Ofrecimiento de vida :
Promesas de la Stma Virgen a sor Natalia Magdolna: “En el corazón de muchas madres arde el dolor, por la conducta inmoral de sus hijos, por su destino eterno. Por amor hacia ellas alcancé las promesas del ofrecimiento de vida (las más excelsas que ha hecho hasta hoy).¡Que ofrezcan con una entrega total todos los sucesos de su vida!”.
ORACIÓN DEL OFRECIMIENTO DE VIDA:
Mi amable Jesús,
delante de las Personas de la Santísima Trinidad,
delante de Nuestra Madre del Cielo y toda la Corte celestial,
ofrezco, según las intenciones de tu Corazón Eucarístico
y las del Inmaculado Corazón de María Santísima, toda mi vida, todas mis santas Misas, Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los méritos de tu Santísima Sangre
y tu muerte de cruz:
para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad,
para ofrecerle reparación por nuestras ofensas,
por la unión de nuestra santa Madre Iglesia,
por nuestros sacerdotes,
por las buenas vocaciones sacerdotales
y por todas las almas hasta el fin del mundo.
Recibe, Jesús mío, mi ofrecimiento de vida y concédeme gracia para perseverar en él fielmente, hasta el fin de mi vida. Amén.
delante de las Personas de la Santísima Trinidad,
delante de Nuestra Madre del Cielo y toda la Corte celestial,
ofrezco, según las intenciones de tu Corazón Eucarístico
y las del Inmaculado Corazón de María Santísima, toda mi vida, todas mis santas Misas, Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los méritos de tu Santísima Sangre
y tu muerte de cruz:
para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad,
para ofrecerle reparación por nuestras ofensas,
por la unión de nuestra santa Madre Iglesia,
por nuestros sacerdotes,
por las buenas vocaciones sacerdotales
y por todas las almas hasta el fin del mundo.
Recibe, Jesús mío, mi ofrecimiento de vida y concédeme gracia para perseverar en él fielmente, hasta el fin de mi vida. Amén.
JACULATORIAS DE ARREPENTIMIENTO :
Jesús mío, ¡Te amo sobre todas las cosas! Por amor a Ti, me arrepiento de todos mis pecados. Me duelen también los pecados de todo el mundo. ¡Oh Amor misericordioso!, en unión con nuestra Madre Santísima y con su Corazón Inmaculado, Te suplico a Ti perdón de mis pecados y de todos los pecados de los hombres, mis hermanos, hasta el fin del mundo! ¡Mi amable Jesús!, en unión a los méritos de tus Sagradas Llagas, ofrezco mi vida al Eterno Padre, según las intenciones de la Virgen Santísima Dolorosa.
¡Virgen María, Reina del Universo, Intercesora de la Humanidad y esperanza nuestra, ruega por nosotros!
Promesas de María a quienes hacen el ofrecimiento de vida :
1 Nadie de sus familiares caerá en el infierno aún cuando las apariencias externas lo harían suponer, porque antes de que el alma abandone el cuerpo, recibirán la gracia del perfecto arrepentimiento.
2 En el mismo día del ofrecimiento saldrán del Purgatorio todos los difuntos de su familia.
3 En la muerte estaré a su lado y llevaré sus almas a la Presencia de Dios sin pasar por el Purgatorio.
4 Sus nombres estarán inscritos en el Corazón de Jesús y en el Corazón Inmaculado de María.
5 Salvarán a muchas almas de la eterna condenación por este ofrecimiento unido a los méritos de Cristo. El mérito de sus sacrificios beneficiará a las almas hasta el fin del mundo.
Aclaración sobre el ofrecimiento .-
Es suficiente con hacer el Ofrecimiento de vida una vez con humildad y amor. Pero se puede renovar con frecuencia.
Así lo confirmó el Redentor a Sor María Natalia:
“Si alguien, hija mía, no hace sino una vez el Ofrecimiento de vida, una sola vez, en un momento de gracia, se encendió en su corazón el fuego de amor heroico. ¡Con esto selló toda su vida! Su vida, aunque no piense conscientemente en ello, ya es propiedad de los Sagrados Corazones. Para mi Padre no existe el tiempo. La vida del hombre está ante Él como un todo”.
Recomendación.-
No dejes que alguien de tu familia pueda ir al infierno, por no haber hecho este ofrecimiento de vida tan sencillo y amoroso. ¿Dejarás a los tuyos aún en el Purgatorio? ¿Quieres no pasar por el Purgatorio? Reza entonces esta ofrenda, renovándola de vez en cuando. Eternamente bendecirás el día y la hora en que te ofreciste.
¡Propaga estas promesas! De que tú las propagues puede depender la salvación de muchas almas ¡Difunde este ofrecimiento de vida!
(Con aprobación eclesiástica)
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