MENU

lunes, 27 de julio de 2015

CONFESIONES DE JESÚS A UN SACERDOTE


15 de Noviembre de 1978

CAOS EN LA DOCTRINA. EN LA MORAL Y EN LA LITURGIA

Continuemos, hijo mío, soy Jesús, escribe.
En estos últimos mensajes, que tienen como titulo Cosas y hechos de mi Iglesia, hube de hablarte de caos, y verdaderamente es el caso de hablar de caos en la doctrina, en la moral y en la liturgia.
Se ha pretendido cambiar todo, pero cambiar todo en sentido anticonciliar, porque ésta es la substancia de los hechos, y tú sabes bien lo que significa la palabra "substantia"… la "sustancia" está bajo los accidentes y por lo tanto no se ve, se ven sólo los accidentes. Así, igualmente bien oculta debe quedar la intención de actuar en contraste con el Concilio y bien evidente debe aparecer en cambio la voluntad de reformar todo en conformidad con el Concilio, por lo que toda la obra de regeneración espiritual, tan cálidamente querida y recomendada por el Concilio, se ha convertido en una acción disolvente del gran patrimonio de la Revelación y de la entera Redención.
He aquí bajo los más falsos pretextos el por qué del afirmarse de un número grandísimo de errores teológicos, dogmáticos y morales con los que se ha atacado sustancialmente la Biblia, hasta el punto de que bastaría aceptar solamente algunas de las tantas herejías afirmadas para hacer caer toda la credibilidad de la Biblia misma, y golpeada mortalmente la Biblia, lógicamente no se sostendría ya ni siquiera el Evangelio con todo su contenido.
Caos doctrinal por consiguiente y no aclaraciones o descubrimientos de nuevas facetas de las Verdades Bíblicas o Teológicas, ¡pero aquí no no se requeriría un simple mensaje sino más bien un amplio tratado para aclarar mejor el número y la sustancia de todos los errores y de todas las herejías salidas de los turbios labios de muchos teólogos modernos!

Verdad y justicia prevalecerán sobre mentira e hipocresía

Caos doctrinal. forzado al paroxismo en nombre de la libertad de pensamiento y de palabra. Como si la libertad fuera una cosa de la que puede servirse sin discriminación alguna, sea para el bien o para el mal, para la Verdad como para el error.
En mi Iglesia nueva este abuso de la libertad deberá cesar; no era coartar la libertad el prohibir la difusión de las herejías tendentes a llevar a las almas lejos del plan y del misterio de la salvación, no, era sólo contener en su justo uso el don de la libertad; así como no es mal prohibir y castigar severamente a aquellos que en nombre de la libertad quisieran diseminar bacterias portadoras de muerte Y las herejías ¿no llevan acaso  muerte a las almas, cuya vida es mucho más preciosa que  la vida de los cuerpos?
¿Cuándo se decidirán finalmente los  hombres a abrir su corazón y su espíritu al bien y a la Verdad y tomarán conciencia de la humillante condición en la que viven?
Ellos hablan de libertad y están atados corazón, alma y cuerpo a la más feroz tiranía, la de Satanás.
En mi Iglesia nueva deberían ser restablecidas las medidas disciplinarias para quien abusa de la libertad, don de Dios, para arrojar al hombre en la humillante y envilecedora sujeción a las potencias del Mal.
Muchos, leyendo este mensaje, a ejemplo de los Sacerdotes del templo, se desgarrarán las vestiduras y gritarán escandalizados a la blasfemia, pero no importa, lo que verdaderamente cuenta es que la Verdad y la Justicia prevalezcan sobre la mentira y la hipocresía.

¡Para muchos Ministros míos ya no hay pecado!

Hijo mío, caos, oh si, caos en la Ley de mi Iglesia, por lo que hoy para muchos Ministros míos ya no hay pecado; ¡dar la vida o quitarla es la misma cosa!
Muchos ministros míos comunistoides asiduos y atentos lectores de revistas y diarios marxistas piensan sustancialmente así y también algún Obispo lo piensa así.
Para esos es lícita hasta la legalización de la matanza de millones de inocentes... pero esto grita venganza ante la presencia de Dios y tal vez cambiarán de opinión cuando ellos mismos pierdan la vida, pero será demasiado tarde para comprender cuanto vale la vida de una criatura humana.
Hijo mío, ¡más que caos! Incluso Obispos han mantenido el semblante ante la más infame entre todas las leyes humanas, en la cual se ha confundido el "amor carnal" con el amor mandado por Dios como suprema Ley, que contiene toda la Ley Antigua y  Nueva, envileciendo este gran Mandamiento con las más nauseabundas concesiones en el campo moral, poniendo en un mismo plano lo lícito y lo ilícito, el bien y el mal, en contra de la inequívoca claridad y limpidez de mis Mandamientos y Preceptos.
Si no es caos esto, ¿a qué cosa se le deberá llamar caos?
Hijo, veo que estás cansado; continuaremos mañana, ahora te bendigo y contigo bendigo a todos los que colaboran en la redacción de este VI volumen y Conmigo te bendice mi Madre, que Ella también se reserva hablarte.

