo!
Dice San Agustín: "Quién salva un alma, asegura su propia salvación", y quién salva centenares y millares y hasta millones de almas, con un medio tan fácil y tan sencillo, sin salir de su casa, ¿que premio no tendrá en el cielo?

Nuestro Señor le pedía a Sor Consolata que repitiera frecuentemente ese acto de amor hasta ser incesante, es decir, continuamente, porque continuamente van muchas almas al infierno porque no hay quién las salve... Repitamos todo lo que podamos esta Acto de amor: "JESUS, MARIA, OS AMO SALVAD LAS ALMAS", para que sean muchas las almas que arranquemos al infierno para hacerlas felices eternamente en el cielo. Las almas que salvamos con este Acto de Amor, será un día nuestra corona de gloria en el cielo.

Cuando uno está ocupado con trabajos manuales, se puede repetir este Acto de Amor con la mente y tiene su mismo valor como lo dijo un día Nuestro Señor Jesucristo a Sor Consolata.
Ha habido almas que han salvado varios millones de almas, con este medio tan sencillo...
Y nosotros por qué no podríamos hacer lo mismo en lugar de perder un tiempo tan precioso en charlas inútiles; repitamos frecuentemente este Acto de Amor, y así acumularemos tesoros preciosísimos para el Cielo.
"JESUS, MARIA, OS AMO, SALVAD LAS ALMAS":


-por la Iglesia y por el Papa
-por la santificación de los sacerdotes
-por las almas del Purgatorio
-por los agonizantes
-por los que se confiesan sacrílegamente
-por los que no asisten a misa los domingos
-por los misioneros
-por los enfermos
-por la conversión de los pecadores
-por la mayor santificación de los justos
En las dudas, en las tentaciones.
En las dificultades de la vida, Por algún intención en particular.

Podemos enseñarlo también a nuestros amigos y parientes que lo recen, que lo propaguen. Gran alivio sentirá el moribundo si se le sugiere al morir.

Al levantarnos sea nuestro pensamiento. Al acostarnos nuestra última oración.

Los que se salvaron están en el cielo por haber amado a Dios. Los grados de gloria en el cielo se miden por la intensidad del amor que las almas practicaron en la vida.
Sólo entonces nos daremos cuenta de lo que vale un Acto de Amor y de su fecundidad en salvar almas.
Sor Consolata le pidió un día a Jesús: "Jesús enséñame a orar". Y he aquí la Divina respuesta: " ¿No sabes orar?" ¿Hay acaso oración más hermosa y que sea más grata que el Acto de Amor?3.- TERCERA ORACIÓN

Oremos por las Almas del purgatorio. Es una obra de Caridad y Misericordia.

PRESIGNARSE: "En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".SEÑOR MÍO JESUCRISTO: "Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos
ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de Vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén".
ORACIÓN QUE LIBERARÁ 1000 ALMAS DEL PURGATORIO CADA VEZ QUE SEA OFRECIDA A DIOS:

"Padre Eterno, os ofrezco la Preciosísima Sangre de Vuestro Divino Hijo Jesús, junto con las Misas que se digan en todo el mundo hoy: * Por todas las benditas almas del Purgatorio. * Por los pecadores en todas partes. * Por los pecadores en la Iglesia Universal. * Por los de mi propio hogar, y dentro de mi familia. Amén".

