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sábado, 28 de noviembre de 2015

Decidió rehacer el vendaje, el cual empapó con agua de la Gruta…

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27 noviembre – Francia, Paris: Medalla Milagrosa (1830) 

Decidió rehacer el vendaje, el cual empapó con agua de la Gruta…

En septiembre de 1914, llegaban a los santuarios de Lourdes, los primeros heridos de la guerra, el obispo había puesto a disposición del ejército las salas reservadas a los enfermos de las peregrinaciones. Un soldado, de nombre Colin, sufría de una fractura del fémur; además los restos de un proyectil le habían infectado su herida.

El médico intentó, vanamente, una operación para retirarlos.

El cambio del vendaje hacia sufrir enormemente a Colin, provocándole grandes hemorragias. Rápidamente comenzó a padecer de gangrena, lo que alarmó a la religiosa que lo atendía. La religiosa le propuso recibir los últimos sacramentos. Él se opuso pues quería ser enterrado civilmente.

La Hermana comenzó una novena a Nuestra Señora de Lourdes. El segundo día el soldado aceptó recibir la extrema unción. Pero su estado se agravó. El mal olor que salía de su herida era tal que la religiosa lo aisló en la morgue, junto a su ataúd. Decidió rehacer el vendaje empapado de agua de la Gruta.

Al día siguiente la herida se mejoró, a la sorpresa del médico que pudo extraer finalmente el proyectil. El enfermo se restableció, recuperando completamente el uso de su miembro herido.

www.famillechretienne.fr

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