El curso que viene se impartirá la asignatura de religión islámica en España gracias a un acuerdo entre el Estado y la Comisión Islámica. Sin embargo en los países árabes, no se enseña religión cristiana a las minorías. Distintos expertos valoran pros y contras de esta iniciativa.
Javier Torres -
30/05/2016
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El presidente de la Comisión Islámica, Riay Tatary, ha propuesto al ministerio de Educación que oferte la clase de Religión islámica en Ceuta y Melilla. Tatary se basa en que la mayoría de los alumnos son musulmanes. “Creo que es muy necesario impartir la enseñanza por lo menos el curso que viene. Hay un compromiso y yo creo que ha sido en aras de la normalización de la convivencia y la vida de los musulmanes”, dice.
La realidad es que en España hay 281.725 alumnos musulmanes en las etapas no universitarias, según el Observatorio Andaluz y la Unión de Comunidades Islámicas de España. Las comunidades con más presencia de estos estudiantes son Cataluña (80.743), Andalucía (44.636), Madrid (37.150) y Comunidad Valenciana (29.781). En Ceuta hay 5.545 estudiantes musulmanes y 6.989 en Melilla.
Hay que recordar que en diciembre de 2014 el Ministerio de Educación aprobó una resolución que otorgaba a los alumnos musulmanes el derecho a recibir enseñanza religiosa islámica en todos los centros educativos independientemente de su financiación mientras no entren en contradicción con sus principios ideológicos.
¿Qué ventajas e inconvenientes tiene esta medida? ¿Se trata de una decisión inocua o puede tener consecuencias negativas?
El doctor en Filología árabe y estudios islámicos -y master en Teología y Ciencias religiosas-, Raad Salam Naaman, católico iraquí, se muestra en contra de la inclusión de la asignatura islámica en las escuelas. “Si enseñas islam en las escuelas a los musulmanes nunca se van a adaptar. Además, los profesores de religión musulmana no aceptan a ninguno que no sea radical. Por ejemplo, a mí no me aceptan como profesor porque no soy musulmán. El objetivo es claro: radicalizar a los inmigrantes en Europa”, declara a Actuall.
Lo dice el corán: ‘expulsadles de donde os hayan expulsado’
Otro de los argumentos que utiliza Salam es el de la reciprocidad. O la falta de ella. Porque en gran parte de los países de mayoría musulmana no está permitida la enseñanza de la religión islámica en las escuelas. “Ni siquiera a los nativos cristianos les dejan profesar su religión, es más, están perseguidos. No hay libertad religiosa en el mundo musulmán. En cambio, los musulmanes que vienen a Occidente tienen todos los derechos. Esta ley es un peligro real para la sociedad española”.
Raad Salam: “Esta ley es un peligro real para la sociedad española; el islam es una gran amenaza para nuestra sociedad y nuestra civilización”
Una de las consignas más repetidas en Occidente -sobre todo, tras un atentado terrorista de signo islamista- es la necesidad de tender lazos con el islam moderado. A juicio de este filólogo árabe eso no es posible. “Es un concepto equivocado decir que hay un islam moderado. El islam es uno y la ley islámica está por encima del resto de religiones. La única verdad es que el islam es una gran amenaza para nuestra sociedad y nuestra civilización”.
Raad Salam va más allá y habla de España como la “espinita” que los musulmanes no se han sacado aún. Para explicarlo, se remite al corán: sura 2, versículo 191: “Matadles donde deis con ellos y expulsadles de donde os hayan expulsado. Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadles: esa es la retribución de los infieles”. Es decir, Al-Ándalus sigue siendo tierra de reconquista.
No todos lo ven así, Francisco José Contreras, catedrático de Filosofía del Derecho, cree que el islam puede ser compatible con la libertad religiosa, pero “con condiciones muy estrictas”. Por ejemplo, “haciendo una selección rigurosa de los profesores, un control exhaustivo de los libros de texto y vigilando el desarrollo de las clases”.
La identidad española
Contreras señala que lo ideal sería transmitir a los alumnos una versión del islam pacífica y compatible con la democracia. “Hay un motivo prudencial: un islam ‘light’ enseñado en las escuelas puede intentar contrarrestar al islam ‘hard’ que los niños estarán quizás absorbiendo en las mezquitas o en Internet”.
En cualquier caso, cree que el porcentaje de musulmanes en España es aún insuficiente (el 3,6%) para justificar su enseñanza.
Francisco José Contreras: “Hay que contrarrestar de algún modo los contenidos intolerantes, antisemitas y misóginos del islam duro”
Mientras tanto, está previsto que los alumnos de tercero de ESO que reciban clases de religión islámica el próximo curso definan términos como ‘homofobia, antisemitismo, islamofobia, xenofobia y racismo’ y reconozcan y describan situaciones sexistas y estigmatizadoras. “No sé si es un objetivo realista. Pero hay que contrarrestar de algún modo los contenidos intolerantes, antisemitas y misóginos del islam duro”, insiste Contreras.
Para Rafael Navarro-Valls, catedrático de Derecho y académico de la Jurisprudencia y la Legislación, enseñar el islam contribuirá a reafirmar el principio de libertad religiosa. Cree que la medida no producirá grandes cambios a medio plazo. “Significará, ante todo, una reafirmación más del principio de libertad religiosa, al que tiene derecho todo miembro de una confesión religiosa. La legitimidad de esta medida responde a la tradición secular en nuestro país, con relevante importancia en la formación de la identidad española”, afirma aActuall.
“El problema sólo surge cuando se debilita la conciencia ciudadana y política en torno a la necesidad de que todos los individuos que componen una sociedad respeten las normas comunes”, reflexiona Sánchez-Saus
Rafael Sánchez-Saus, catedrático de Historia Medieval y autor del libro Al Andalus y la Cruz, declara a Actuall que la ley, que debe obligar a todos por igual excepto en los casos en que se articule el derecho a la objeción de conciencia, “debe hacerse cumplir siempre”.
Además opina que lo más importante no es lo que propugne una determinada religión: “El problema sólo surge cuando se debilita la conciencia ciudadana y política en torno a la necesidad de que todos los individuos que componen una sociedad respeten las normas comunes”.
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