16 de Noviembre de 1978

CAOS EN LA DOCTRINA

Toma la pluma y escribe, hijo mío, soy Jesús.
Caos en la doctrina he dicho y ¡qué caos!
Te he señalado algunas verdades bíblicas negadas o mal interpretadas, tanto que ahora ya el principio protestante de la libre y personal interpretación de las verdades reveladas es es casi comúnmente aplicado así que hay ya tantos maestros como son los cristianos o los no cristianos.
Todo esto es absurdo, ¿pero qué cosa no es absurda en el estado actual de las cosas?
Otro detestable principio tácitamente aceptado es que la Revelación es entendida e interpretada según el desarrollo de los tiempos, es decir son los pueblos los que según el grado de su civilización pueden adaptar la Revelación a las exigencias corrientes en los diferentes momentos de su historia.
Basta esto para comprender a qué enorme confusión se puede dar vida y alimentar en la Iglesia, no la "Verdad" eterna e inmutable, sino la verdad subjetiva; dejada por lo tanto al libre albedrío del hombre herido por la Culpa, influenciado por sus pasiones y, sobre todo, circundado por las potencias oscuras del Infierno, es decir, por la Mentira.

Todo esta trastornado... ¡y la raíz es siempre aquella !

Las consecuencias de la degeneración de la verdad no tienen necesidad de ser ilustradas, ni de ninguna aclaración. ¡Todo está trastornado, todo es caos!
Ejemplos prácticos se pueden dar a montones:
Adán y Eva no son personajes históricos que realmente vivieron y que fueron protagonistas de la terrible desobediencia a Dios, no, son sólo personajes míticos pensados por el hombre, y no creados por Dios... las consecuencias son de una gravedad y de un alcance tal que ninguna mente humana puede comprender; así en efecto, de un brochazo, se anula "todo";
se niegan la Virginidad y la Concepción Inmaculada de mi Madre Santísima;
se discute y niega Mi misma Divinidad, pero si se niega Mi Divinidad cae el Misterio de la Iglesia, Sacramento de salvación; cae el Misterio de la "Gracia", es decir, de la Vida Divina participada a los hombres mediante los Sacramentos, los cuales a lo más son aceptados como símbolo, igual que símbolo es considerado el Sacrificio de la Misa.
El derrumbe doctrinal está en curso y se está precipitando cada vez más hacia abajo, arrastrando en su caída todo el Patrimonio de la Revelación, sagrado Depósito entregado por Dios mismo a la Iglesia para la humanidad, ¡don estupendo por el que los hombres nunca Le podrán estar suficientemente agradecidos!
Cada hombre se erige en maestro negando la autenticidad del Unico, solo, verdadero y gran Maestro que soy Yo, Jesús. ¿Pero de dónde tanta ruina? La raíz es siempre aquella: ¡la soberbia!
Soberbia que por algunos ha sido domada y sojuzgada, otros en cambio la han acariciado y alimentado y de aquí la crisis de fe, que quiere decir oscuridad y que no queda sólo como un hecho interior y personal, sino que se repercute al exterior envolviendo a otras personas.
Si en efecto no se cree ya en la validez de los Sacramentos, no se irá a confesar y a quien pida explicaciones se le responde que basta con confesarse directamente con Dios y todo está en orden... se ha llegado hasta a considerar más que suficiente la "confesión comunitaria" y a aconsejar desechar la confesión porque en realidad no hay necesidad de confesarse frecuentemente, basta un acto de arrepentimiento... Y tan es cierto esto que no es raro el caso de Confirmandos y Comulgantes que en el día de la Primera Comunión ¡son admitidos a los Sacramentos sin primero haber hecho preceder la Confesión!
Cuántas personas que por años no se confiesan y que creen que Pueden recibir tranquilamente la Sagrada Comunión…
cuántos sacerdotes que dejan transcurrir años y años sin confesarse…
oh, hijo mío, éstas son llagas ocultas, pero reales, y por éstas y otras tantísimas sandeces se defiende en público y en privado citando el Concilio, que habla de renovación...
¿y  sería entendida así la renovación eclesial de la que habla el Concilio?

maniobra envolvente para tratar de destruir la iglesia

Regenerar quiere decir rehacer, y para muchos la renovación de la Iglesia se lleva a cabo con la cotidiana, metódica y racional demolición de todo;
el autor de este plan de demolición es viejo, tan viejo como el hombre; quedando así todavía demostrada una vez más la maniobra envolvente en acción para intentar destruir Mi Iglesia, y en esta colosal maniobra participan Cardenales, Obispos, Sacerdotes y Consagrados de ambos sexos y ¡con tanto celo que visto desde el exterior parece verdadero, pero no lo es!
Te recuerdo, hijo, que cuando hablo de Cardenales, Obispos, Sacerdotes, etc., no es mi intención generalizar, queda siempre la reserva hecha;
en verdad no faltan buenos Sacerdotes, buenos Obispos y Cardenales, si bien ¡siempre en un número exiguo!
Ahora, hijo mío, basta; descansa y más tarde continuaremos. Te bendigo, ámame, reza y repara para que sea aligerada la avalancha de pecados en los que está inmersa la entera humanidad y son heridos Mi Corazón Misericordioso y el Corazón Inmaculado de la Madre Mía y vuestra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario