13-11-2013
Jesús:
(Le decía a Jesús que quería ser todo el día Suya) Si quieres ser Mía, sírveme en los demás. Ahora, con los de tu clase en el polideportivo, sonríeles. Si alguno está más necesitado, ayúdale. En tu casa es como principalmente tienes que servirme. Sirviendo a tu marido, atendiéndole. Atendiendo y sirviendo a tus hijos. Tus principales obligaciones: tu marido y tus hijos. Así veré que eres enteramente Mía y que estás dispuesta a morir por el Evangelio. Jesús: lo pones fácil. No es nada que no podáis hacer. No digo esa servidumbre de esclavos, sino la servidumbre de ser hijos de Dios. Sin entender mal, sin rebajarse, sin ocultar o mancillar su dignidad, su propia dignidad. En equilibrio, el equilibrio de los hijos de Dios. ¿Cómo saber el punto del equilibrio? El punto del equilibrio se halla en la oración. Oración diaria, oración pausada. No oración supersónica, que pasa antes de que tú y Yo nos hayamos dado cuenta. Tú y Yo, tenemos que sentir que nos amamos, tenemos que estar largo rato dedicándonos. ¿Qué amor se puede palpar en un segundo? ¿Y en cinco minutos? ¿Sentirá el Amado que la esposa le ama? “Hola, amado. Hoy tengo 5 minutos para Ti”. ¿Dónde está ahí el Amor? El Amado comunica a la esposa, en sus largos coloquios de Amor, cuál es el camino, dónde está la virtud y qué debe hacer para ser feliz. Sin esa Luz no podréis salir de la oscuridad. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén,
16-11-2013
Jesús:
(Habían pasado 20m después de Misa, y se fueron las dos únicas señoras que quedaban) ¿Crees tú que con tan poca oración se pueden resistir las tentaciones? Os digo que no, hijos. Si sólo estáis dispuestos a este pequeño rato de oración, os digo, hijos, que no vengáis. No vengáis a primera línea, id a otros puestos, que los hay en mi Iglesia, pero no quiero ver el espectáculo del monte lleno de cadáveres, vuestros cadáveres que, incautos, fallecisteis por presentaros a la lucha no preparados y llenos de miedo. La Confianza es pieza clave. Es pieza clave la Confianza en mi Sagrado Corazón, porque esta cruenta batalla, tiene lugar de noche, no se ve nada y está oscuro. Debéis caminar con lo visto anteriormente.
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