Papa Francisco«En 1996, cuando el papa Francisco era obispo auxiliar del Cardenal Quarracino en Buenos Aires, se produjo un notable milagro eucarístico. El mismo papa actual pidió el hecho sea fotografiado y examinado. Los resultados son sorprendentes.
El 18 de agosto de 1996 a las 19, el padre Alejandro Pezet celebraba misa en la iglesia de Santa María, en el centro geográfico de la ciudad. Cuando terminaba de distribuir la Santa Comunión, una mujer se le acercó para decirle que había encontrado una hostia en un altar lateral al fondo de la iglesia. Al dirigirse al lugar indicado, el p. Alejandro vio que la hostia estaba sucia. Como no podía consumirla, la colocó en el Sagrario en un pequeño recipiente con agua.
El lunes 26 de agosto, al abrir el tabernáculo, vio atónito que la Hostia se había convertido en una sustancia sangrante. Informó del hecho a Mons. Jorge Bergoglio quien dio instrucciones para que la Hostia fuera fotografiada de manera profesional. Las fotos del 6 de septiembre muestran claramente que la Hostia, se había convertido en un fragmento de carne sangrante y que su tamaño había aumentado considerablemente. Durante varios años la Hostia permaneció en el tabernáculo sin sufrir ninguna descomposición visible y el asunto se mantuvo en secreto.
Una vez arzobispo, Mons. Bergoglio decidió hacer analizar científicamente aquella sustancia. El 5 de octubre de 1999, en presencia de representantes del arzobispo, el Dr. Castañón tomó una muestra de la misma que fue enviada a un instituto especializado en Nueva York. Como no quería influenciar sobre los resultados del examen, decidió no revelar su proveniencia al equipo de científicos.
BergoglioUno de estos científicos era el conocido cardiólogo, patólogo y médico legista Dr. Federico Zugiba. Este determinó que la sustancia analizada era verdadera carne y verdadera sangre conteniendo ADN humano. Declaró: “la materia analizada es un fragmento del músculo del corazón que se encuentra en la pared del ventrículo izquierdo, cerca de las válvulas. Este músculo es el responsable de la contracción del corazón. Recordemos que el ventrículo izquierdo del corazón actúa a manera de bomba que envía la sangre a través del cuerpo. El músculo cardíaco está inflamado y contiene una importante cantidad de glóbulos blancos. Esto indica que el corazón estaba vivo en el momento en que la muestra ha sido extraída. Afirmo que el corazón estaba vivo porque los glóbulos blancos mueren fuera de un organismo vivo. Necesitan un organismo vivo para permanecer vivos. Por otro lado, estos glóbulos blancos habían penetrado los tejidos, lo que indica que el corazón ha sido sometido a un fuerte sufrimiento, como si su dueño hubiera sido severamente golpeado a nivel del pecho.”
Dos australianos, el periodista Mike Willesee y el jurista Ron Tesoriero, fueron testigos de estos tests. Como conocían el origen de la muestra, quedaron muy sorprendidos por la declaración del Dr. Zugiba. Mike Willesee le preguntó al científico cuánto tiempo los glóbulos blancos se hubieran conservado vivos si provinieran de tejidos humanos conservados en agua. El Dr. Zugiba le respondió que hubieran dejado de existir al cabo de algunos minutos. El periodista le reveló entonces al doctor que la substancia de donde provenía la muestra había sido conservada primero en agua común durante un mes y luego en agua desmineralizada durante tres años, y recién después de ese tiempo se había tomado la muestra. El Dr. Zugiba, muy intrigado, declaró que aquello carecía de explicación desde el punto de vista científico.
Además el Dr. Zugiba dijo: “Tiene que explicarme algo: si esta muestra proviene de una persona muerta, ¿cómo es posible que mientras la examinaba, las células de la muestra tenían movimiento y latían? Si este corazón proviene de alguien muerto en 1996, ¿cómo puede estar aún vivo?
Solamente entonces Mike Willesee le reveló al Dr. Zugiba que la muestra analizada provenía de una Hostia consagrada (pan blanco sin levadura) que se había misteriosamente transformado en carne humana sangrante. Sorprendido por esta información, el Dr. Zugiba respondió: “Cómo y por qué una Hostia consagrada puede transformar su materia y convertirse en carne y sangre humana viva, esto permanecerá un inexplicable misterio para la ciencia – un misterio que supera totalmente su competencia”…
Después el Dr. Ricardo Castañón Gomez tomó disposiciones para que los informes del laboratorio del milagro de Buenos Aires fueran comparados con los elaborados sobre el milagro de Lanciano, manteniendo igualmente sin revelar el origen de las muestras. Los expertos procedieron a comparar ambos informes y concluyeron que los informes de los laboratorios habían analizado muestras provenían de la misma persona. Señalaron que ambas muestras revelaban sangre de tipo “AB” positivo. Esta sangre tenía características de un hombre que ha nacido y vivido en Medio Oriente.
Milagro Eucaristico en Buenos Aires¡Sólo la fe en la extraordinaria acción de Dios es una respuesta razonable! Dios quiere que seamos conscientes que Él está verdaderamente presente en el misterio de la Eucaristía. El milagro eucarístico de Buenos Aires es un signo extraordinario para la ciencia. A través de esto Jesús desea despertar en nosotros una fe viva en su Presencia Real en la Eucaristía, real y no simbólica. Sólo con los ojos de la fe, y no con nuestros ojos humanos, Le vemos bajo la apariencia del pan y del vino consagrados. En la Eucaristía Jesús nos ve y nos ama y desea salvarnos.
(El Arzobispo Bergoglio se convirtió en cardenal en 2001, y este milagro fue publicado después de largas investigaciones). ¡No se pierdan de ver el link donde el Dr. Castañón, ateo convertido al catolicismo, explica este milagro!»