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sábado, 26 de agosto de 2017

El Aviso, el Milagro y el Castigo en Garabandal, España



Entre las apariciones de Garabandal han habido muchas profecías sobre el futuro inmediato de la humanidad y de la Iglesia. En el anuncio profético de Garabandal, Conchita habla de un aviso, un milagro, y un castigo para la humanidad…


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Visión del Padre Andreu en Garabandal, España ( 8 de agosto de 1961)
El Diario de Conchita, la vidente de Garabandal
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Los Mensajes y Milagros de Garabandal


EL AVISO
Antes del Milagro, como una purificación preparatoria, vendrá un Aviso de Dios a la humanidad: Cada uno verá su alma como Dios la ve, conoceremos que ÉL existe, y que ha estado presente en cada una de nuestras faltas. Será como un juicio en miniatura. Es como el fuego pero no quema la carne, aunque se sentirá física e interiormente. Durará poco tiempo, pero sus efectos en el mundo serán grandes.
El fenómeno no ocasiona la muerte, sino por miedo y terror, y en algún caso especial por la misericordia de Dios (para librarnos de lo que se avecina). Dios espera que, con este acto de su misericordia, enmendemos nuestras vidas, y nos volvamos hacia Él. Los que ya conocen y aman a Dios, se acercarán más a ÉL. Este fenómeno (el Aviso), afectará menos a los que estén en estado de Gracia.
El 1 de enero, del año 1965, Conchita tuvo una nueva aparición de la Señora quién habló del “aviso” para que el mundo se enmiende.
Conchita nos dice: “No puedo decir en qué va a consistir, pues Ella no me ha ordenado decirlo. Y ¿cuándo será?, no me lo ha dicho, así que no lo sé. Si sé que será visible para todo el mundo; será obra directa de Dios y tendrá lugar antes del milagro. Yo no sé si morirán personas. Únicamente pueden morir, al verlo, de impresión.”
En una de sus cartas habla así sobre el aviso:
“Ese aviso es como un castigo, para los buenos y los malos: para los buenos, para acercarlos más a Dios y para los malos, para anunciarles que viene el fin de los tiempos y que estos son los últimos avisos.”
El aviso será fruto de la justicia de Dios y de Su misericordia. De Su justicia, porque nos va a purificar de nuestros pecados; de Su misericordia, porque nos dará la oportunidad de una mayor conversión en nuestra vida espiritual. Este aviso será obra de la intervención directa de Dios.
El aviso que vendrá al mundo será algo externo a nosotros que sucederá en el firmamento; será vista una luminosidad acompañada de un fuego ardiente que se sentirá en toda la tierra. Por un corto tiempo el mundo quedará paralizado y ningún motor o máquina funcionará.
Al final nos invadirá un estado de felicidad al saber lo mucho que Dios nos ama. Todo el mundo lo vivirá desde donde esté. No se morirá por causa del Aviso. Cuando esto suceda el Milagro está próximo.


EL MILAGRO
Después del Aviso viene un gran Milagro. Será anunciado ocho días antes por Conchita por mandato de la Virgen. Viene directamente de Dios.
En una nota Conchita escribe:
“Lo del milagro me lo ha dicho, la Virgen, a mí sola. Ella me ha prohibido decir en qué consistirá. Tampoco puedo decir la fecha hasta ocho días antes. Lo que sí puedo decir es que coincidirá con un acontecimiento de la Iglesia y con la festividad de un Santo mártir de la Eucaristía; será a la ocho y media de la tarde de un jueves; será visible para todos los que estén en el pueblo y en las montañas de los alrededores: los enfermos que asistan sanarán y los incrédulos creerán. Será el milagro mayor que Jesús ha hecho para el mundo. No quedará la menor duda de que es de Dios y para bien de la humanidad. Quedará una señal del milagro, para siempre, en los pinos. Podrá ser filmado y televisado.”
Después del Milagro, si el mundo no se convierte, Dios enviará un Gran Castigo sobre la humanidad endurecida e incrédula, salvo, consiguientemente, un pequeño resto que será preservado.
De todo lo que han dicho las niñas en entrevistas y cartas, principalmente Conchita, podemos señalar los aspectos esenciales del milagro:
La Virgen dijo que antes del día del Milagro mucha gente habrá dejado de creer en las Apariciones de Garabandal, por lo que será de gran alegría la vuelta a la Fe que tendrá lugar cuando llegue el Aviso y el Milagro.
• Conchita conoce su fecha exacta,
• Que lo comunicó a Pablo VI, así como al confesor de éste y al Cardenal Ottaviani, Pro-Prefecto del Santo Oficio, hoy Congregación para la Doctrina de la Fe
• Conchita lo anunciará al mundo ocho días antes de su fecha
• Transcurrirá menos de un año entre el Aviso y el Milagro
• Durará entre 10 minutos y un cuarto de hora
• Tendrá lugar un jueves, a las 8:30 de la tarde
• Entre los días 6 y 16 de uno de estos tres meses: marzo, abril o mayo
• Ese día no será fiesta de la Virgen.
• Coincidirá con el día de la fiesta de una santo mártir en relación con la Eucaristía
• Coincidirá también con un acontecimiento muy importante, raro, singular, tanto para la Iglesia como para toda la cristiandad, un acontecimiento feliz y venturoso.
• Será el milagro mayor que Jesús haya hecho para el mundo.
• Será visible en Garabandal y en las montañas de los alrededores; no podrá palparse pero si podrá ser filmado, fotografiado y televisado.
• No será necesario que los videntes estén presentes en el momento de la realización de este milagro.
• Los enfermos que asistan se sanarán y los incrédulos creerán.
• El Papa y el padre Pío verán el milagro “desde donde quiera que estén”.
• El ciego Joey Lomangino recobrará la vista.
• El cuerpo difunto del Padre Luis María será desenterrado y se encontrará incorrupto.
Quedará una señal permanente en los pinos, que será una señal visible del Amor de Dios. Es como una última gran ayuda antes de la purificación universal, ya que si el mundo con esto no cambia, Dios permitirá una gran tribulación, el Castigo.
La Virgen dijo que habrá permiso oficial para que los Sacerdotes, Religiosos y Religiosas suban a Garabandal, un tiempo antes del gran día del Milagro. La Virgen María dijo que, antes del Milagro, el Obispo que esté en Santander, recibirá una prueba personal para que dé permiso Oficial a los Sacerdotes de subir y en esas fechas se retirarán todas las notas negativas.

