Benedicto XVI subraya: "El rosario no se opone a la meditación de la Palabra de Dios y y a la oración litúrgica. Incluso representa un complemento natural e ideal para la celebración de la Eucaristía, especialmente como preparación y como acción de gracias. Contemplamos a Cristo en el Evangelio y en los sacramentos con María en diferentes momentos de su vida, gracias a los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos (...).
Si la Eucaristía es para el cristiano el centro del día, el Rosario contribuye de manera privilegiada a ampliar la comunión con Cristo "(Ángelus del 16 de octubre de 2005).
"Se nos invita a dejarnos guiar por María en esta antigua y siempre nueva oración que es especialmente apreciada porque ella nos lleva directamente a Jesús, contemplado en sus misterios de salvación: gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos." El rosario es una "oración bíblica, tejida de las Escrituras" y "ayuda a meditar en la Palabra de Dios y a asimilar la Comunión eucarística, siguiendo el ejemplo de María" (30 de octubre, 2010).
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario