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martes, 23 de enero de 2018

DICTADOS DE JESÚS A MARGA, PARA ÉSTOS ÚLTIMOS TIEMPOS. LEÉLO Y COMPARTE.


06-06-1999 
(Corpus Christi) 

Virgen: 
Yo os Amo, no deseo vuestra condenación. Venid repetidamente a Mí hasta que vuestra alma quede transformada. Habrá grandes ultrajes proferidos a su Cuerpo Santo. Protegedlo, ¡defendedlo! Él necesita de un Ejército fuerte en la fe, valeroso en la acción, ardoroso en el amor. Abandonado a las Manos Purísimas de su Capitana, que les marca el Camino, les da las armas, les alienta en el día de la prueba, les conduce a Cristo. Soy vuestra Madre, soy vuestra Jefa. Estad atentos a mi Voz, obedecedme y actuad conmigo. Todo conmigo, nada sin Mí. Así podréis cumplir Su Voluntad, vuestra Misión. Lo que Dios desea de vosotros. Sed valerosos. Yo os doy sus Dones. Abrid vuestras manos. ¿Habéis traído vuestras cisternas para el agua? Recoged el Agua para el Día de la Sequía. Y en ese Día, sed aguadores de mi pueblo, que morirá de sed. Dadles gratis lo que recibisteis gratis. Son pocos los que caen en la cuenta de que Yo me encuentro dándoos los últimos Dones que os dará Dios antes del Día. Y muchos son echados a perder. Yo, con mis Manos repletas, no encuentro quien los quiera recibir.

22-06-1999 

Jesús: 
157 Yo Soy el Amor, el Amor dado al mundo para su salvación, para sanarlos de su enfermedad, para curar su pecado, limpiar su delito. Yo no doy dolor, no doy pecado, no doy condenación, tristeza, desengaño, odio... Éstos son los frutos de1 Maligno. Temedle a él. Amadme a Mí. Soy el Amor. El Amor no busca tu dolor, el Amor no ama tu sufrimiento. La Compasión sufre por ti, sufre contigo. Lo que a ti te ocurre, lo sufro Yo en mi Carne, lo sufro Yo en mi Cuerpo. Me duele tu sufrimiento. ¡Oh, no me comprendéis en este punto tan importante!

157 Mi hijo estaba en el hospital con un diagnóstico malo

23-06-1999 

Jesús: 
Yo necesitaría un suave pero potente Ejército del Amor y del Combate, que con su vida fuera pregonero de mi Amor por todas las criaturas, y fuera demoliendo a su paso herejía tras herejía que, cual “mal de la piedra”, corroe los muros y las paredes de mi Casa.158 Mi Casa está en ruinas, reparad mi Casa. Si me ultrajan, defendedme. Si me pegan, curadme la herida. Si me atan, sed mis Manos. Bendecid, hijos, nunca maldigáis. Todo este reino levantado sobre escombros caerá, sucumbirá y el Reino Nuevo vendrá. Porque el Verdadero Camino se abre camino.

158 La Iglesia.   

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