4.* CUARTA ORACIÓN

Rezo del Santo Rosario
V. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.R. Amén.V. Dios mío, ven en mi auxilio.R. Señor, date prisa en socorrerme.V. Gloria al Padre...R. Como era en el principio...
Los misterios que hemos de contemplar son
Lunes y Sábados:
LOS MISTERIOS GOZOSOS
[Al final de cada misterio suele decirse:]
Dios te salve, María, Hija de Dios Padre; Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo; Dios te salve María, Esposa del Espíritu Santo. Templo y sagrario de la santísima Trinidad, no permitáis, Señora, que ningún cristiano viva ni muera en pecado mortal ni venial. Amén.
Segundo misterio: La Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Tercer misterio: El nacimiento del Niño Jesús en el pobre y humilde portal de Belén.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Cuarto misterio: La Purificación de la Virgen María y Presentación del Niño Jesús en el Templo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Quinto misterio: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Jueves:
LOS MISTERIOS LUMINOSOS
Primer misterio: El bautismo de Jesús en el río Jordán.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Segundo misterio: Jesús y María en las bodas de Caná.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Tercer misterio: Jesús anuncia el Reino de Dios e invita a la conversión.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Cuarto misterio: La transfiguración de Jesús en el monte Tabor.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Quinto misterio: La institución de la Eucaristía.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Martes y Viernes:
LOS MISTERIOS DOLOROSOS
Primer misterio: La oración de Jesús en el huerto de Getsemaní.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Segundo misterio: La flagelación de Jesús, atado a la columna.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Tercer misterio: Jesús es coronado de espinas.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Cuarto misterio: Jesús con la cruz a cuestas, camino del Calvario.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Quinto misterio: La crucifixión y muerte de Jesús.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Miércoles y Domingos:
LOS MISTERIOS GLORIOSOS
Primer misterio: La Resurrección del Señor.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Segundo misterio: La Ascensión del Señor al cielo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Tercer misterio: La venida del Espíritu Santo sobre el Colegio apostólico.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Cuarto misterio: La Asunción de Nuestra Señora al cielo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Quinto misterio: La coronación de la Virgen María como Reina del universo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
[Terminado el rezo de los misterios correspondientes, suele saludarse a la Virgen en sus "tres purezas" y recitarle la Salve:]
V. Virgen purísima antes del parto.R. Purifica nuestros pensamientos.
Avemaría
V. Virgen purísima en el parto.R. Purifica nuestras palabras.
Avemaría
V. Virgen purísima después del parto.R. Purifica nuestras obras y deseos.
Avemaría
Para más obligar a la Virgen santísima, saludémosla con una "Salve": Dios te salve...

LAS QUINCE PROMESAS
DE LA VIRGEN MARÍA
A QUIENES RECEN EL ROSARIO 


1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!.
5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.
6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.
7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.
14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.

15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.

Oración por los difuntos (dictada a María Valtorta)



24 de octubre de 1944.

...escribo todo lo que Jesús dicta:

"Llega el mes dedicado a los difuntos. Ruega así por ellos:

¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado cómo serán eternamente los 'hijos de Dios', concede la santa resurrección a nuestros seres queridos, fallecidos en tu Gracia, y a nosotros, en nuestra hora. Por el sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los méritos de todos los Santos, abre tu Reino a sus espíritus.
¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual ante el Resucitado y cuya espera de reunirte con tu Hijo cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro dolor librando de las penas a quienes amamos hasta más allá de la muerte, y ruega por nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de quienes perdimos.
Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid una mirada suplicante a Dios, y una fraterna a los difuntos que expían, para rogar al Eterno por ellos y para decirles a ellos: 'He aquí que la paz se abre para vosotros'.

Amados, tan queridos, no perdidos sino separados, que vuestras oraciones sean para nosotros el beso que añoramos, y cuando por nuestros sufragios estaréis libres en el beato Paraíso con los Santos, protegednos amándonos en la Perfección, unidos a nosotros por la invisible, activa, amorosa Comunión de los Santos, anticipo de la perfecta reunión de los 'benditos' que nos concederá, además de gozarnos con la visión de Dios, el encontraros como os tuvimos, pero sublimados por la gloria del Cielo".

REVELACION DEL SANTISIMO PURGATORIO A LA GLORIOSA SANTA FAUSTINA.




