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sábado, 22 de abril de 2017

EL ÚNICO CON DOBLE INDULGENCIA PLENARIA.


1.- Indulgencia establecida por Jesús

2.- Indulgencia plenaria establecida por Juan Pablo II

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La Fiesta de la Divina Misericordia ¡La remisión Total de los pecados!

El Divino "Deseo" que el primer Domingo después de la Pascua se celebre la Fiesta de la Misericordia el próximo 23 de Abril de 2017.

Jesús Nuestro Señor, desea que su Fiesta tenga vital importancia. Con esta Fiesta se obtendrán grandes privilegios y grandes gracias para toda la humanidad, especialmente se obtendrá la remisión completa de los pecados; pena y culpa... 

1.- Dijo Jesús con estas palabras a Sor Faustina: "Hija mía, habla a todo el mundo de mi inconmensurable Misericordia. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea la salvación y el refugio de todas las almas, más particularmente de los pobres pecadores, los más empedernidos, los que están más alejados de Dios, ellos tienen más derecho a mi Misericordia.

En ése día se abrirán las puertas del cielo; derramaré todo el océano de mis gracias sobre las almas que se acerquen a la fuente de mi Misericordia.

REMISIÓN (PERDÓN) COMPLETA DE LA CULPA Y DE LA PENA DE LOS CASTIGOS MERECIDOS POR NUESTROS PECADOS, ES DECIR INDULGENCIA PLENARIA.

Todo pecado lleva consigo una culpa y una pena. La culpa es haber ofendido a Dios y se perdona con la confesión, pero queda la pena de ha expiarse haciendo penitencia por pecados cometidos. 

Dicha pena se expía en este mundo, haciendo penitencia, aceptando los sufrimientos corporales, pidiendo perdón y rezando etc...

Si no se expía en este mundo se ha de hacerlo en el purgatorio.

Después de confesarnos el sacerdote nos da una penitencia que debemos cumplir, sí o sí, para ser perdonados.

Pero muchas veces con ésa penitencia no basta, por lo que hemos de hacer más penitencia para obtener el perdón total de la pena.

Por eso Jesús Nuestro Señor nos ofrece que el 23 de Abril de 2017, "FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA", primer Domingo después de Pascua, a todo aquel que se confiese antes o ese día preferentemente antes y comulgue el mismo día, obtendrá el perdón total (Remisión Completa), de las culpas y las penas merecidas por los pecados cometidos. 

Quedando así saldado todos nuestros pecados, el alma totalmente limpia de todo mancha, sin nada a expiar, ya que Jesús con su Divina Misericordia, con su Preciosísima Sangre que es Sangre Redentora y con los Méritos Infinitos de su pasión, ha limpiado, redimido y expiado todos nuestros pecados.

Por eso es que Jesús dijo a Santa Faustina Kowalska:

Todo desaparecerá en mi Infinita Misericordia. Yo deseo salvarlos a todos.
El Señor le pide a Santa Faustina, por lo menos 14 veces, que se instituya oficialmente una "Fiesta de la Misericordia" (Diario de Santa Faustina)
“Pinta la imagen de Dios en tu alma. Cuando salí del confesionario, oí nuevamente estas palabras: Mi imagen está en tu alma. Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo deber ser la Fiesta de la Misericordia. (Diario Sor Faustina 49)
Una vez, oí estas palabras: Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible (138) Misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi Misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi Misericordia. Cada alma respecto a mí, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi Misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas (139, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi Misericordia. (Diario Sor Faustina 699)

Para observar la Fiesta de la Misericordia, debemos:

1. Celebrar la Fiesta el domingo después de la Pascua de Resurrección, puedes asistir a cualquier Parroquia o Templo.
2. Arrepentirnos sinceramente de todos nuestros pecados.
3. Confiar por completo en Jesús.
4. Confesarnos preferiblemente antes de ese domingo.
5. Recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta, 6. Venerar (hacer un acto o demostración de profundo respeto religioso hacia ella por la persona a quien representa, en este caso a nuestro Señor Jesucristo) la Imagen de la Divina Misericordia.
7. Ser misericordioso con los demás a través de nuestras acciones, palabras y oraciones a nombre de ellos.

2.-


Indulgencia plenaria

El Sumo Pontífice, Juan Pablo II, animado por un ardiente deseo de fomentar al máximo en el pueblo cristiano estos sentimientos de piedad hacia la Misericordia divina, por los abundantísimo frutos espirituales que de ello pueden esperarse, en la audiencia concedida el día 13 de junio de 2002 a los infrascritos responsables de la Penitenciaría apostólica, se ha dignado otorgar indulgencias en los términos siguientes:

  • Se concede la indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que, en el domingo segundo de Pascua, llamado de la Misericordia divina, en cualquier iglesia u oratorio, con espíritu totalmente alejado del afecto a todo pecado, incluso venial, participe en actos de piedad realizados en honor de la Misericordia divina, o al menos rece, en presencia del santísimo sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, "Jesús misericordioso, confío en ti"). Se concede la indulgencia parcial al fiel que, al menos con corazón contrito, eleve al Señor Jesús misericordioso una de las invocaciones piadosas legítimamente aprobadas.
  • Además, los navegantes, que cumplen su deber en la inmensa extensión del mar; los innumerables hermanos a quienes los desastres de la guerra, las vicisitudes políticas, la inclemencia de los lugares y otras causas parecidas han alejado de su patria; los enfermos y quienes les asisten, y todos los que por justa causa no pueden abandonar su casa o desempañan una actividad impostergable en beneficio de la comunidad, podrán conseguir la indulgencia plenaria en el domingo de la Misericordia divina si con total rechazo de cualquier pecado, como se ha dicho antes, y con la intención de cumplir, en cuanto sea posible, las tres condiciones habituales, rezan, frente a una piadosa imagen de nuestro Señor Jesús misericordioso, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, "Jesús misericordioso, confío en ti").
  • Si ni siquiera eso se pudiera hacer, en ese mismo día podrán obtener la indulgencia plenaria los que se unan con la intención a los que realizan del modo ordinario la obra prescrita para la indulgencia y ofrecen a Dios misericordioso una oración y a la vez los sufrimientos de su enfermedad y las molestias de su vida, teniendo también ellos el prepósito de cumplir, en cuanto les sea posible, las tres condiciones prescritas para lucrar la indulgencia plenaria.
  • Los sacerdotes que desempañan el ministerio pastoral, sobre todo los párrocos, informen oportunamente a sus fieles acerca de esta saludable disposición de la Iglesia, préstense con espíritu pronto y generoso a escuchar sus confesiones, y en el domingo de la Misericordia divina, después de la celebración de la santa misa o de las vísperas, o durante un acto de piedad en honor de la Misericordia divina, dirijan, con la dignidad propia del rito, el rezo de las oraciones antes indicadas; por último, dado que son "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mt 5, 7), al impartir la catequesis impulsen a los fieles a hacer con la mayor frecuencia posible obras de caridad o de misericordia, siguiendo el ejemplo y el mandato de Jesucristo, como se indica en la segunda concesión general del "Enchiridion Indulgentiarum".

    Este decreto tiene vigor perpetuo. No obstante cualquier disposición contraria.
  • Decreto sobre las Indulgencias recibidas en la Fiesta de la Divina Misericordia

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