- Ha desestimado la querella contra la autora del ‘padrenuestro blasfemo’, Dolors Miquel.
- Contiene expresiones como insultantes como ‘sea santificado vuestro coño, la epidural, la comadrona’.
- Pero para el tribunal no suponen “una burla de sus convicciones religiosas (las de los católicos)”.
- Y emplaza a los cristianos a “tolerar las críticas públicas” y el “debate” sobre sus creencias.
La Audiencia de Barcelona ha concluido que el blasfemo poema ‘Mare Nostre’ que la escritora Dolors Miquel (en la imagen) recitó el año pasado en los Premios Ciudad de Barcelona, y que generó una gran controversia, es una “sátira” amparada por la libertad de expresión y ha emplazado a los católicos a “tolerar las críticas públicas” y el “debate” sobre sus creencias, informa ABC.
En un auto, la sección décima de la Audiencia de Barcelona ha desestimado el recurso que la Asociación Amistad en Cristo Nuevo Amanecer presentó contra la decisión de una juez de instrucción de Barcelona de archivar la denuncia que la entidad presentó contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la propia Dolors Miquel por el poema “Mare Nostra”, que consideraban ofensivo.
El tribunal concluye que el controvertido poema -con expresiones como “Madre nuestra que estáis en celo, sea santificado vuestro coño, la epidural, la comadrona” o “hágase vuestra voluntad en nuestro útero sobre la tierra”- es “una creación artística y, como tal, en ocasiones suele contener una dosis de provocación”.
“La sátira y el recurso a lo irreverente han sido en no pocas ocasiones un recurso artístico para hacer crítica social”, argumenta la sala, que cree que el poema de Miquel se dirigía “en especial a las distintas manifestaciones del poder”, con una “crítica feminista a ese servilismo a la deidad masculina imperante en nuestra sociedad”.
En ese sentido, la Audiencia razona que la religión católica, mayoritaria en España, y la Iglesia como institución “ha estado asociada en la historia al poder y ha sido por tanto también objeto de crítica legítima”.
La Audiencia de Barcelona admite que los miembros de la asociación denunciante pueden sentirse “sinceramente ofendidos” por el contenido del poema, pero le recuerda que el derecho a la libertad de expresión no solo ampara “las informaciones o ideas que son favorablemente recibidas, sino también aquellas que chocan, inquietan u ofenden”.
A continuación, el tribunal se contradice pues advierte de que en las sociedades democráticas “los grupos religiosos deben tolerar las críticas públicas y el debate sobre sus actividades, creencias o enseñanzas, siempre que tales críticas no supongan insultos intencionados y gratuitos o discurso del odio, que constituyan una incitación a la violencia y a la discriminación”.
“Y esto último es lo que no se ha producido en este caso en ningún modo, las palabras de las tantas veces mencionada oración no suponen una actitud violencia o discriminatoria hacia fieles católicos en el sentido de hacer burla de sus convicciones religiosas”, añade el auto.
En fin, lo de otras muchas veces con otros tribunales: ofender a los católicos sale gratis, una vez más.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
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