Estando de vacaciones en Skolimów, nos cuenta: "Vi al Ángel de la Guarda que me dijo que le siguiera. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas; sólo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mí no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios. Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el purgatorio... Ella les trae alivio. Deseaba hablar más con ellas; sin embargo mi Ángel de la Guarda me hizo seña de salir. Salimos de esa cácel de sufrimiento. [Oí una voz interior] que me dijo: Mi misericordia no lo desea, pero la justicia lo exige. A partir de aquel momento me uno más estrechamente a las almas sufrientes". 
Desde su noviciado Sor Faustina tenía comunicaciones con almas en el purgatorio: "Cuando llegamos al noviciado, la hermana X. estaba muriendo. Unos días después vino la hermana ... y me mandó ir a la Madre Maestra y decirle que su confesor, Padre Respond, celebrara a su intención una Santa Misa y tres jaculatorias. Al principio consentí, pero al día siguiente pensé que no iría a la Madre Maestra, porque no entendía bien si había sido un sueño o realidad. Y no fui. La noche siguiente se repitió lo mismo pero más claramente; no lo dudaba. No obstante a la mañana siguiente decidí no decirlo a la Maestra. Se lo diría sólo cuando la viera durante el día. Un momento después la encontré [a aquella hermana fallecida] en el pasillo; me reprochaba que no había ido enseguida y mi alma se llenó de gran inquietud. Entonces fui inmediatamente a hablar con la Madre Maestra y le conté lo que había sucedido. La Madre dijo que ella lo arreglaría. Enseguida la paz volvió a mi alma y tres días después aquella hermana vino y me dijo: 'Dios se lo pague'." El valor de la Santa Misa a favor de las almas en pena es maravilloso. Las jaculatorias indulgenciadas también les sirven de alivio. Las almas del purgatorio ya no pueden merecer; nosotros, sí. Por eso, la Iglesia militante no puede desentenderse de la Iglesia en su estado de purificación definitiva.
Cualquier tipo de oración por las almas del purgatorio les sirve de ayuda y alivio. Nos cuenta en su Diario Santa Faustina: "En la víspera del día de los difuntos, cuando al atardecer fui al cementerio que estaba cerrado, entreabrí un poco la puerta y dije: Si desean, queridas almas, alguna cosa, la haré con gusto, dentro de lo que me permite la regla. Entonces oí estas palabras: Cumple la voluntad de Dios. Nosotras somos felices en la medida en que hemos cumplido la voluntad de Dios.
Por la noche aquellas almas vinieron y me rogaron orar; recé mucho por ellas. Mientras la procesión volvía del cementerio, vi una multitud de almas que junto con nosotras iban a la capilla, rezaban junto con nosotras. Recé mucho porque tenía el permiso de las Superioras".
Dios aplica según su santa voluntad las oraciones que se hacen por las almas que están en purificación: "Una vez, -nos dice Santa Faustina-, cuando entré en la capilla por cinco minutos de adoración y recé por cierta alma, comprendí que no siempre Dios acepta nuestras plegarias por aquellas almas por las cuales rogamos, sino que las destina a otras almas, y no les llevamos alivio en las penas que sufren en el fuego del purgatorio; sin embargo nuestra plegaria no se pierde".
La Iglesia militante, purgante y triunfante viven en estrecha unión como Cuerpo Místico de Cristo. Nos cuenta Santa Faustina: "Una noche vino a mí una de las hermanas difuntas que ya antes había venido algunas veces; la primera vez la vi en un estado de gran sufrimiento, después los sufrimentos eran cada vez menores y aquella noche, la vi resplandeciente de felicidad y me dijo que ya estaba en el paraíso; ... Luego se acercó a mí y me abrazó cordialmente y dijo: Tengo que irme ya. Comprendí lo estrecha que es la unión entre estas tres etapas de la vida de las almas, es decir, la tierra, el purgatorio, el cielo".
El purgatorio no es más que un proceso integrador y purificativo de la persona humana, que "desemboca necesaria e inevitablemnete en la consumación del hombre, es decir, en la visión intuitiva de Dios" Escribía así Santa Faustina: "2 de noviembre 1936. Por la tarde, después de las vísperas fui al cementerio. Después de rezar un momento, vi a una de nuestras hermanas que me dijo: Estamos en la capilla. Comprendí que debía ir a la capilla y rezar allí para adquirir indulgencias. Al día siguiente, durante la Santa Misa vi tres palomas blancas que se alzaron del altar hacia el cielo. Comprendí que no solamente estas tres almas queridas que había visto fueron al cielo, sino también otras muchas que habían muerto fuera de nuestro instituto. Oh, qué bueno y misericordioso es el Señor".
En la novena de la divina Misericordia según Santa Faustina Kowalska, el octavo día está dedicado a pedir por las almas del purgatorio: "Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi Sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi Justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre... Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren, ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia".
Entre las limosnas del espíritu están también el ayuno y la obediencia. "Por la noche -nos dice Sor Faustina- vino a verme una de las hermanas difuntas y pidió un día de ayuno y que ese día ofreciera por ella todas las prácticas de piedad. Le contesté que estaba de acuerdo". "Inmediatamente después de la Santa Misa pedí a la Madre Superiora permiso para ayunar, sin embargo no lo recibí por estar enferma. Al entrar en la capilla oí estas palabras: '¿Si usted, hermana, hubiera ayunado, yo hubiera recibido alivio sólo esta noche, pero por la obediencia que le ha prohibido ayunar, he recibido el alivio inmediato. La obediencia tiene un gran poder'. Después de esas palabras oí: Dios se lo pague".
La oración era un recurso frecuente en Santa Faustina a favor de las almas del purgatorio: "Una noche vino a verme el alma de cierta jovencita y me hizo sentir su presencia dándome a conocer que necesitaba mi oración. Recé un momento, pero su espíritu no se alejó de mí. Entonces dije dentro de mí: Si eres un espíritu bueno, déjame en paz y las indulgencias de mañana serán para ti. En aquel momento, ese espíritu abandonó mi habitación; conocí que estaba en el purgatorio".

