VATICANO, 27 May. 16 / 12:23 pm (ACI).- El Papa Francisco recibió esta mañana en el Vaticano a los sacerdotes de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, a quienes comúnmente se les llama orionistas, a quienes alentó a servir a Jesús en los pobres cuidando que la fe no se transforme en ideología.
El Santo Padre dirigió un discurso a los sacerdote fundados por San Luigi Orione que participan del XIV capítulo general bajo el lema “Siervos de Cristo y de los pobres” en el que han elegido como nuevo superior general al P. Padre Tarcisio Vieira.
En su alocución el Papa recordó a los presentes que “están llamados y consagrados por Dios para permanecer con Jesús y servirlo en los pobres y excluidos de la sociedad”.
En ellos, dijo Francisco, “ustedes tocan y sirven la carne de Cristo y crecen en la unión con Él, vigilando siempre para que la fe no se transforme en ideología, la caridad no se reduzca a filantropía y la Iglesia no acabe siendo una ong”.
“Ser siervos de Cristo califica todo lo que son y lo que hacen, garantiza vuestra eficacia apostólica, hace fecundo vuestro servicio”, dijo luego el Pontífice y recordó que Don Orione les pedía a sus sacerdotes que “buscasen y medicasen las llagas del pueblo, curasen sus enfermedades y salieran a su encuentro en lo moral y lo material para que de esa forma su acción fuera no solamente eficaz sino también profundamente cristiana y salvadora”.
Francisco los exhortó a “seguir estas indicaciones que son muy verdaderas. Así, imitarán no solo a Jesús, buen Samaritano, sino que ofrecerán a la gente la alegría de encontrarle y la salvación que lleva a todos. En efecto, quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento”.
“Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. El anuncio del Evangelio, sobre todo en nuestros días, requiere mucho amor al Señor, unido a un emprendimiento particular. He sabido que cuando vuestro fundador estaba todavía vivo en algunos sitios los llamaban 'los curas que corren' porque los veían siempre en movimiento, en medio de la gente”.
La Iglesia entera, prosiguió, “está llamada a recorrer con Jesús los caminos del mundo para encontrar a la humanidad de hoy que necesita –como escribía Don Orione– el pan del cuerpo y el bálsamo divino de la fe”.
“Como Don Orione también yo los llamo a que no se encierren en vuestros ambientes, sino a salir. Hacen mucha falta sacerdotes y religiosos que no se queden solamente en las instituciones de caridad –que también son necesarias– sino que sepan ir más allá de sus fronteras para llevar a todos los ambientes, incluso a los más alejados, la caridad de Cristo”.
El Papa resaltó que el servicio de los sacerdotes orionistas “será más eficaz cuanto más se esfuercen en cuidar vuestra adhesión personal a Cristo y vuestra formación espiritual. Dando testimonio de la belleza de la consagración y de la vida buena de los religiosos, 'siervos de Cristo y de los pobres', serán un ejemplo para los jóvenes. La vida genera vida, el religioso santo y contento suscita nuevas vocaciones”.
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