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domingo, 29 de noviembre de 2015

Santa María Faustina Kowalska DIARIO La Divina Misericordia en mi alma



501Oh, qué grande es Tu belleza, Jesús, Esposo mío, Flor viva, vivificante, en la que está encerrado el rocío que da la vida al alma sedienta.  En Ti se sumergió mi alma.  Tu solamente eres el objeto de mis aspiraciones y de mis deseos, úneme lo más estrecho posible a Ti y al Padre y al Espíritu Santo para que viva y muera en Ti.

502Sólo el amor tiene importancia, es él que eleva nuestras más pequeñas acciones hasta la infinidad.

503Oh Jesús mío, de verdad, yo no sabría vivir sin Ti, mi espíritu se ha fundido con el Tuyo.  Nadie lo comprenderá bien, primero hay que vivir de Ti para conocerte en los demás.

(206)                                                                                                                                                                              Cracovia 25 X 1935

504Propósitos después de los ejercicios espirituales.

No hacer nada sin el permiso del confesor y la aceptación de las Superioras en todo y especialmente en las inspiraciones y las exigencias del Señor.

Todos los momentos libres los pasaré con el Huésped Divino dentro de mí; procuraré mantener el silencio interior y exterior para que Jesús descanse en mi corazón.

Mi descanso más grato será en servir y ser disponible a las hermanas.  Olvidarme de mi misma y      pensar en agradar a las hermanas.

No me justificaré ni excusaré de ningún reproche que me hagan, permitiré juzgarme por cualquiera y  en cualquier modo.

Tengo a un solo Confidente a quien revelo todo y lo es Jesús en la Eucaristía y en substitución de Él, el confesor.

En todos los sufrimientos del alma o del cuerpo, en las tinieblas o en el abandono me callaré como una paloma sin quejarme.

Me anonadaré en cada momento como una victima [postrándome] a sus pies para impetrar         misericordia por las pobres almas.

505         Toda mi nulidad se ahoga en el mar de Tu misericordia; con la confianza del niño me arrojo entre Tus brazos, Padre de Misericordia, para compensarte de la desconfianza de tantas almas que tienen miedo de confiar en Ti.  Oh, qué pequeño es el número de almas que Te conocen verdaderamente.  Oh, cómo deseo que la Fiesta de la Misericordia sea conocida por las almas.  La misericordia es la corona de Tus obras; Tú dispones todo con el cariño de la madre más tierna.

                      +

506   (207) JMJ                                                                                                        Cracovia 27 X 1935

         Padre Andrasz – consejo espiritual.

No hacer nada sin el consentimiento de las Superioras.  Esta cuestión hay que reflexionarla bien y rezar mucho.  En estas cosas hay que ser muy prudente, ya que usted, hermana, tiene aquí la voluntad de Dios segura y evidente, porque está unida a esta orden por los votos, perpetuos además; pues no debe haber dudas, y lo que tiene dentro de si, son apenas relámpagos de la creación de algo.  Dios puede hacer algún cambio, pero estas cosas suceden muy raramente.  Hasta que usted no reciba un conocimiento más evidente, no tenga prisa.  Las obras de Dios van lentamente; si son de Dios, los conocerá claramente y si no, se esfumarán y usted obedeciendo no se extraviará.  Pero debe hablar de todo sinceramente con el confesor y escucharlo ciegamente.

         Ahora no le queda, hermana, otra cosa que aceptar el sufrimiento hasta que esto se aclare, es decir, hasta la solución de este problema.  Su disposición respecto a estas cosas es buena y siga así, llena de sencillez y de espíritu de obediencia es una buena señal.  Si usted, hermana, sigue en esta disposición, Dios no le permitirá extraviarse; en la medida en que es posible, mantenerse alejada de estas cosas y si, a pesar de eso, suceden, tomarlas con tranquilidad, no tener miedo de nada.  Está en las buenas manos de Dios tan bueno.  En todo lo que me ha dicho, no veo ninguna ilusión ni contradicción a la fe:  éstas son las cosas buenas de por si y hasta seria bueno que hubiera un grupo de almas que pidieran a Dios por el mundo, porque todos necesitamos oraciones.  Tiene un buen director espiritual y aténgase a él y esté tranquila.  Sea fiel a la voluntad de Dios y cúmplala.  En cuanto a las tareas, haga lo que manden, tal y como lo manden aunque fuera una cosa más humillante y penosa.  Elija siempre el último lugar y entonces le dirán: Siéntate más arriba.  En el alma y en el comportamiento debe considerarse la última de toda la casa y de toda la Congregación.  En todo y siempre la máxima fidelidad a Dios.

507     (208)  Deseo, Jesús mío, sufrir y arder con el fuego del amor en todos los acontecimientos de la vida.  Pertenezco a Ti entera, deseo abismarme en Ti, oh Jesús, deseo perderme en Tu divina belleza.  Tú me persigues, Señor, con Tu amor, como un rayo del sol penetras dentro de mí y transformas la oscuridad de mi alma en Tu claridad.  Siento bien que vivo en Ti como una chispa pequeñita absorbida por un ardor increíble, en que Tú ardes, oh Trinidad impenetrable.  No existe un gozo mayor que el amor de Dios.  Ya aquí en la tierra podemos gustar la vida de los habitantes del cielo por medio de una estrecha unidad con Dios, misteriosa y a veces inconcebible para nosotros.  Se puede obtener la misma gracia con la simple fidelidad del alma.

508            Cuando se apodera de mi el sentido de desgana y de monotonía en cuanto a mis deberes, entonces me recuerdo de que estoy en la casa del Señor donde no hay nada pequeño, donde de la pequeña acción mía, llevada acabo con la intención dirigida al cielo, puede depender la gloria de la Iglesia y el progreso de más de un alma, pues no hay nada pequeño en el convento.

509            Entre las contrariedades que estoy experimentando, recuerdo que el tiempo de la lucha no ha terminado, me armo de paciencia y de este modo venzo a mi adversario.

510 No busco con curiosidad la perfección en ninguna parte, sino que penetro en el espíritu de Jesús y contemplo sus acciones que tengo relatadas en el evangelio y aunque viviera mil años, no agotaría lo que en él esta contenido


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