10 de Marzo de 1978
REFORMA DE VIDA INTERIOR
Hijo mío, soy Yo, Jesús que deseo tomar nuevamente el discurso de mi Iglesia.
La Iglesia será hecha nueva, como ya te he dicho en precedentes mensajes, pero no sin una eficaz aportación de Mi Cuerpo
Místico, que deberá regenerarse a si mismo en el amor y en el sufrimiento, y esto te puede servir para comprender mejor los brotes
de tantos Retoños que mañana, unificados, serán el jardín de mi Iglesia. Esto te dice también que no es lo último la Asociación
Esperanza.
No sé hijo mío, si recuerdas todo lo que te dije con relación a la esterilidad de la Pastoral moderna, que no sólo no da frutos, igual
que la higuera de la que habla el Evangelio, sino que ha envenenado y contaminado a la casi totalidad de las estructuras de la vieja
Iglesia, tan deformada está en los rasgos que Yo le di en el momento de su nacimiento.
El Enemigo, que está a la raíz de todos los males, materiales, morales y sociales, es siempre el mismo, Satanás, que con la
industrialización y con la moderna tecnología, tan cacareada como las grandes conquistas de la ciencia, ahora, como nunca antes,
está desenmascarando su trágico engaño tendido a la humanidad entera que sólo empieza ahora a vislumbrar el gran peligro que
le aguarda, causado por la contaminación, que toca a muerto y destrucción para toda la naturaleza, muerte y destrucción total para la estupenda morada, morada -la tierra-, que Yo con mi Padre os habíamos dado… pero ¿qué es la contaminación material ante la
mucho más grave contaminación de las almas?
El objetivo del enemigo siempre ha sido y es únicamente éste: la ruina y la muerte espiritual y material de la humanidad,
conquistada por él con el engaño y siempre mantenida oprimida y tiranizada con la violencia, con las guerras, revoluciones y
muerte.
Y todo esto hoy quien no lo ve, es precisamente por culpable y voluntaria ceguera.
"Es cierto, Jesús mío, que en tu Iglesia hay tanto mal y tanta podredumbre, pero también hay tanto bien...
"
Hijo mío, en el mensaje anterior has visto cómo el atrevimiento y la agresión de él a las almas no conoce límites, a tanto lo
impele su odio que suscita, aun en mi misma Iglesia, hombres, sacerdotes y Pastores, que con inaudito orgullo y junto con el
"inimicus hominis" 80 no titubean en sembrar en mi Viña, es decir, en mi Iglesia, toda suerte de errores y de herejías.
Hijo, quiero recordarte otra cosa, aquello que tú un día me dijiste:
"Es cierto, Jesús mío, que en tu Iglesia hay mucho mal y
mucha podredumbre, pero también hay mucho bien... " ¿qué te respondí? Si te hiciera ver lo que está detrás de la fachada de mi
Iglesia, te morirías de ello al instante; ahora, hijo mío, quiero precisarte aun más el sentido de estas palabras, tú ves mucho bien
¿pero todo ese bien que crees ver, piensas que sea todo tal?
Yo te niego, y quiero confirmártelo una vez más, que no faltan en mi
Iglesia Obispos santos, sacerdotes santos, almas verdaderamente valerosas y aún heroicas, cuyas obras espirituales y aun
materiales están animadas por una vitalidad sobrenatural, por eso son agradables a Dios; pero, hijo, te dije y te repito, que son
pocas, pocas en relación al extenderse del mal, de la corrupción de la herejía que arrastra a la condenación eterna a un número
ingente de almas.
¿Pero comprendes qué cosa quiere decir condenación eterna?
Ya intenté hacértelo comprender en otra ocasión: significa que todas las calamidades, de la tierra desde la Creación del hombre
hasta el fin de los tiempos ¡son una NADA en comparación con una sola alma que se condena!
¡No es una exageración sino que es verdad!
Grítala fuerte esta verdad a los ciegos y a los sordos.
¡Grita a todos que el Padre Celestial me ha enviado a Mí a la Cruz para que ninguna alma hubiera de perderse!
¿Comprendéis por esto la tragedia del Calvario, que continúa en la Misa y en Mi Cuerpo Místico, para la salvación de las almas?
¿Comprendéis la inmensidad de la lucha entre Vida y Muerte, entre Luz y Tinieblas, entre Verdad y Herejía?
Tratad de comprender y de ver no sólo los grandes males del mundo exterior, de la materia, sino también los más grandes, los más
inmensamente grandes males de las almas.
Muchísimas obras y actividades de la Pastoral moderna están carentes de su alma, de la recta intención
Sí, hijo, muchas son las obras y las actividades de la Pastoral moderna, pero muchísimas de éstas están privadas y carecen de su
alma, de la recta intención.
Tú ves la actividad, y no siempre es dado a todos conocer su alma, ante Mí, hijo mío, muchísimas de
esas actividades aparecen como pueden aparecer los cadáveres en avanzado estado de putrefacción; las obras sin fe no son aceptas
a Dios, ahora ya la soberbia y el orgullo han ahogado la fe en las almas.
¿Cómo podría entonces agradar a Dios una Pastoral que
gira en torno a una fe simplemente humana, sin el alma de lo sobrenatural? ¿Sobre una fe humana "racional", enemiga de la fe
"sobrenatural?"
He aquí la explicación, hijo mío, no te engañes, sólo las pocas almas privilegiadas podrán comprenderte, las demás, no; de aquí la
aversión que nutren con respecto a ti.
Por ahora basta hijo mío, estás cansado, pero resiste para el rezo del Santo Rosario en comunión con los Santos del cielo y de la
tierra.
Te bendigo y ámame. Extiende también esta bendición a todos los que te quieren y te son queridos, además no te turbes por las
molestias que el enemigo querría hacerte llegar en medida bastante mayor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario