La Virgen María, en su aparición en la montaña de La Salette, cerca de Grenoble, Francia, confió a Maximino y Melanie un mensaje destinado a “todo su pueblo”. El obispo de Grenoble lo autentificó el 19 de septiembre de 1851.
El 19 de septiembre de 1864, alrededor de las tres de la tarde, la Virgen María se apareció en la montaña de La Salette. Como testigos de la aparición la Virgen escogió dos pastorcitos ignorantes que se habían conocido el día anterior, Maximino Giraud de once años y Melanie Calvat de catorce años.
A través de esta aparición la Madre del Cielo vino a llorar lagrimas con el fin de atenuar la ira de Dios, orando por la conversión de los pecadores (y de Francia apóstata), ablandando nuestros corazones endurecidos.
Actualmente la Virgen María, que carga en La Salette una pesada cadena así como un crucifijo unido a un martillo y una tenaza, llora también sobre su pueblo y sobre el mundo, pidiendo que los hombres ingratos confiesen sus pecados y reparen sus faltas.
Hoy, 19 de septiembre de 2015 conmemoramos el 169 aniversario de la aparición en La Salette.
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