BIEN Y MAL, TERRIBLE DUELO



Escribe, hijo. Padre L. desea hablarte.
Sí, hermano, también yo deseo hablarte.
Todo el bien que un alma en gracia realiza, así como el mal que un pecador hace, es materia del juicio particular y del juicio universal. Si luego el pecador sinceramente se convierte, Dios, justo juez, quemará en su infinita misericordia el mal realizado antes de su conversión.
Hermano mío Don O., estas cosas tú ya las conocías y entonces lógicamente me preguntarás por qué ahora te las estoy diciendo.
Si te las digo es porque son como premisas al mensaje que estoy para darte.
Aquel que ama a Dios con humildad de espíritu y sinceridad de fe, con voluntad de conocerlo y servirlo cada vez mejor, es hecho objeto de todos los dardos de las poten­cias oscuras del infierno.
Los hombres de este siglo materialista, los paganos de esta generación no tienen, ni pueden tener ni la más mí­nima idea de lo que pasa y se desarrolla entre el alma resueltamente fiel a Dios y las potencias oscuras del in­fierno. El mundo, esto es, los que son del mundo y no de Dios, no creen y no pueden creer en el misterioso pero real duelo, siempre en acto entre las almas santas y el in­fierno.

Los buenos son probados en proporción a su bondad

El mundo es de Satanás, que es oscuridad, y no puede producir más que oscuridad en las almas que le tienden a él el oído. El animal, que pertenece a un reino inferior al del hombre, está en la oscuridad de todos los problemas que agitan la mente y el corazón del hombre. El hombre al que Satanás ha destruido la vida sobrenatural en su corazón, pertenece a un reino inferior al que pertenece un hombre en Gracia de Dios, por lo que el hombre que no tiene en sí el Reino de Dios, esto es, la Gracia, ve las cosas, pero sólo en clave natural - esto también se te ha dicho ya en un mensaje precedente - porque un velo misterioso envuelve al alma de los que no están en Gracia de Dios; he aquí porqué muchos Consagrados, sea que estén en la base o en el vértice, no ven el velo que les envuelve el alma, casi siempre es la soberbia, "radix omnium malorum" (raíz de todos los males).
Las hostilidades de las fuerzas del mal están en la medida del avance que el alma hace en la perfección y en la santidad. Las almas buenas son probadas en la medida de su bondad mientras que los indiferentes son dejados sin molestias y los malos son favorecidos en sus cosas materiales por los mismos demonios.
No por esto quiere decir que los demonios quieran a los réprobos, - ellos son incapaces de amor, aún del más tenue acto de amor, - ellos odian ferozmente a todas las almas porque odian a la naturaleza humana que ha hecho posible la Virgen Inmaculada, Cristo Señor y Redentor y a la Iglesia, que forman el epicentro de todo su odio.
Por qué, Don Octavio, los demonios, aun odiando indistintamente a todos los hombres, favorecen en sus aspiraciones humanas a los perversos, por una exigencia de su estrategia y  plan de perdición eterna de las almas, ellos no son pacientes, sino que saben malignamente esperar.
¿Qué importa esconder por algunos años a sí mismos y su odio, con tal de arrancar almas a Dios, a Jesús Redentor y a la Virgen Corredentora, con tal de precipitar al infierno los frutos de su incesante actividad, dirigida toda a esta finalidad?
Hermano mío, D.O., aun habiéndose ya dicho a ti muchas cosas acerca de estos seres inmundos, Yo he considerado oportuno agregar alguna nueva noción sobre su estrategia o táctica usada en su pérfida actividad.
Jesús obra en la luz y con el amor, los demonios obran en las tinieblas y siempre animados por el odio. Luz y tinie­blas están frente a frente; vida y muerte en un prodigioso duelo se han enfrentado y se enfrentan, porque la Reden­ción está en acto.

