A todos los cristianos, así dice Nuestra Mamá María:
No quiero veros
despistados, no incautos, alelados. ¡El Demonio os ronda! Son tiempos
difíciles, tiempos recios. Nadie os dijo que fuerais a la batalla así,
desprovistos de todo, desprovistos de las armas. Tenéis que armaros con la
armadura fuerte de la Fe, que lleva la coraza de la Caridad y el yelmo de la
Esperanza.Tenéis que coger en la mano el escudo de la Oración y en la otra, la
lanza del Amor.
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