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sábado, 31 de enero de 2015

SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA


Hijo mío,
No habrá paz en vuestro mundo hasta que vosotros no encontréis en vuestros corazones LA LLAMA DE AMOR que vuestro Padre os entregó al nacer, hasta que todos os unáis como verdaderos hermanos que sois y caminéis de la mano de mi amado Hijo JESÚS y os dejéis guiar por el sendero de la luz y de la paz; hasta que no volváis a caminar tras los pasos de Él y escuchéis sus palabras que os guiarán rumbo al Gran Encuentro, a la unidad del más grande y puro amor.
Yo os convoco a cada uno de vosotros a volver a vivir, pero a vivir a través de la esperanza, llevándola a los corazones de vuestros hermanos y haciendo crecer la fe y encontrándose con vuestro amado Padre, mi amado Señor, para volver a vivir en un mundo de total armonía, paz, amor y justicia. Eso, sólo lo podéis hacer si volvéis todos juntos al verdadero sendero, si vienen a mi morada a encontraros y a pedir perdón por todos vuestros pecados, limpiando vuestros corazones y vuestras almas de todo aquello que no os permite poder caminar por el sendero que os guía a mi amado Hijo, a una vida de entrega y de armonía con todos vuestros hermanos. Para ello, id junto a vuestros Pastores, confesad vuestros pecados, arrepentíos pero desde lo más profundo de vuestros corazones y pedid perdón por todo aquello que durante años cometisteis; volved a los brazos de mi amada Iglesia, haced ayuno, Penitencia y orad, amados hijos míos, orad y caminad todos juntos; volved al rezo diario del Santo Rosario en total unidad, vivid en un mundo total de armonía y de paz; uníos todos y salid a caminar llevando en vuestros labios la Palabra, y con ella, ésta Llama de Amor que nace de nuestros Corazones.
Yo os pido y os ruego a cada uno de vosotros que no dejéis nunca más abandonado a nuestro amado Hijo. Que vuestra entrega sea total y que la esperanza sea la semilla que caiga sobre toda la tierra llevando a vuestros corazones la fuerza para llevar adelante un nuevo mundo, un mundo basado en la armonía y la paz; y haciendo que en cada encuentro, en cada Celebración, la unidad crezca cada día más junto con vuestra Fe y la comunión vuestra con vuestro amado Padre y con mi amada Iglesia.
Quiero que todos mis hijos caminéis, que lleguéis a todos los lugares entregando a cada hermano vuestro mis palabras y LA LLAMA DE AMOR DE MI INMACULADO CORAZÓN. Quiero que oréis y que no faltéis a ninguna Celebración, que seáis parte activa de cada una de ellas, que viváis en total armonía y en la paz y el amor que emanan nuestros Corazones; que os cuidéis unos a otros y entreguéis a todos vuestros hermanos la semilla de la fe y que os llaméis a caminar en total unidad como el Gran Rebaño que sois, amados hijos míos, todos vosotros. Uníos y mostrad al mundo una Iglesia viva y activa y que se encuentra al lado de todos mis hijos e hijas, vuestros hermanos, que necesitan de la Palabra, que necesitan que os acompañen y os guíen por el sendero de la luz. Para ello, rezad el Santo Rosario, formad sobre toda la tierra Cenáculos donde la Oración y la Palabra sean escuchadas por todos en total armonía.
No os alejéis, luchad con la fuerza del amor y abrazad vuestras Cruces siempre con infinito amor; y creced en la esperanza y la paz para un mundo que se encuentra al borde de la más inmensa destrucción a través de una guerra creada por aquellos que son seguidores del ángel desterrado, una guerra que si dejáis que comience, se perderá toda la Tierra en la más profunda oscuridad, donde sólo se escuchará llanto, dolor, miseria y perdición de todas las almas de aquellos que tomarán armas en sus manos para quitaros la vida a vuestros propios hermanos. Si permiten que esto ocurra, entonces descenderá sobre el mundo la más inmensa oscuridad, epidemias y hambre, y la tierra no cesará en su movimiento, los vientos soplarán cada día más y más fuerte y las lluvias descenderán sobre la tierra inundando todo y el mundo caerá en el llanto hasta que llegue la depuración de todas las almas que fueron contra la ley más pura del amor, de la verdad, de la armonía, del encuentro y de la paz.
Por ello, os pido y os ruego, uníos, amados hijos míos, en la oración y sed verdaderos misioneros de mi amor y seguid tras los pasos de mi Hijo JESÚS; oíd la voz de mi amado Francisco, escuchadlo y seguid tras sus pasos, Él os ha de guiar al Gran Encuentro con mi amado Hijo; y cuidad de él, cuidadlo de aquellos que se encuentran en la oscuridad y lo atacan y quieren destruir a mi amada Iglesia y tomar su vida. Por ello, os pido oración por él, por mi Iglesia y por todas las almas que no rezan, aquellos hermanos que se encuentran apartados del sendero de la luz y del amor. Despertad a aquellos que están adormecidos, haced crecer las conversiones y haced brillar la luz. Hijo mío, lo podéis hacer, os lo pido y os lo ruego. Caminad, nosotros estamos a vuestro lado. Hablad y dejad que el Espíritu Santo obre a través vuestro. Llevad a vuestros hermanos a la luz y veréis que el mundo se levantará en un canto eterno a la esperanza y a la paz. Nunca dejéis de estar junto a todos los que sufren, pelead por ellos, y si fuera necesario, hijo mío, dad vuestra vida por ellos, porque ganaréis la Vida Eterna junto a nuestros Corazones y al amor de un mundo que ha de levantarse y vivirá en la armonía, la justicia, la esperanza y la fe.
Os amo. Necesitamos de ti y de cada uno de vuestros hermanos para hacer que la luz de mi morada sea el faro de LA GRAN NACIÓN DE CRISTO JESÚS.
Amén.
JOSÉ LUIS BELMONTE
29/01/2015 03:00 Horas

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