En las redes sociales muchos extremistas de izquierda justificaban sin rodeos la agresión contra HazteOir.org usando argumentos como que el odio no es libertad de expresión. ¿Y qué entienden por odio?
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11/03/2017
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Compartir en Twitter Las feministas se saltan con impunidad la ley e intentan asaltar los templos y agreden a los jóvenes que los defienden
Acoso, insultos, amenazas, pedradas… Así es como
la ultraizquierda impidió ayer el libre debate de ideas, una vez más, en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
‘ODIO’, LA EXCUSA DE LA PROGRESÍA PARA CENSURAR
Irónicamente, esta vez los nostálgicos del Muro de Berlín impidieron una mesa redonda sobre la libertad de expresión. En las redes sociales muchos extremistas de izquierda justificaban sin rodeos esta agresión contra un derecho fundamental usando argumentos como que el odio no es libertad de expresión. ¿Y qué entienden por “odio”? Pues lo que a ellos les da la gana, así que pueden censurar y prohibir lo que les salga de las narices. Pero sería injusto atribuir exclusivamente esa trampa ideológica a la izquierda más fanática: los cuatro grandes partidos -PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos- han contribuido a crear ese discurso liberticida. Lo más curioso es que en su creación se olvidaron de manifestaciones evidentes de odio que, por lo visto, sí les parecen aceptables a las distintas franquicias políticas del progrerío español. Veamos algunos ejemplos:
1. La cristianofobia: el odio a los cristianosEs uno de los discursos de odio que más muertes ha provocado en España, pues no debemos olvidar que
durante la Guerra Civil provocó una de las peores persecuciones religiosas de Europa en la Edad Contemporánea, una persecución perpetrada por partidos de izquierda que aún existen y que nunca han pedido perdón por ello. Al contrario: la izquierda intenta ahora borrar el recuerdo de los asesinados. Con mucha frecuencia los católicos somos insultados, amenazados y atacados por fanáticos cristianófobos, se incendian iglesias sin que los políticos lo condenen,
se incita a quemar iglesias en una exposición pagada por todos los contriubuyentes sin que los políticos digan nada,
se hace escarnio de nuestros sentimientos religiosos con la felicitación de partidos como el PP, y en el colmo del desprecio hacia los cristianos, incluso
queda impune el asalto a una capilla entre amenazas incendiarias de “quemar la Conferencia Episcopal”. Cualquier queja contra estos ataques es señalada por la izquierda cristianófoba como un ataque a la libertad de expresión. No sólo consideran legítimo ese odio enfermizo, sino que lo justifican y lo promueven. En contraste con esta justificación de todo tipo de ataques, ofensas e insultos contra los católicos, para esa izquierda la mera crítica al Islam te convierte en “islamófobo”.
4. El odio de claseEs lo que alimenta el concepto de la “lucha de clases” del marxismo. En los últimos 100 años este odio ha servido para incitar y justificar todo tipo de actos violentos. Aún hoy la ultraizquierda sigue promoviéndolo con fines sangrientos. Sirva como ejemplo
el vídeo en el que Pablo Iglesias sugería aplicar la guillotina a los capitalistas, en enero de 2013, un año antes de fundar Podemos. La ultraizquierda no duda en promover el odio de clase, y concretamente a “los ricos”, de las formas más descaradas, como cuando en agosto de 2012
Pablo Iglesias insinuó que Amancio Ortega era un terrorista por ser millonario, algo que curiosamente nunca ha dicho del millonario Jaume Roures, propietario de Público TV, canal en el que se emite su programa “La Tuerka”. Hay que decir que Podemos sigue usando este discurso demagógico y cargado de odio a pesar de que, por ejemplo,
hoy en día Pablo Iglesias figura entre los españoles más ricos. Así mismo, estos discursos se dirigen también contra los creadores de puestos de trabajo:
Podemos llegó a presentar a autónomos y empresarios como si fuesen todos vendedores de diamantes.
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