MILAGROS RELACIONADOS CON EL GRAN MILAGRO
En referencia a los milagros recordamos lo que dijo el Concilio Vaticano II en el Decreto Ad Gentes no. 12, “Cristo curaba toda suerte de dolencias y enfermedades, como señal del advenimiento del reino de Dios….”.
La Iglesia siempre ha creído en milagros, aunque al mismo tiempo pide prudencia para no ser engañados. La siguiente es la historia de 2 de los actores de los milagros profetizados.

EL CIEGO JOEY LOMANGINO
Joey Lomangino nació en Brooklyn el 27 de junio, de 1931. En junio de 1947, cuando inflaba un neumático, este estalló y se le produjo entre los ojos una fractura de diez pulgadas. También le quedaron seccionados los nervios ópticos y olfativos.
El mismo año del accidente, con ayuda de sus amigos, Joey se convirtió. El mismo año, una voz le despertó de su sueño y le pidió que rezara el rosario.
En 1963, Joey viaja a San Giovanni Rotondo para ver al Padre Pío, y allí recobró su olfato a pesar de no tener ninguna posibilidad física de ello. Joey le pregunta al Padre Pío, ya beato, si era verdad que la Virgen se había aparecido a cuatro niñas en España. El Padre responde que “sí”, y entonces Joey se dirige a Garabandal y vuelve en repetidas ocasiones.
Durante uno de los éxtasis de Conchita la Virgen bendice con un beso la Medalla Milagrosa de Joey y el 19 de marzo, de 1964, fiesta de San José, Conchita tuvo una locución en cual la Virgen le había dicho que Joey recibiría ojos nuevos el día del Gran Milagro… que verá el día mismo del Milagro… y que la voz que había oído en 1947 era la de la Santísima Virgen.