El rechazo de Dios

En la Iglesia nueva se deberá hablar mucho de cuanto te he dicho, dada la incredulidad de este siglo que se ha hecho pagano, que como justamente te ha sido dicho "de todo ha hecho Dios, menos de Dios".
Este horrible pe­cado del rechazo de Dios que no tiene precedentes por su extensión y gravedad, será borrado de la faz de la tierra con un rigor tal, también sin precedentes en la historia del género humano.
D. Octavio, te he hablado de enfrentamiento y de ás­pero conflicto; esto podría llevarte a pensar casi en una paridad de las dos partes, pero no es así, ninguno sea tentado de poner sobre un mismo plano a las dos par­tes opuestas. Dios es infinitamente más grande que el enemigo suyo y nuestro. Dios podría destruir a su adversario, valiéndose de su Omnipotencia así como de su Omnipoten­cia se ha valido para su creación.
¿Por qué no lo hace entonces?
Porque esto no entra en el plano de su Providencia Divina. Ab aeterno sabía que, creando a los Ángeles y crean­do a la humanidad ocurriría el gran desafío y la increíble rebelión de una y de la otra naturaleza. Dios no quita jamás lo que Él da. A la naturaleza angélica y a la naturaleza humana ha dado, entre otros dones, el don de la libertad, - responsabilizando así a una y otra naturaleza; en otras palabras nada ha quitado sea a la naturaleza angélica o a la humana.
¿Y los dones preternaturales y sobrenaturales  regalados a la naturaleza humana?
Hermano, no fueron quitados por Dios, sino destruidos por el pecado.
Pon mucha atención, hermano; aun antes de que nuestros progenitores fueran llamados por Dios para dar razón de su desobediencia, se dieron cuenta de que estaban desnudos, esto es, un instante después de su pecado, y cuando Dios los llamó, tuvieron vergüenza; cayeron en la cuenta de haber destruido su vestidura nupcial, cándida e inmaculada, no retirada por Dios sino abrasada por la concupiscencia del espíritu y de la carne. Esta es la historia que se repite en cada alma cada vez que peca mortalmente. Es el pecado lo que obra nuestra ruina, es sólo y siempre el pecado de­liberadamente querido y conscientemente consumado.
A la naturaleza angélica, puesto que es más perfecta y potente que la naturaleza humana, no le fue dada la po­sibilidad de arrepentimiento y por lo tanto de regenerarse.

Diversas artes y estrategias de los demonios

La Redención es para todos los hombres, hecha excepción de aquellos que deliberadamente la rechazan.
Las po­tencias oscuras del mal, - envidiosas y celosas y llenas de rabia, - por no haber tenido lo que sí se ha concedido a los hombres de buena voluntad, - usan los dones con los que han sido dotados, de inteligencia y de voluntad para seducir al hom­bre, y para involucrarlo en su misma suerte desespera­da.
En ésta su nefasta actividad usan artes y estrategias diversas, según las circunstancias.
He aquí porqué con las almas elegidas, todas dirigidas hacia Dios usan el choque frontal y al descubierto. Todos los santos conocen y han conocido esta tremenda lucha; nunca por sí solos hubieran podido salir de ella victoriosos, sin una particular ayuda de lo alto. Con las almas buenas se limitan a acciones de molestia, de tentacio­nes aún violentas, con los perversos la táctica es la de favorecerlos en todas sus aspiraciones humanas, reservándose para después desfogar su sádico odio, en el momento en el que están seguros que esas almas les pertenecen ya para siempre a ellos.
Hermano Don O., ánimo. Él jamás abandona a quien en Él espera, cree y confía.
Dios te bendiga ahora y siempre.
Padre L.
(“Confidencias de Jesús a un Sacerdote” 18/MAY/1977 - P. Michelini)