EL PADRE LUIS MARÍA ANDREU
La muerte del padre Luis María Andreu es uno de los puntos de referencia más importantes en la historia de Garabandal. El Padre Luis era profesor de teología en la facultad que la Compañía de Jesús tenía en la provincia de Burgos. Cuando murió tenía treinta y seis años. El y su hermano, Ramón, llegaban a Garabandal para averiguar si las apariciones eran reales.
El día que tuvo la dicha de ver a la Virgen y el Milagro, la Virgen le dijo que pronto estaría con Ella en el Cielo y cuando bajó del pueblo dijo al párroco D. Valentín “Lo que las niñas dicen es verdad”, durante el viaje de vuelta dijo “Para mí ya no hay duda de que lo que dicen las niñas es verdad, qué gracia mas grande me ha dado la Virgen, qué Madre mas buena tenemos en el Cielo, hoy es el día mas feliz de mi vida”, murió poco después de felicidad y sin dolor alguno.
Los hechos sucedieron así: El 8 de Agosto de 1961, el Padre Luis María Andreu, acompañado de unas veinte personas de Aguilar de Campoo, llegó a San Sebastián de Garabandal. El párroco, Don Valentín Marichalar, tuvo que ausentarse ese día a Torrelavega, y le pidió al Padre Luis que, mientras él estuviese fuera, hiciese las veces de párroco. La Misa que celebró ese día el Padre Luis fue con un fervor muy especial, la gente del pueblo lo comentaba.
Al salir del templo se detuvieron y rezaron en distintos lugares, tal y como lo habían hecho antes en otras ocasiones. Cuando llegaron al sitio en que se esperaba que terminase la aparición, las videntes, inesperadamente, subieron por una ladera de mucha pendiente que conduce a un pequeño Pinar, de nueve pinos, en un cerro sobre la aldea. Es precisamente en estos pinos donde tendrá lugar el gran Milagro que se ha profetizado, que dejará una Señal sobrenatural, permanente y visible, y donde se construirá una capilla en honor de San Miguel Arcángel, según se indicó en una aparición el 16 de Julio de 1961.
Era un martes, sobre las diez de la noche y el Padre Luis se encontraba entre la muchedumbre que seguía a las videntes. Tan pronto como las niñas llegaron al Pinar, Loli habló de la capilla que habría de construirse en honor de San Miguel Arcángel, Protector del Pueblo de Dios, de la Iglesia Universal. Se arrodillaron, cantaron un cántico en honor de San Miguel. Durante el diálogo entre las niñas y Nuestra Señora, Conchita de nuevo volvió a pedirle una prueba, como había hecho antes esa misma tarde, y dijo: “como no dimos ninguna prueba la gente no cree”.
El Padre Luis, que había estado observando a las niñas con mucha atención “se sintió repentinamente invadido de una honda emoción y dijo cuatro veces y con voz muy alta. “¡MILAGRO!”. El Padre Luis estaba con las cuatro niñas que se habían arrodillado en éxtasis. Gotas de sudor le caían por la frente. La Virgen le miraba y le dijo: “Muy pronto estarás conmigo”. Las niñas dijeron, “vimos al Padre Luis, y la Santísima Virgen nos dijo que el Padre Luis también la veía a Ella y que veía el Milagro”. En esa misma noche, ya de camino de vuelta, la Virgen se lo llevó al Cielo, murió de felicidad y sin dolor alguno.
Según relata Conchita, al día siguiente del milagro, el cuerpo del difunto Padre Luis María Andreu será desenterrado y estará incorrupto. Y un hecho importante sobre este milagro es que el Padre Luis fue enterrado el 10 de agosto, de 1961 y quince años después, es decir, a principios de 1976, el seminario donde se encontraba enterrado el Padre Luis fue transformado en sanatorio psiquiátrico. El cuerpo del Padre Luis tuvo que ser exhumado y se encontró en estado de esqueleto. A través de este hecho la Providencia ha querido que la corrupción del cuerpo del Padre Luis Andreu haya sido constatada de modo irrefutable. ¿Quiere Dios, dejarnos un signo de esperanza, dentro del contexto escatológico, a través de la restauración de un cuerpo descompuesto? “Los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados” (1 Cor 15, 52).

LA SEÑAL
Acontecimiento propio del Fin de los Tiempos. La Virgen dijo que después del Milagro quedará una señal permanente en los Pinos como prueba del Amor inmenso de Dios hacia la Humanidad. Se podrá ver, fotografiar, filmar, pero su sustancia es de naturaleza desconocida ya que es Obra de solo Dios.
El hecho trascendente es que esta señal, al modo de la que guió al pueblo judío por el desierto, significa que también los Cristianos del Fin de los tiempos tendrán el auxilio Divino hasta el Fin del mundo. Uno de los hechos mas notables será la unión de las Iglesias, así lo dijo la Virgen en Garabandal.
Después de la gran purificación se cumplirán las profecías tales como la predicación universal del Evangelio y la conversión del Pueblo Judío. Una gran paz reinará por un tiempo sobre toda la tierra. La Iglesia y el mundo cambiarán tanto respecto a como lo conocemos ahora que no lo podemos imaginar. Esto es el preludio de los tiempos escatológicos.


EL CASTIGO
Nos cuenta Conchita en uno de sus escritos.
“El castigo está condicionado a que la humanidad haga caso o no de los mensajes de la Virgen y al milagro. En caso de que suceda, yo sé en qué va a consistir, porque yo he visto el castigo; si puedo asegurar que si viene es peor que si estuviéramos envueltos en fuego; peor que si tuviéramos lumbre por arriba y lumbre por abajo. No sé el tiempo que pasará para que Dios lo envíe, después de hecho el milagro”.
El castigo de Garabandal nos recuerda a aquellos que habla la Sagrada Escritura en sus páginas: es la revelación al hombre de su condición de pecador, de la relación estrecha entre pecado y castigo y de un Dios que juzga y salva; pues el Castigo no es otra cosa que una sanación medicinal que busca restablecer el camino recto. Para unos será un callejón sin salida y su condenación eterna; para otros, la invitación a “volver” a Dios.
La Santísima Virgen en Garabandal no viene a “predecir” un castigo; vine a darnos los medios para evitarlo: “no quiero vuestra condenación”, dirá la Virgen en su mensaje. Pero, si rehusamos a obedecer la llamada de Dios a la conversión, si mantenemos nuestra voluntad de rechazo, se nos cerrará la remisión y la cólera de Dios caerá sobre nosotros… y esto será el castigo anunciado.
El castigo fue anunciado por las niñas en el primer mensaje el 18 de octubre, de 1961. Las niñas relataron que el castigo, según pudieron “verlo” la noche del 19 y 20 de junio, de 1962:
“Era similar a ríos transformados en sangre, fuego que baja del cielo y cosas peores; gran calor, sed abrasadora y el agua que se evaporará; todos los hombres presos de la desesperación buscando matarse unos a otros, pero al faltar las fuerzas, caerán: unos en las llamas y otros lanzándose al mar, pero el agua parecerá hervir y activar las llamas”.


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